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Guerrero cierra el sexenio de Calderón con 4 mil 641 asesinatos, sólo después de Chihuahua y Sinaloa

Daniel Velázquez

 

Durante el sexenio de Felipe Calderón se registraron en Guerrero 4 mil 641 ejecuciones, cifra que ubica al estado en el tercer lugar nacional como una de las entidades con más asesinatos, sólo detrás de Chihuahua con 10 mil 57 homicidios, y Sinaloa con 6 mil 322, según estadísticas publicadas ayer por el diario Reforma.

En agosto de este año el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reportó que de 2005 a 2011 el número de homicidios en Guerrero aumentó un 300 por ciento, pues en 2005 se registraron 591 asesinatos y en 2011 la cifra subió a 2 mil 425, de acuerdo con datos recabados en 4 mil 723 oficialías del registro civil y 96 agencias de ministerio público.

Esa realidad hizo que de 2006 a 2012 los discursos del presidente Felipe Calderón sobre el estado estuvieran dedicados principalmente a la inseguridad y a la violencia, tanto los que pronunció en sus visitas a la entidad como algunos que dio fuera de ella a consecuencia de la gravedad de los hechos suscitados en Guerrero.

En el sexenio de Felipe Calderón el gobierno federal impulsó dos estrategias de combate a la inseguridad; en 2007 con el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo impulsó la operación Conjunta Guerrero desde el grupo Coordinación Guerrero donde se aglutinaron todas las autoridades responsables de la seguridad pública, y en 2011 con el actual gobernador Ángel Aguirre Rivero impulsaron la operación Guerrero Seguro.

En ambas operaciones policiales el Ejército, la Marina y la Policía Federal fueron los protagonistas de las estrategias de seguridad, las cuales no han podido disminuir los índices de violencia en el estado ni en el puerto de Acapulco.

 

Violencia imparable

 

Desde 2005 los titulares de los periódicos locales han estado dedicados principalmente a los hechos de violencia que ocurren en el estado, donde se registraron enfrentamientos, ejecuciones, levantones, persecuciones, balaceras, vehículos quemados y narcomensajes.

Además entre las víctimas de la inseguridad se cuentan personas que murieron producto del fuego cruzado entre presuntos grupos delincuenciales o entre militares y presuntos grupos delictivos.

Sin embargo en sus discursos el presidente Calderón decía que los muertos civiles eran menos y que la mayoría de los caídos eran miembros de la delincuencia organizada.

Las ejecuciones que se registraron en el estado también fueron en aumento en cuanto al grado de crueldad con que las víctimas fueron asesinadas; al principio los homicidios fueron con armas de fuego, algunos cuerpos presentaban el tiro de gracia, pero después eran decapitados, calcinados, desmembrados, desollados o sepultados en fosas clandestinas.

En el sexenio de Felipe Calderón la violencia que se registró en el estado tuvo presencia en toda la entidad pero las regiones donde la violencia fue constante son Tierra Caliente, Costa Grande y Acapulco.

En los municipios donde se tiene registro de hechos violentos son Quechultenango, Tecpan, Teloloapan, Petatlán, Chilpancingo, Altamirano, San Miguel Totolapan, Arcelia, Zihuatanejo, La Unión, Iguala, Ajuchitlán, Coyuca de Catalán, Taxco, Zirándaro, Coyuca de Benítez, Cualac, Tlalchapa, Tlacotepec, Cruz Grande, San Marcos, Zapotitlan, Tecoanapa, Pilcaya, Atoyac, Tlapa, Chilapa y Tlacoachistlahuaca.

Entre las víctimas de la violencia se contaron taxistas, choferes de camiones urbanos, comandantes de la policía estatal, comandantes de la policía municipal, policías municipales, policías estatales, militares, marinos, jóvenes entre 20 y 30 años y adolescentes menores de edad.

El 19 de enero de 2007 el presidente de la República durante la ceremonia de entrega del sable de mando de la Marina puso en marcha la Operación Conjunta Guerrero en la que se dijo participaron 7 mil 600 efectivos federales pertenecientes al Ejército, la Armada, la Policía Federal Preventiva y la Fuerza Aérea y policías de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).

El objetivo de esa acción, dijo en ese entonces Calderón Hinojosa, era “cumplir con nuestro deber y restablecer las condiciones de seguridad que merecen los guerrerenses y coadyuvar así con las fuerzas del orden estatal en su combate a la delincuencia organizada”.

La operación Conjunta Guerrero fue “para combatir en el estado a células locales de narcotraficantes y otras que posiblemente son dirigidas por los Beltrán Leyva y si pudiera haber otras es algo que tenemos que comprobar”, dijo.

El 9 de febrero de ese mismo año el entonces secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, dijo que Acapulco es un foco rojo. “Sepamos que la realidad está muy difícil”, dijo en esa ocasión.

El 28 de marzo de ese mismo año durante la clausura del Tianguis Turístico de Acapulco, Calderón Hinojosa se refirió a los 72 días de la operación Conjunta Guerrero y dijo que había una disminución del 30 por ciento de las ejecuciones relacionadas con la delincuencia organizada.

También convocó a las autoridades locales a cerrar filas en la lucha contra el narcotráfico y a que no bajaran la guardia porque estaba en juego el futuro del país.

Será “una batalla larga y difícil, costará muchos recursos, que nos va a tomar tiempo, que por desgracia costará muchas vidas humanas pero es una batalla que el gobierno está absolutamente resuelto a librar sin tregua ni cuartel y por supuesto a ganar con el apoyo de todos los mexicanos”.

El 11 de octubre de ese mismo año durante la presentación del programa Mi Masa en Zapotitlan Tablas, en declaraciones hechas por el entonces gobernador Zeferino Torreblanca, se supo que el presidente consideró como “grave” el problema de la inseguridad en el estado.

El 22 de diciembre de 2008 el presidente de la República durante el 193 aniversario de la muerte de José María Morelos guardó un minuto de silencio en memoria de los 8 militares asesinados y decapitados el 21 de diciembre en Chilpancingo. Ese día Calderón Hinojosa dijo que el estado “llevará hasta sus últimas consecuencias” la lucha contra la delincuencia organizada.

En enero de 2009 el Observatorio Ciudadano en Seguridad Pública, que se constituyó en Guerrero por disposición del Acuerdo Nacional de Seguridad, denunció que el gobierno estatal incumplía con las acciones para garantizar la seguridad y ofrecía cifras “incongruentes” e “irreales” de los delitos que se cometían en la entidad.

Durante la 24 sesión del Consejo Estatal de Seguridad, el representante del Observatorio Ciudadano, Enrique del Rayo Castrejón, informó que Guerrero se ubicaba en el lugar 20 entre los estados de la República en cuanto a incidencia delictiva, que el 81 por ciento de los delitos cometidos en Guerrero no son denunciados, y que en ese entonces la entidad ocupaba el primer lugar nacional en delitos cometidos a mano armada.

El 15 de febrero de ese mismo año, durante su intervención en la ceremonia de despedida del buque escuela Cuauhtémoc, el presidente Felipe Calderón llamó a los mexicanos a estar unidos y a delatar a los criminales vinculados con el narcotráfico, y no resignarse a entregar a la sociedad ni a las familias a esos intereses.

El presidente señaló que se debía tener bien claro el tipo de enemigo que se tiene enfrente, que es una amenaza para la tranquilidad de los mexicanos y que tiene que ser combatido y derrotado. Y agregó que “el enemigo” muestra en cada uno de “sus actos de barbarie, por un lado, su nivel de desesperación, y, por otro, el tamaño de su cobardía”.

Luego lamentó: “Habría que preguntarse cómo es posible que hayamos como pueblo sido capaces de tolerar que semejante barbarie penetrara en la sociedad mexicana, que se asentara en nuestras calles, que penetrara a nuestras autoridades”.

Pero dijo que más que eso los ciudadanos tienen que unirse “en el repudio y en la acción, señalar y delatar a los criminales” por medio de los mecanismos que han construido el gobierno federal y las fuerzas armadas.

El 21 de marzo de ese mismo año el  presidente Calderón inauguró el libramiento Tecpan, donde dijo que el principal problema del país es la inseguridad vinculada a la violencia del crimen organizado.

El 1 de agosto de 2009 Calderón Hinojosa en su discurso de bienvenida a la tripulación del buque escuela Cuauhtémoc lanzó una nueva advertencia a los cárteles del narcotráfico, a los cuales llamó fuerzas que “de facto e ilegalmente” buscan imponerse al Estado.

Dijo que para “preservar la seguridad interior implica, además, hacer valer la fuerza constitucionalmente establecida, incluyendo la Fuerza Armada, sobre quienes de facto e ilegalmente pretenden imponerse sobre la vida y las condiciones comunitarias de los mexicanos, alterando su tranquilidad y su orden”.

El 26 de noviembre de 2009 el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la inseguridad (ICESI) reportó durante la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, que Guerrero se ubicaba en cuarto lugar nacional en la lista de los estados con más altos índices de inseguridad.

El 4 enero de 2010 Felipe Calderón durante la ceremonia de inauguración del hospital Donato G. Alarcón en Ciudad Renacimiento, dijo que su gobierno seguiría con su trabajo de defensa “en contra de quienes amenazan la libertad de la gente, en contra de quienes pretenden someter a los mexicanos y hacernos sus siervos, acatar sus instrucciones, obedecer sus extorsiones, vivir con miedo”, en referencia al narcotráfico.

El 25 abril de ese mismo año Calderón Hinojosa durante la inauguración de la 35 versión del Tianguis Turístico de Acapulco, se comprometió a garantizar la seguridad en las ciudades turísticas del país enfrentando al crimen organizado. “Con determinación, no descansaremos hasta lograr los estándares de seguridad para nuestras familias y de los que nos visitan”, dijo.

El 10 enero de 2011 mientras en la Secretaría de Gobernación autoridades federales y estatales afinaban la nueva estrategia de seguridad para Guerrero, en Los Pinos el entonces secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poire Romero, acusó a las autoridades del estado de “inacción” ante los grupos delincuenciales.

“Es lamentable lo que ha ocurrido en los alrededores de la ciudad de Acapulco en los últimos días, pero es un ejemplo claro de que la violencia se origina por la lucha entre las organizaciones criminales y por la inacción, también hay que decirlo, de las autoridades locales. Además no se ha dado ese proceso… de depuración, de transformación, de recomposición y de reconstrucción de las fuerzas institucionales locales”.

El 7 abril de ese año el presidente Felipe Calderón durante la inauguración de la 74 edición de la Convención Nacional Bancaria recriminó que en Guerrero y Acapulco se incumplió con la depuración de los cuerpos policiacos, y condicionó la permanencia del Tianguis Turístico en el puerto a la realización de ese compromiso.

El 8 abril de 2011 en su discurso de despedida del Buque Escuela Cuauhtémoc, Felipe Calderón dijo que el día que el país cuente con policías “profesionales, honestos, capaces y confiables”, los soldados y marinos volverán a sus cuarteles, “a las labores tradicionales y cotidianas”, en respuesta  al llamado que hizo una comisión de la ONU para que en “corto plazo” el Ejército saliera de las calles y dejara de realizar tareas de policía.

El 12 de septiembre de 2011 en Morelos, en su tercer diálogo con motivo de su quinto Informe de Gobierno, el presidente de la República se refirió a Acapulco y la decisión del gobierno federal de hacer itinerante el Tianguis Turístico.

“Sé que Acapulco ha pasado un momento muy difícil por el tema de seguridad, pero estamos comprometidos en las dos cosas, por resarcir y recomponer perfectamente el tema de seguridad allá en la bahía y en el estado de Guerrero y, además por volver a ser un centro como lo es todavía pero con más fuerza, un centro turístico, atractivo, de primer nivel, con mucha fuerza”, dijo.

El siete de octubre empieza la operación Guerrero Seguro con el despliegue de 2 mil policías entre militares, marinos y policías federales.

El 26 de octubre de 2011 en una reunión de evaluación de los primeros 20 días de la operación Guerrero Seguro, el presidente dijo que “Acapulco debe saber que no está solo y que el gobierno federal apoyará con todo a Acapulco para que recupere la tranquilidad de sus familias”.

“Hasta que no logremos recuperar la estabilidad y las condiciones mínimas de seguridad institucional que Acapulco y Guerrero requieren, el operativo Guerrero Seguro va a seguir insistiendo en que la única manera de lograr una convivencia tranquila, justa y duradera, la seguridad que todos queremos, es fortaleciendo las capacidades institucionales y reconstruyendo el tejido social”.

El 24 de noviembre de 2011 en su discurso para conmemorar los 186 años de la Marina Armada de México y recibir el Buque Escuela Cuauhtémoc, Felipe Calderón dijo que la operación Guerrero Seguro ya había mostrado resultados positivos para la gente.

El presidente también defendió su estrategia de combate al narcotráfico, dijo que “retirar a las fuerzas federales, que son las que están conteniendo, dominando y replegando a la criminalidad, solo puede derivar nuevamente en la expansión que se le permitió a la criminalidad en México”.

Con la operación Guerrero Seguro el número de homicidios disminuyó en los primero tres meses de la puesta en marcha de operación (octubre, noviembre y diciembre) pero a partir de enero de 2012 volvieron a incrementarse las ejecuciones y desde entonces no han disminuido.

El 25 de enero de 2012 el entonces secretario de Gobernación Alejandro Poiré dijo que con la operación Guerrero Seguro bajaron casi en un 60 por ciento los homicidios en Acapulco pero le preocupaba el repunte de la violencia.

El 16 de marzo en Chilpancingo durante la inauguración del Hospital Donato G. Alarcón, Calderón Hinojosa dijo que la operación Guerrero Seguro continuaría hasta que el estado recupere totalmente su seguridad.

“Vamos a seguir con el operativo Guerrero porque sé que por aquí siguen teniendo problemas en esta zona, en Chilpancingo, en Tierra Caliente, en Costa Grande, en otras partes, por eso vamos a seguir apoyando con todo a Guerrero hasta que recupere totalmente su seguridad”, dijo.

El 27 de abril pasado el secretario de Gobernación y el gobernador firmaron el convenio modificatorio del acuerdo de la operación Guerrero Seguro; ahí Poiré Romero dijo que el gobierno federal está en Guerrero “dándole todo el apoyo al gobierno del estado para luchar contra el crimen”.

El 30 de mayo el presidente Calderón puso en marcha el programa Todos por Acapulco en las colonias Renacimiento, Zapata, Progreso y Petaquillas, identificadas como los de mayor incidencia delictiva por el gobierno federal para recuperar el tejido social.

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