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Disparan 153 veces policías federales y acusan de prepotencia a agentes de la CIA

Abel Barajas / Agencia Reforma

Ciudad de México

Después de acribillar el vehículo de los agentes de la CIA en Tres Marías, los agresores de la Policía Federal se quejaron de la “prepotencia” de los elementos de la Secretaría de Marina que llegaron al lugar de los hechos y les reclamaron su actuación.
Los agentes de la corporación parecen haberse puesto de acuerdo a la hora de emitir esta declaración, pues en los escritos que varios de ellos entregaron a la PGR se refieren con las mismas palabras al arribo de los marinos y federales al lugar del incidente.
“Aproximadamente 45 minutos después -de iniciado el ataque- llegan elementos de la Marina y de forma prepotente gritan ¡qué pasó aquí! ¡la camioneta es nuestra! ¿quién está al mando? ¿de quién son esos vehículos? ¡quítenlos de allí! ¡órale! ¡a chingar a su madre!, al tiempo que realizan disparos al aire.
“El titular de la Unidad de Tlalpan, Uriel Garrido Franco, indica que retiren vehículos y veo que cruza algunas palabras con los marinos, por lo que veo que comienzan a llegar a más unidades de la policía tanto de Morelos como de Tlalpan, así como de la Marina y nos dan la orden de trasladarnos a la oficina”, relató a la PGR Gerardo Ramírez Garduño, El Anfibio, agente de la PF.
Estas palabras fueron copiadas al calco en los testimonios por escrito que rindieron el 29 de octubre los agentes federales Emir Suárez García y Raúl Sánchez Fonseca, de acuerdo con documentos de la indagatoria PGR/DGCAP/ZCB/-IV/174A/2012.
En lo que también concuerdan es el hecho de que la corporación había cerrado filas para protegerlos y ayudarlos ante cualquier responsabilidad legal; de allí que les pidieran dejar la ropa de civil y uniformarse, y que supuestamente la Unidad Jurídica les indujera a declarar mentiras a la PGR.
El suboficial Sánchez Fonseca así lo manifiesta en el testimonio que entregó a la PGR hace casi un mes, en el que indica que poco después de que los marinos les insultaran, fueron concentrados en la base Tlalpan, donde la primera instrucción fue ponerse el uniforme.
“Ya estaban enterados de lo que había sucedido y en ese momento Ranulfo Ruelas López se dirigió a Galindo (uno de los mandos de la PF), a quien preguntó si iba a haber apoyo, indicándole éste que desde luego, ya que estaban trabajando y que había todo el apoyo de la Policía Federal.
“De allí nos indicaron que nos trasladáramos a las oficinas de la PF de Morelos, en donde según se iba a hacer un informe y al llegar nos subieron a una sala de juntas y los que dijeron ser del jurídico de la PF nos dieron los lineamientos de la declaración que teníamos que rendir y que debía ser en patrulla y señalar que estábamos completamente uniformados”, declaró Sánchez, hoy preso en el Penal Federal Norte, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Prácticamente todos los agentes que ampliaron su declaración, antes de ser consignados, refirieron haber recibido la orden por escrito de investigar un secuestro por la zona de Morelos en que ocurrió el ataque a los estadounidenses y un marino, el 24 de agosto.
“Pónganse bien chingones, comandos, vamos a ir por los secuestradores, quítense el uniforme oficial y pónganse vestimentas de investigación, casi casi como si fueran de civiles, para agarrar a la rata”, les dijo Uriel Garrido a sus subordinados, según recuerda Tomás Romanillo Armenta en su testimonio del 1 de noviembre.
La PGR en todo momento ha considerado que la investigación del plagio es un tema ajeno a la agresión que cometieron, al mismo tiempo que ha sostenido que la policía no ha documentado que la Procuraduría de Morelos solicitara el apoyo de esta corporación.

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