Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Abelardo Martín M.

¿Y la ley apá…?

Nada mina más la autoridad que el incumplimiento sistemático de la ley, que alimenta la ingobernabilidad y alienta el surgimiento de grupos de presión y mafias que, ante el vacío legal, utilizan la fuerza para preservar y acrecentar sus intereses personales y de grupo. La justicia brilla por su ausencia y el gobernante nulifica su actuación, aunque tenga medios a su disposición que le construyen un mundo y una realidad a su gusto.
Guerrero ha caído desafortunadamente para su pueblo en este escenario que cada día se complica más y que, paradójicamente, hace ver cada vez más débiles y a la defensiva al gobierno, sometido y preso de la coyuntura y sin posibilidades de modificar esta situación.
El fin de semana del puente, Acapulco registró una afluencia de visitantes que permite ocultar la gravedad de la situación en el estado. Los factores de descomposición continúan su trabajo de horadación de estructuras de gobierno.
Desde siempre en nuestro país se desarrollan diversos tipos de manifestación, desde bloqueos en edificios, avenidas, calles hasta vías de comunicación federales, ya sean carreteras rurales, libres o autopistas de cuota.
Empero, la Autopista del Sol, que fue proyectada para unir a uno de los principales destinos turísticos del país, ha sido escenario para medir, en las recientes semanas, el nivel de gobernabilidad del estado de Guerrero.
Las últimas grandes tomas de esa autopista fueron las de los normalistas de Ayotzinapa, ocurrida hace casi dos meses, el 12 de diciembre, y la de los policías ministeriales ofendidos por la aprehensión de dos de ellos, como responsables de la muerte de dos estudiantes de la normal rural mencionada y, recientemente la de los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).
Todas ellas han quedado como muestra de un estado de ingobernabilidad, ante el cual los deseos y la experiencia del gobierno de Ángel Aguirre Rivero, han quedado chicos.
El concepto de manifestación define el agrupamiento de numerosas personas en la vía pública con un objetivo y un mensaje más o menos definido. Estas demostraciones del poder popular pueden ser espontáneas ante determinados hechos de injusticia o excepcionales, como también pueden ser cuidadosamente planeadas y organizadas con fecha, horario y mucho tiempo de anticipación.
La manifestación pública pretende ser escuchada y es una de las formas más claras y accesibles de expresión popular. La gobernabilidad es el conjunto de condiciones favorables para la acción de gobierno que se sitúan en su entorno o que son intrínsecas a éste.
Apenas el viernes pasado, maestros de la CETEG protestaron en rechazo a la Alianza por la Calidad de la Educación, la Ley del ISSSTE y la Evaluación Universal.
Obvio, utilizaron la llamada Autopista del Sol. Unos 400 docentes tomaron la caseta de Palo Blanco y exigieron a los automovilistas una cuota de 50 pesos para transitar por la vía en ambos sentidos. “Cooperación $50”, decía uno de los carteles.El costo de la caseta es de 110 pesos.
Los disidentes, apoyados por un grupo de estudiantes y egresados de la Normal Rural de Ayotzinapa dijeron que esta acción forma parte de la jornada de lucha que realizan en todo el país. “Aquí en Guerrero nos estamos solidarizando con las protestas de los normalistas de Ayotzinapa para que se le inicie juicio político al Gobernador Ángel Aguirre Rivero”, dijo Román Meynardo Pachuca, vocero del movimiento magisterial.
En tanto, otro grupo docente se manifestó sobre la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo.
Desde temprano, unos 50 profesores bloquearon de manera intermitente la vía federal Acapulco-Zihuatanejo, en la conocida como Y Griega, en Atoyac de Álvarez, para informar a la ciudadanía sobre sus peticiones.
“Pedimos mayor seguridad en nuestros planteles educativos y también queremos frenar las leyes que dañan al magisterio”, dijo el líder de la CETEG en ese municipio de la Costa Grande de Guerrero, Gilberto Martínez Jacinto.
Al gobierno de Guerrero le urge hacer un alto y salirse del huracán en el que está metido y abandonar la estrategia en la que cayó de intentar minimizar los hechos, negar lo que ocurre y construir una percepción diferente. Sólo que quien lleva la delantera es la percepción de ingobernabilidad que amenaza con volverse una bola de nieve, aunque en Guerrero por su clima no se conozca.

468 ad