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Frenan reforma a la administración pública de Peña Nieto; reprocha el PRI

Claudia Guerrero / Agencia Reforma

Ciudad de México

La bancada del PRI en el Senado perdió la batalla para garantizarle al presidente electo, Enrique Peña Nieto, el nuevo diseño del que será su gabinete.
A pesar de que realizaron diversas ofertas a las bancadas del PAN, PRD y PT para avalar las nuevas facultades de la Secretaría de Gobernación y la desaparición de las secretarías de Seguridad Pública (SSP) y la Función Pública (SFP), los legisladores las rechazaron.
En diversos momentos de la negociación, el coordinador del tricolor, Emilio Gamboa, y los senadores priistas que participaron en la negociación, pidieron a los coordinadores del PAN, Ernesto Cordero, y del PRD, Miguel Barbosa, que aprobaran sin modificaciones la minuta enviada por la Cámara baja.
La intención era turnarla al Ejecutivo, acelerar su promulgación y permitir que Peña Nieto nombrara su gabinete con el nuevo diseño.
A cambio les ofrecieron, primero, impulsar una reforma la próxima semana para cumplir algunas de sus demandas, como el derecho del Senado a ratificar a los mandos policiacos adscritos a Gobernación o la permanencia de la SFP hasta que el Congreso apruebe la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción.
Como no cedieron, los priistas incluso ofrecieron a su contraparte aprobar la nueva reforma ayer mismo, durante la sesión ordinaria en la que se aprobaría la reforma.
Alrededor de las 7 de la mañana, los senadores del PRI aseguraban que tenían en la bolsa el acuerdo con los panistas y perredistas para sacar adelante la reforma y que Peña Nieto la pudiera estrenar hoy mismo.
Sin embargo, Cordero y Barbosa acuartelaron a sus senadores para informarles que no cederían.
El perredista dijo que su los de su bancada no serían paleros del nuevo gobierno.
Informó que el PRD propuso al PRI, hace varios días, que se colocara en un transitorio la decisión de realizar una reforma constitucional posterior para permitir que el Senado ratifique a los mandos policiacos que quedarán bajo el mando de Gobernación.
Al relatar las negociaciones que se gestaron en privado, Barbosa aseguró que el PRI se negó a aceptar el planteamiento que después pretendía ofrecer como “solución”.
“El PRI dijo que no podía avanzar y que iba a consultar con el equipo de Peña Nieto, no aceptaron y se paró la negociación”, señaló.
Cordero reiteró que el bloque de legisladores mantendrá su rechazo a que la SFP desaparezca hasta que el Congreso cree el nuevo órgano anticorrupción.
Explicó que en ningún país la seguridad pública se encuentra en manos de las mismas instituciones encargadas de la conducción política del país.
“Nadie tiene el mando sobre 37 mil elementos policiacos, más los que integrarán la Gendarmería Nacional”, expresó.
Cordero defendió la intención del PAN y el PRD para establecer cuatro “controles democráticos” que obliguen al titular de Gobernación a comparecer ante el Senado para informar de la política de seguridad.
Detalló que también buscan que el Secretario informe cada tres meses a la Cámara alta sobre los avances de esa política, que la ley otorgue al Senado la facultad de ratificar a los mandos policiacos adscritos a Gobernación, y que los permisos para la portación de armas queden bajo el control de la Defensa Nacional.

Bloque opositor

A pesar de los resultados, Gamboa aseguró que el PRI no fracasó.
“No es una derrota para el PRI, ni para el PVEM ni para el Presidente Peña Nieto”, sostuvo.
Sin embargo, lamentó que esta sea la primera vez que se le regatea a un presidente la forma de integrar su gabinete.
Aseguró que con el rechazo a la iniciativa del presidente electo se oficializó la creación del bloque opositor al nuevo gobierno.
“Fue una negociación difícil y compleja. No pudimos llegar al acuerdo y atender todas las peticiones. (El PAN y el PRD) hoy se han convertido oficialmente en el bloque opositor del Gobierno”, dijo en conferencia de prensa, acompañado de decenas de senadores priistas.
Gamboa consideró que el fracaso de la negociación no implicará romper las relaciones con el resto de las fuerzas políticas, pero sí un cambio de estrategia.

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