Fabricó la PGR mi caso, acusa Garay, ex jefe de PF libre tras cuatro años preso

Staff / Agencia Reforma

Ciudad de México

Tras ser exonerado de los delitos de robo, delincuencia organizada y abuso de autoridad, Víctor Gerardo Garay Cadena, ex jefe de la Policía Federal (PF), aseguró que fue un preso político.
“Tengo la certeza de que así fue, ser un preso político, yo fui un preso utilizado para desarticular una estructura que venía manejando y haciendo los esfuerzos para una estrategia policial”, dijo.
El ex mando, cercano colaborador del actual Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, reiteró que es inocente de los delitos por los que estuvo preso durante cuatro años.
“Estoy absuelto y libre porque demostré mi inocencia”, expresó en entrevista con Primero Noticias.
“Aquí hay una paradoja, me ubican a mí como colaborador de la delincuencia organizada de la estructura criminal de los Beltrán Leyva y recibir dinero y por otra parte soy acusado de robarlos a ellos”.
Garay Cadena sostuvo que la Procuraduría General de la República (PGR) inventa los casos y usa testigos protegidos para fabricar declaraciones.
También responsabilizó a los fiscales cercanos a la procuradora Marisela Morales de haber fabricado las pruebas en su contra.
“Fue a partir de la Procuraduría General de la República donde a través, con testigos protegidos, que son delincuentes confesos, fabrican casos y declaraciones con el fin de consignar gente a un proceso judicial””, aseveró.
Sobre las declaraciones en las que Édgar Valdez Villarreal lo acusa a él y a García Luna de recibir sobornos de la delincuencia organizada, aseguró que es falso y exigió que lo pruebe.
“El que imputa tiene la obligación de demostrar que así es”, expuso, “que presente la pruebas, porque es mentira, es una verdadera mentira de un criminal que está queriendo gozar de beneficios”.
Garay Cadena añadió que está analizando contrademandar a la PGR y a los fiscales que firmaron su averiguación previa.
Un tribunal federal le revocó la condena de cuatro años de prisión impuesta por el delito de robo contra Garay Cadena, involucrado en un cateo a una mansión en el Desierto de los Leones en 2008, y con ello ordenó la libertad del ex mando.
De acuerdo con allegados al caso, el Segundo Tribunal Unitario Penal con sede en Tepic, Nayarit, echó abajo el fallo impuesto en primera instancia por el Juzgado Segundo de Distrito de la misma ciudad, motivo por el que éste abandonó el penal federal El Rincón.
En primera instancia, el ex funcionario ya había sido absuelto de los delitos de delincuencia organizada y contra la salud, cargos de mayor penalidad que le imputó la PGR.
El principal acusador de Garay Cadena era Édgar Enrique Bayardo del Villar, comandante de la División Antidrogas de la PF, quien señaló al hoy ex mando de brindar protección a los Beltrán Leyva.
Bayardo del Villar se convirtió en testigo protegido de la PGR, sin embargo, fue ejecutado el 1 de diciembre de 2009 en una cafetería de la colonia Del Valle de la ciudad de México.
Garay Cadena, de acuerdo con la PGR, encabezó el operativo del 19 de octubre de 2008 en la mansión del Desierto de los Leones, con el cual buscaban detener a Mauricio Harold Poveda Ortega, El Conejo, narcotraficante colombiano identificado como el principal proveedor de cocaína de los Beltrán Leyva.
El Conejo escapó durante el cateo, pero fueron detenidas más de diez personas.
Policías y detenidos declararon a la PGR que Garay Cadena se había robado 500 mil dólares, joyas con valor de 100 mil dólares y un perro, además de que presuntamente llevó a cabo una orgía con prostitutas presentes en el lugar, donde se celebraba la fiesta de cumpleaños de Juliana López Aguirre, pareja sentimental de El Conejo.
Las acusaciones más graves, de proteger a los Beltrán Leyva, fueron desechadas en la sentencia del Juzgado de Distrito de Nayarit, que sólo halló elementos para condenarlo por el robo de 500 mil dólares.
No obstante, el Segundo Tribunal Unitario consideró que no había elementos para sustentar esta acusación y liberó a Garay Cadena, quien desde hace un mes ya había compurgado la condena de primera instancia.