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Octavio Klimek Alcaraz

Desarrollo agrario en la isla de Holbox

 

 

El 6 de junio de 1994, hace más de 18 años, fue declarada el Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, dicha área natural protegida se encuentra ubicada en el municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, y abarca una superficie de 154 mil 052 hectáreas, de éstas 52 mil 307.62 hectáreas son de superficie terrestre y 101 mil 744.63 hectáreas son de superficie marina.

El Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam colinda en su parte oeste con la reserva de la biosfera de Ría Lagartos (Sitio Ramsar desde 1988), por lo que da continuidad al sistema de humedales del norte de la península de Yucatán. Esta zona  presenta características geológicas, biológicas, hidrológicas y geomorfológicas poco comunes en México y conserva las selvas tropicales más norteñas existentes en un área natural protegida en nuestro país. El  Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam incluye la isla de Holbox, un área de mar, la laguna Conil, así como un gran sistema de humedales y un mosaico de selvas bajas y medianas. El área protege alrededor del 90 por ciento  de las aves endémicas de la península, quedando incluidas algunas como el pavo ocelado (Agriocharis ocelata), la codorniz yucateca (Colinus nigrogularis), el loro yucateco (Amazona xantolora), el carpintero de vientre rojo (Melanerpes pygmaeus) y la calandria naranja (Icterus auratus), entre otras. El el Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, junto con el Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos, son las únicas áreas protegidas en el sureste del país que cuentan con delfines en sus sistemas lagunares. En la zona se captura aproximadamente el 31 por ciento de la producción estatal de pescado (Cita textual de la Ficha Informativa de los Humedales de Ramsar,http://ramsar.conanp.gob.mx/documentos/fichas/47.pdf).

Por su importancia como humedal, Yum Balam está designado como sitio Ramsar. Esto debido a que México es parte contratante de la Convención sobre Humedales de Importancia Internacional (Convención Ramsar –nombre de la ciudad de Irán donde se firmó el documento– que es un tratado internacional que busca la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos.

Se entiende que las áreas naturales protegidas deben ser observadas como alternativas que contemplan los requerimientos de la conservación de la biodiversidad, pero también las realidades económicas y sociales de nuestros días. Deben ser alternativas que integran la conservación del patrimonio natural con la búsqueda del desarrollo sustentable.

Esto, lógicamente no se observa con proyectos turísticos de enormes dimensiones y por tanto de impactos ambientales relevantes como La Ensenada, que se pretende realizar en la isla de Holbox, con un valor de inversión de 850 millones de dólares.

Conforme a la información pública de la manifestación de impacto ambiental del proyecto La Ensenada, éste ocuparía 980 hectáreas de la Isla de Holbox y se pretende desarrollar en cuatro fases durante 19 años. Las obras constarán de 195 cuartos distribuidos en tres hoteles del lado de la playa en 8.6 hectáreas; 875 unidades residenciales, que van desde lotes residenciales hasta villas y condominios en 114.5 hectáreas. Se construirá en 34.7 hectáreas un puerto interior el cual se conectará a la laguna por medio de un canal principal. Se construirán viviendas y servicios para empleados. De entrada se advierte que este proyecto no cumple con los objetivos de creación del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, que no promueve la preservación, no representa un desarrollo turístico sustentable, y no se trata de turismo de bajo impacto. De los análisis conocidos se concluye que este proyecto va a impactar a los ecosistemas de manglar y en las poblaciones enlistadas bajo categorías de riesgo, se van a descargar contaminantes a los ecosistemas marinos, provocará la intrusión salina en el acuífero, crearía un nuevo centro poblacional, entre otros impactos.

Este proyecto es un ejemplo más de lo que está ocurriendo a lo largo del litoral mexicano, ya que no se trata de un desarrollo sostenido programado de las comunidades locales. Se trata en realidad de explotar a la propia comunidad local y de su patrimonio cultural, el virtual enladrillado del litoral, la destrucción de una fauna y flora frágiles y el enriquecimiento masivo de una pequeña minoría a expensas de la mayoría.

Conforme a diversos medios de comunicación, el pasado miércoles 24 de noviembre, la Segunda Sala de la Sprema Corte de Justicia de la Nación Corte falló contra nueve ejidatarios de la Isla de Holbox, concediendo un amparo a la empresa Península Maya Development, al banco The Bank of New York Mellon como fiduciario del Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo Sustentable de la Isla de Holbox, y a los empresarios yucatecos Fernando Ponce García y Ermilo Castilla Roche, que en 2008 adquirieron al menos 65 lotes ejidales a precios menores a los que correspondían. Por ello, se revocó la sentencia dictada en julio de 2010 por un tribunal unitario agrario, misma que declaraba la nulidad de la venta de parcelas ejidales a estos “desarrolladores” por irregularidades en el procedimiento para desincorporarlos del patrimonio ejidal.

Con tres votos a favor de los ministros Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Margarita Luna Ramos y Luis María Aguilar, consideraron innecesario revisar la constitucionalidad del artículo 84 de la Ley Agraria, el cual prevé el derecho de preferencia para la adquisición de las parcelas ejidatarias, pago de daños y perjuicios, pero no la nulidad de la venta o contrato de compraventa. El ministro Fernando Franco votó en contra.

Ahora el Tribunal Agrario debe emitir una nueva resolución, dejando sin efecto el dictamen de junio de 2010, que favorecía a los ejidatarios para que recuperaran sus tierras. El asunto es que el empresario Fernando Ponce fue acusado por ejidatarios de comprar en un precio menor al valor comercial sus terrenos, ya que una hectárea de terrenos ejidales de Holbox, en el año 2007 se cotizó en un millón 200 mil dólares (alrededor de 15 millones de pesos). Se entiende que los precios de las transacciones entre ejidatarios y el empresario se encontraban entre los 2.5 y 2.8 millones de pesos la hectárea.

Debería quedar claro que esta área natural protegida no debe ser percibida como un espacio para la especulación de terrenos y nuevos asentamientos. Se debe realizar ciertamente un manejo de ella, pero esto significa la urgencia después de 18 años, de que cuente con su programa de manejo, que se instrumenta a través de la responsable de atenderla, que es la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), organismo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del gobierno federal, sólo así se puede hacer un manejo real y responsable del área.

Sería en este momento inaudito, que sin contar con programa de manejo, y con problemas referentes a la propiedad, sea autorizada a través de una evaluación de impacto ambiental un desarrollo turístico de las magnitudes, que se propone con el proyecto La Ensenada. De hecho se requiere revisar de manera profunda la forma en que se entregan autorizaciones en materia de evaluación de impacto ambiental.

Obviamente este es lo que deberá cuidar la nueva Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano del gobierno federal, impulsar la organización social y productiva de los ejidos y comunidades del país, para que no sean fácilmente despojados por especuladores. En Holbox, y muchos otros sitios del país, dicha secretaría y la Conanp deben trabajar con los ejidatarios para hacer turismo realmente sustentable, si quieren hacer realmente desarrollo agrario. Terrible sería que se dedicarán a identificar terrenos de propiedad social de bajo valor económico, los compraran y generarán grandes reservas territoriales, luego hicieran inversión pública en infraestructura para darles valor agregado, y después los vendieran a desarrolladores, expulsando en los hechos de esas tierras a los propietarios originales. Mejor sería con una gran sensibilidad social convenir con los propietarios originarios de la tierra dichas inversiones pública a través del impulso de la organización social y productiva, sin necesidad de comprarles sus tierras, y expulsarlos de ellas. Esperamos que esto no suceda con la nueva Secretaría.

P.D. Es terrible la campaña nacional mediática por las empresas mineras y sus aliados en contra de la reserva de la biosfera de…Wirikuta.

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