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Denuncia Human Rights Watch el uso de bombas de racimo contra niños en Siria

DPA / EFE

Nueva York / Beirut / Damasco / El Cairo

Siria está utilizando contra niños bombas de racimo, condenadas internacionalmente por el daño indiscriminado que causan, denunció ayer en Nueva York la organización de derechos humanos Human Rights Watch.
En base a la declaración de testigos y videos se supo que el domingo se arrojó este tipo de munición contra un parque de juegos en las afueras de Damasco. En el hecho murieron 11 niños y muchos otros resultaron heridos.
Las bombas y munición de racimo están prohibidas en muchos países porque no son certeras y porque los pequeños explosivos que sueltan pueden quedar sin estallar y constituir un peligro para los civiles mucho tiempo después de terminado un conflicto.
HRW cita a testigos según los cuales un MiG-23 del gobierno apareció sobre un suburbio de Damasco el domingo y lanzó al menos tres bombas. “Entonces escuché a la gente gritar y correr al parque infantil (…) Cuando llegué vi a cinco niños muertos y muchos heridos”, relata un testigo.
Las bombas eran al parecer del modelo RBK-250/275 de fabricación soviética. El video publicado por HRW muestra decenas de pequeñas bombas que no estallaron, las llamadas bomblets, del tamaño de botellas de agua pequeñas. También se ve a niños muertos que son abrazados por sus familiares.
Entretanto, ayer se escuchó el sonido de ametralladoras y lanzagranadas en Damasco, causados por ataques de los rebeldes contra diez puestos de control de la capital, informaron activistas.
Una explosión sacudió un cruce importante en el barrio de Roukin al Eddine e hirió a al menos tres soldados, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.

Una veintena de muertos por un bombardeo contra una fábrica

Al menos una veintena de personas murió ayer en un bombardeo del régimen contra una fábrica de aceite en el norte de Siria, mientras que combatientes del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) derribaron un helicóptero y controlaron varias bases militares, según grupos opositores.
Los activistas Comités de Coordinación Local aseguraron que al menos veinte personas murieron en el bombardeo de la fábrica de aceite, situada en el oeste de la provincia septentrional de Idleb.
Según la red opositora Sham, un avión de combate sobrevoló la zona y bombardeó la fábrica, que se encontraba llena de trabajadores, y los terrenos agrícolas de alrededor.

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