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Miguel Calero sufre una trombosis; corre el riesgo de tener un infarto cerebral

Óscar Cáliz / Agencia Reforma

Pachuca

El entrenador de porteros del Pachuca, Miguel Calero, fue sometido ayer a un procedimiento para tratar de contrarrestar la trombosis cerebral que sufrió ayer alrededor de las 16:30 horas; sin embargo, hasta el momento, no ha respondido favorablemente al tratamiento.
“Tuvo una trombosis de la arteria carótida interna del lado derecho, se extiende hasta la arteria cerebral media, que es la principal arteria alimentadora del hemisferio cerebral,  en este caso, del lado derecho, se está tratando de recanalizar con el uso de sustancias o medicamentos que se llaman trombolíticos y con el uso de stents, con el objetivo de restablecer el flujo.
“Esto ha resultado difícil hasta el momento porque el coágulo está muy denso, muy firme, entonces técnicamente requiere más uso de medicamentos y es más demandante, todavía no se termina el procedimiento; sin embargo, el hecho de que no se haya disuelto con el primer aporte de medicamentos que deshacen estos coágulos, significa mayor posibilidad de que no pueda abrirse completamente”, explicó Édgar Nathal, neurocirujano vascular de Médica Sur.
El galeno agregó que Calero está en riesgo de un infarto cerebral que podría afectarle la movilidad del lado izquierdo del cuerpo, pero esto no se sabrá con certeza hasta dentro de las 24 horas posteriores al evento (16:30 horas de ayer, aproximadamente.)
“Él tiene problemas para mover el lado izquierdo el cuerpo, el lado derecho no está afectado y el lenguaje tampoco, al afectarse el hemisferio del lado derecho las manifestaciones se hacen patentes en el lado izquierdo del cuerpo, puesto que la información es cruzada, ¿qué implicaría esto?, en caso de no poderse abrir completamente la arteria pudiera darse un infarto parcial del lado derecho y que se manifestara esto en la movilidad del lado izquierdo de su cuerpo”, aseveró.
El cafetalero estará sedado al menos durante 24 horas y será evaluado con tomografías y resonancias magnéticas para determinar si hubo daño.
¿Ése es el peor panorama?, se le cuestionó al doctor.
“Sí, ése es el peor panorama, ahora, cuando hay un infarto, que nosotros estamos tratando de evitarlo a toda costa, el problema es que viene una inflamación cerebral posterior y esa inflamación es otro problema que se avecina y tenemos que lidiar con él, tenemos que solventarlo, puesto que si se edematiza mucho el cerebro, eso sí compromete la función del lado contrario porque entonces la inflamación se extiende al hemisferio contralateral.
“Él está en riesgo de tener un infarto, ése es el riesgo potencial, en este momento no podemos decir que lo tenga, porque ese infarto se hace evidente en una tomografía o en una resonancia hasta que han pasado varias horas de haber iniciado el evento, eso es algo que puede ocurrir potencialmente, pero no lo tenemos confirmado o determinado aún”, puntualizó.
“Está anestesiado, tiene que pasar con sedación total durante las siguientes 24 horas, en este momento, al no poder valorar clínicamente o directamente cuál es el déficit, si es que lo hay, lo corroboramos a través de una tomografía o una imagen por resonancia magnética del cráneo, ésos van a ser nuestros monitores. Él va a tener que estar algunos días en la unidad de terapia intensiva y, sobre todo, dado que no se ha terminado el procedimiento, tenemos que ver si se va a recanalizar y segundo ver si no se ha producido hasta este momento algún daño por las horas que han pasado desde que inició la oclusión”, añadió.

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