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Transporta Madonna a 55 mil seguidores del DF de la oscuridad y la violencia al erotismo

Rodolfo G. Zubieta / Agencia Reforma

Ciudad de México

Lo prometido en la descripción que Madonna da de su nuevo tour se cumplió el sábado por la noche en el Foro Sol, pues luego de haber presentado dos actos impregnados de oscuridad, violencia y estruendo, el viaje al que llevó a la gente fue poco a poco dando muestras de luminosidad.
Justo a la mitad del espectáculo, alrededor de las 11 y media y luego de haber presentado los capítulos de Transgresión y Profecía, la diva pop transportó a las 55 mil almas reunidas en el coso, según organizadores, a una serie de escenas eróticas, estrambóticas y, sobre todo, muy festivas.
El tercer acto, Masculino/Femenino, arrancó con un video estilo noir del tema Justify my love en versión remix cortesía de William Orbit, mismo que fue seguido por Vogue.
Madonna reapareció vestida con traje sastre, camisa blanca y el icónico bra de cono que diera mucho de qué hablar en los 80, sólo que ahora de color negro.
El erotismo fue aumentando con una versión muy sensual de Candy shop (con extractos de Erótica), donde la luz tenue de un candelabro iluminó a su séquito de bailarines, todos ataviados con lencería, y la presencia de su actual novio, el bailarín Brahim Zaibat, con quien bailó de manera breve pero provocativa.
Tras despojarse de casi todo su atuendo al ritmo de Human nature, Madonna robó el aliento de los presentes al exhibir sus torneados glúteos, mientras sonaba Like a Virgin musicalizada por un pianista.
Semidesnuda (aunque, por el frío, luego se puso un abrigo de piel), la cantante recorrió el escenario, se arrastró en el piso, jugó con su lengua y el micrófono, suspiró, sedujo al pianista, abrió sus piernas de manera provocativa y mordió una manzana, un fruto prohibido que compartió con sus fans.
La Redención, el último acto del MDNA Tour, puso la cereza del pastel al show con un cierre festivo y energético, encumbrado con I’m addicted.
El último despliegue musical y visual llegó con Celebration, donde la intérprete se hizo acompañar por sus hijos Lourdes María (16 años) y Rocco (12 años), quienes bailaron con alegría a la par que los miles de fans mexicanos reunidos en el coso.

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