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Buscó Felipe Calderón pactar con el crimen organizado, acusa La Barbie

Agencia Proceso y Reforma

Ciudad de Méxicio

Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, uno de los narcotraficantes más “peligrosos y sanguinarios”, según las autoridades federales, reveló que el presidente Felipe Calderón buscó un acuerdo con los principales grupos del crimen organizado y aseguró que su captura devino de su negativa a participar en dicho pacto.
Además, acusó al secretario de Seguridad Pública federal (SSP), Genaro García Luna, de recibir sobornos del narco desde que era titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), en el sexenio de Vicente Fox.
En una carta entregada al diario Reforma por Eréndira Joselyn Guerra Gutiérrez, abogada de La Barbie, el narcotraficante que trabajaba para el Cártel de Los Beltrán Leyva y que se encuentra recluido en el penal federal del Altiplano desde  agosto de 2010, asegura que su captura fue por negarse a participar en un acuerdo que el presidente Felipe Calderón presuntamente quería hacer con los principales cárteles de la droga.
“Mi detención fue el resultado de una persecución política por parte del C. Felipe Calderón Hinojosa, quien instauró un acosamiento en contra de mi persona por la razón de que el suscrito se negó a formar parte del acuerdo que el señor Calderón Hinojosa deseaba tener con todos los grupos de delincuencia organizada, para lo cual él personalmente realizó varias juntas para tener pláticas con grupos de delincuencia organizada”.
De acuerdo con Valdez, el general Mario Arturo Acosta Chaparro, ejecutado en abril de este año en esta ciudad, fue el intermediario del gobierno para sostener reuniones con capos a fin de lograr el acuerdo.
En su carta, La Barbie –quien podría ser extraditado a Luisiana, donde una corte lo ha solicitado al gobierno de México para someterlo a juicio– asegura también que pagó a funcionarios del primer círculo de la SSP federal e incluso que éstos estaban incluidos en la estructura criminal.
Asimismo, dice que aparte de recibir dinero del crimen organizado, los funcionarios toman como botín los decomisos que llevan a cabo.
Valdez Villarreal es una de las piezas claves en el proceso penal que la Procuraduría General de la República (PGR) sigue a los generales Tomás Ángeles Dauahare, Roberto Dawe González, Ricardo Vargas Escorcia, Rubén Pérez Ramírez, así como al coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto y el mayor Iván Reyna Muñoz, por sus presuntos vínculos con el narcotráfico.
En una primera declaración ministerial, La Barbie inculpó a los militares, pero en una segunda testimionial, efectuada el pasado 26 de septiembre, el capo aseguró que lo hostigaron y amenazaron para que declarara contra los militares. Incluso, dijo que le mostraron fotografías para que los identificara y él les dijo que no los conocía.
En la carta publicada por el diario a Reforma,  Valdez Villarreal denuncia también que desde 2002, García Luna recibe dinero del narcotráfico, al igual que sus principales colaboradores.
“…me consta que ha recibido dinero de mi, del narcotráfico y la delincuencia organizada, al igual que a un grupo selecto integrado por Armando Espinosa de Benito, quien trabajaba con la DEA y me pasaba información; Luis Cárdenas Palomino; Edgar Eusebio Millán Gómez; Francisco Javier Garza Palacios (PF Colombia); Igor Labastida Calderón; Facundo Rosas Rosas; Ramón Eduardo Pequeño García, y Gerardo Garay Cadena, quienes también forman parte y reciben dinero de la delincuencia organizada y de mi”, puntualiza.
Añade:
“Pese a los antecedentes de Genaro García Luna, los cuales se encuentran en diversas causas penales, y de los que el gobierno americano ya tiene conocimiento, incluso formaron parte de los temas tocados en la Iniciativa Mérida y a los cuales he tenido acceso, el más reciente el testimonio del testigo colaborador Mateo (Sergio Villarreal), el presidente Felipe Calderón lo sostiene en su cargo sin que se ejerza acción penal en su contra”.
El presunto narcotraficante también revela que el 30 de agosto de 2010, los policías federales que lo detuvieron tenían la orden de matarlo.
“En realidad tenían la instrucción de matarme, tan es así que al momento de mi detención, la cual se realizó en el domicilio que salió en los medios de comunicación y el lugar en el que me encontraba solo, dicen que ese día no se reportaron balazos, pero la verdad sí hubo”, refiere.
“Un policía federal, que fue quien me trasladó hasta este lugar en el que actualmente me encuentro, me instaba a que corriera para poderme disparar y así poder decir que al repeler el ataque me habrían matado”, subraya.
La Barbie afirma que eso fue lo que pasó con Aarón Arturo Gines Becerril, ejecutado por la Policía Federal el 30 de agosto de 2010, el mismo día en que él fue detenido.
“Los impactos de bala le fueron disparados todos por la espalda el mismo día de mi detención. Todo fue tapado por la Policía Federal”, recuerda.
También acusa a esa corporación del robo de dinero, alhajas, automóviles, relojes y hasta droga en los operativos que realiza.
“Habrá de hacerse notar que en cuantas detenciones realiza la Policía Federal no se decomisa nada, todo se pierde (dinero, relojes, vehículos, droga); sin embargo, es menester señalar que tanto el Ejército como la Secretaría de Marina son más honestos, detienen a quien es, y lo ponen a disposición con lo que tiene”.
Por su parte, la abogada Eréndira Joselyn Guerra Gutiérrez dijo que su cliente puede ser extraditado en cualquier momento a Estados Unidos y por ello, añadió, quiere que “se esclarezcan los hechos y se haga justicia”.
Guerra Gutiérrez afirmó que cuando La Barbie sea extraditado al país del norte detallará la presunta red de corrupción y vínculos con el narcotráfico de todos los funcionarios que menciona en su carta.
Al preguntarle la razón de la entrega de la carta, ella señaló: “Simple y sencillamente cumplir con una instrucción que me dio mi cliente, él tiene derecho a que se esclarezcan los hechos y se haga justicia”.
La abogada explicó que La Barbie elaboró durante varios meses la misiva, que fue perfeccionando de su puño y letra, por lo que fue hasta ahora que decidió hacerla pública.
“Yo pude haber hecho lo que haya hecho, pero ellos, los funcionarios públicos que menciono también son parte de la estructura criminal de este país”, remata el narcotraficante, quien nació en Laredo, Texas, el 11 de agosto de 1973, y por lo menos desde que tenía 20 años en Estados Unidos se le consideraba un criminal. Entonces tenía un apodo menos glamoroso: Mike.

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