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El origen del maltrato a las indígenas está en el abuso del alcohol del hombre: asesora

Misael Damián

Ndyowe (Ometepec)

Mujeres indígenas marcharon por las principales calles de esta ciudad en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia la mujer, en donde con pancartas de protestas externaron su repudio hacia la violencia que sufren.
La marcha que fue convocada por La Casa de la Mujer Indígena Manos Unidas, partió desde el punto conocido como El Tancón, para después culminar en el Zócalo de la ciudad.
En sus discursos las ponentes exigieron el respeto e igualdad de los derechos, sobre todo la participación de las mujeres en la toma de decisiones, “día a día soñamos vivir un mundo diferente y sonreírle a la vida”, reza un documento que entregaron.
En entrevista con Francisca de la Cruz, asesora de la Casa, dijo que padecen carencias pero han avanzado con sus tareas. Sobre la relación que mantienen con el sector Salud en cuanto a sus actividades dijo que no está del todo bien, aunque “cuando vamos las que ya conocemos los derechos no tan fácil nos intimidan”, comentó.
Dijo que este año han llevado 12 casos de violencia intrafamiliar, sin embargo hay muchos más que no son denunciados por las mujeres por temor hacia sus parejas; dijo que la violencia en los hogares –sobre todo en las comunidades indígenas– se ha agravado, pues los maridos muchas veces se van a ingerir bebidas alcohólicas y no les dejan para el gasto a sus parejas, lo que las obliga a trabajar en otras actividades para ayudar con el gasto, “como el telar de cintura o lavar ropa”.
Expuso que el origen de la violencia física y emocional que sufren las mujeres en sus hogares tiene que ver con el abuso del consumo del alcohol del hombre, “del golpe sana pero las palabras quedan. Muchas mujeres no quieren tener relaciones sexuales, pero las obligan, son obligadas porque el esposo es el que decide”.
Dijo que lo mismo pasa con el número de hijos que tiene la mujer, es decisión del hombre y que si ella pide controlarse empieza el problema de los celos; por ello –afirmó– que muchas mujeres se controlan sin que sus parejas estén enterados, “se cuidan a escondidas de sus esposos, a veces sabe la suegra o las cuñadas”, mencionó.
La Casa de la Mujer Indígena Manos Unidas, realiza talleres, foros y reuniones con niños y jóvenes de secundaria y bachillerato para prevenir la violencia, porque los niños que viven con violencia, en su casa, “lo replican en la escuela”. Explicó que la Casa coadyuva a que los jóvenes y parejas con problemas reciban ayuda psicológica. Dijo que muchas de las mujeres no denuncian porque sus golpeadores después de unos meses salen de la cárcel y vuelven a arremeter contra ellas, “la cárcel no come; queremos que sepan que ya no están solas, que las ayudaremos para tener una mejor vida”, comentó.

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