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España: fracasa en las urnas el desafío independentista del gobierno de Cataluña

DPA

Barcelona

El jefe del gobierno de Cataluña, Artur Mas, naufragó ayer con su desafío independentista frente a España: su partido, Convergència i Unió (CiU), no solo no logró en las elecciones regionales la “mayoría excepcional” que Mas pidió para impulsar un referéndum de autodeterminación en la nueva legislatura, sino que perdió un número considerable de escaños.
CiU ganó los comicios adelantados de ayer al Parlamento de la región del noreste de España, pero logró 50 escaños, 12 menos que los 62 que tenía y 18 por debajo de la mayoría absoluta a la que aspiraba en una cámara con 135 diputados. Mas volverá a encabezar el gobierno catalán, pero desde una posición peor que hasta ahora.
“Hemos quedado lejos de la mayoría que queríamos, así de claro”, admitió esta noche en Barcelona.
El jefe del gobierno catalán adelantó las elecciones en dos años para después, avalado por una amplia mayoría, impulsar ese referéndum de autodeterminación que el gobierno español de Mariano Rajoy considera ilegal y que ha anunciado que impedirá acudiendo al Tribunal Constitucional.
Mas no piensa en retirarse ni en abandonar su proyecto pese a los resultados, pero emplazó a otras fuerzas secesionistas a acompañarlo. “CiU no tiene la fuerza suficiente para liderar el gobierno y el proceso, hay otros que deben hacerse corresponsables”, dijo esta noche.
Todas las miradas están puestas en los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido que tradicionalmente ha abanderado las aspiraciones secesionistas de una parte de los 7.5 millones de habitantes de la región.
Ayer se convirtió en la segunda fuerza política de Cataluña, doblando sus escaños de 10 a 21. ERC sale de hecho como vencedor moral de los comicios de ayer.
Más de la mitad del nuevo Parlamento regional catalán será independentista: 87 de los 135 diputados, por la subida de ERC; la de los ecosocialistas de ICV, también soberanistas, que pasan de 10 a 13 escaños; y la entrada en la cámara de una nueva formación independentista, CUP, que consigue tres diputados.
Los grandes perdedores son los socialistas (PSC), que hasta ayer eran la segunda fuerza catalana. Cayeron de 28 a 20 diputados, hasta el tercer puesto, con los peores resultados electorales de su historia.
Los comicios de ayer en Cataluña fueron históricos. Suponían una prueba para la unidad de España en la región económicamente más fuerte del país, pero también la que acumula la mayor deuda, con más de 40 mil millones, por la que el gobierno de Mas ha tenido que pedir un rescate de más de 5 mil millones de euros al de Rajoy. Allí el independentismo se ha visto impulsado en el marco de la grave crisis económica española.
Los catalanes votaron ayer en un eje de apoyo o rechazo a la independencia de España. Y lo hicieron con la mayor participación electoral desde 1988: votó casi un 70 por ciento de los 5,4 millones llamados a las urnas, más de 10 puntos por encima de los comicios de hace dos años.
Frente a los separatistas se sitúan el Partido Popular (PP) de Rajoy, el principal defensor en Cataluña de la unidad de España, que ayer logró aumentar en un escaño los 18 que tenía; y el partido antinacionalista Ciutadans, que consiguió nueve diputados frente a los tres que tenía hasta ahora, el segundo gran ascenso después del de ERC.

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