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Exigen universitarios retomar la discusión sobre la seguridad interna en la UAG

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Integrantes de la Asamblea General Universitaria denunciaron que los conflictos relacionados con el cambio de rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), obstruyeron la discusión sobre la seguridad interna que cuestionaron académicos y estudiantes cuando detectaron abusos de los vigilantes de una empresa seguridad privada y la aplicación de un reglamento interno firmado por su comandante.
De la preparatoria 33, Claudio García Román, aceptó que la fecha desconocen bajó qué condiciones se contrató a la empresa privada y cuáles son sus reglas de operación, porque ningún funcionario se responsabilizó del reglamento interno que de manera extraoficial circuló entre los universitarios; “es un outsourcing”, concluyó, en relación a la palabra que en inglés se utiliza para la subcontratación de terceros y que sería regulada en México con la reforma laboral.
En conferencia de prensa, los universitarios aseguraron que a pesar de que había acuerdos previos para limitar la actuación de los vigilantes, los uniformados volvieron a hacer rondines en las instalaciones de Ciudad Universitaria Sur, y se colocaron cámaras de seguridad en los pasillos de las preparatorias, incluso, en la preparatoria 33 se metieron a una reunión de carácter académico.
El maestro Claudio García Román denunció que en la preparatoria 36 de Zumpango, los dos policías que se encuentran en los accesos principales, indican a los adolescentes cómo deben vestir y cuestionan su calzado, “ahora los estudiantes le llaman reclusorio 36, porque está rodeado de alambres de púas y cámaras de vigilancia en los pasillos”.
Asimismo, Alfonso Aguario señaló que en la escuela se reunieron el Consejo de Unidad y los jefes de grupo para discutir el asunto de la seguridad privada. Señaló que el director destacó que los vigilantes impidieron que, hace unos veinte días, se llevaran contra su voluntad a un estudiante, pero cuestionó que no hay cámaras de vigilancia en el exterior para investigar el suceso, sino en los pasillo de la escuela.
Indicó que a pesar de que se acordó el uso del uniforme, pero no con carácter obligatorio, los vigilantes no dejan pasar a aquellos estudiantes que no no usan la playera con el membrete de la escuela, “a pesar de que son alumnos conocidos por todos, que los ven a diario”.
Consideró que en la UAG los universitarios podrían hacerse cargo de su propia seguridad, como en la UNAM, “no necesitamos de metralletas ni de fusiles para eso”, porque no saben quién controla a la empresa privada o con quién está relacionada, tal vez con lavado de dinero, especuló, porque no tienen información.
Consideró que es urgente retomar los diálogos con las autoridades universitarias y que participen también los mandos de seguridad pública del gobierno del estado, para reforzar la seguridad en alrededor de las instalaciones, donde se han cometido asaltos y ha ocurrido intentos de secuestros.
Un docente de Filosofía y Letras recordó que la Asamblea General Universitaria surgió porque los consejos de unidad, directores ni funcionarios respondieron a estas inquietudes; y con esta iniciativa buscaron aumentar la participación ciudadana, para un mejor funcionamiento académico administrativo y técnico de la UAG.
Asimismo, el alumno de Filosofía y Letras, Fernando Díaz Pinzón, indicó que en el Consejo de Unidad se había acordado que los policías privados se mantendrían sólo en el acceso de los automóviles en Ciudad Universitaria, pero violaron el acuerdo, y están de nuevo en los pasillos de las instalaciones.

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