Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Celebran 600 comunidades 17 años de la Policía Comunitaria

Zacarías Cervantes

Miahuchán / San Luis Acatlán

Ayer, esta localidad ñu savi (mixteca) de no más de mil habitantes, del municipio de San Luis Acatlán, se convirtió en la más importante de las regiones Montaña y Costa Chica; las más de 600 comunidades de 12 municipios celebraron el 17 aniversario de la fundación de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRA-PC) en el marco de una crisis del sistema de seguridad en varias localidades de La Montaña, que piden su incorporación al sistema de Seguridad y Justicia para su autodefensa del crimen organizado.
“El derecho de todos es vivir en Libertad: CRAC”, se leía en una manta a la entrada de esta comunidad que a las 3 de la tarde estaba repleta de policías comunitarios, coordinadores, asesores, pero sobre todo de miembros de organizaciones sociales del estado y del país que acudieron a solidarizarse con la CRAC-Policía Comunitaria.
Este 17 de aniversario cobró relevancia por el ambiente de inseguridad que se vive en varias comunidades y que desde el mes de junio explotó en Huamuxtitlán y a finales de octubre se revivió con mayor intensidad en Olinalá, donde la población explotó, igual, en contra del crimen organizado.
“Bienvenidos a los 17 años de lucha construyendo el poder del pueblo: CRAC”, recibieron con otra manta a la entrada de la explanada de la comisaría municipal en donde se realizó el encuentro, a los visitantes. Otra más decía: “El respeto a vuestros derechos será justicia”.
En este primer día de trabajos se instalaron las mesas de organización de mujeres, encuentro de experiencias en seguridad y justicia, defensa del territorio, experiencias de posibilidades de nombramiento de autoridades mediante usos y costumbres, y represión al movimiento social.
En el discurso inaugural, la asesora de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, Felícitas Martínez Solano, dijo que “en esta nuestra historia, de más 500 años, los pueblos me’ phaa y ñu savi hemos demostrado que a través de la organización comunitaria es posible caminar tranquilamente las veredas y los caminos que durante largos periodos han resultado intransitables, aún cuando los actores que amenazan esta tranquilidad cambien”.
La mujer hablaba antes cientos de miembros de la CRAC-Policía Comunitaria e integrantes de agrupaciones sociales solidarias que vinieron de varias partes del estado y del país.
“Antes nos asolaban asaltantes de caminos, violadores y ladrones… ahora llegan al territorio comunitario representantes de empresas mineras, que buscan oro y otros minerales preciosos. Estas personas vienen a decirnos que quieren nuestro apoyo para construir nuestra destrucción, a pesar de que desde su llegada se les ha dejado que no queremos ese modelo de desarrollo”, dijo provocando la inconformidad de los asistentes.
Y luego, sarcástica, agrego: “ahora vemos que hay más carreteras, plantas de energía eléctrica y grandes ductos, que muchas veces no sabemos ni qué transportan. En un principio nos entusiasmaba ver la llegada de estos servicios, ahora nos entristece porque sabemos que de momento nos benefician, pero no han sido construidos para nosotros”.
Y criticó: “también empiezan a llegar a nuestro territorio comandos armados a pedir cuotas por realizar nuestro trabajo como choferes de taxis, campesinos, comerciantes. Personas que portan armas que superan en calibre por mucho a las nuestras, pero esto hace que nuestra Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias tenga que iniciar nueva rutas para enfrentar los  conflictos que se presentan en nuestros pueblos”.
Por eso añadió que “sin olvidar nuestra historia de lucha, el legado de Genaro Vázquez, intentamos construir nuevas rutas que nos permitan enfrentar las muchas máscaras del poder. Escuchamos con prudencia, pero esto no significa que estemos pasivos”, dijo.
Y añadió que a 17 años, hoy, “claro que queremos justicia, que ¡queremos respeto!, que tenemos dignidad y esto nos da la guía para que nuestra institución comunitaria no se quede en la comodidad de asumir que sabemos cómo resolver nuestros problemas”.
La asesora de la agrupación recordó que, por ejemplo, en 1995, “éramos alrededor de 36 comunidades organizadas en rondas de vigilancia. Ahora somos más de 100 en 13 municipios y muchas han solicitado su incorporación”.
Añadió: “son 17 años de construir un sistema de Seguridad, Justicia y Reeducación los que nos han enseñado que el concepto Justicia no sólo abarca la resolución de los conflictos en el espacio de la Coordinadora. La justicia para nosotros implica la posibilidad de tener salud, educación y el fortalecimiento de nuestras culturas, diversas, desiguales”.
Para la mujer, la organización “es el tesoro más valioso de nuestra organización. Ahora sabemos que podemos hacer política y ya no hay vuelta atrás. Esta semilla es buena porque tiene historia y un sustrato valioso, consideramos que esto es lo que va a hacer que siga germinando”, dijo.
Y manifestó: “lo que celebramos es la posibilidad de tener nuestra propia justicia y seguridad, el mirar a un horizonte en el que tengamos también: salud, educación y alimento suficiente. Es también lo que nos da el ánimo de seguir luchando”.
Finalizó: “jóvenes, niños, ancianos caminamos juntos con la finalidad de construir en nuestros territorios un futuro en el que sigamos viviendo de manera sencilla, en la que nadie tenga más que el de al lado. Esta es la forma de vida que nos han heredado los abuelos y es la base y el sustento de nuestra Policía”, dijo cuando la explanada estaba repleta, aquí, en donde la CRAC-Policía Comunitaria sigue escribiendo su historia.

468 ad