Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Con un abrazo para Ezra y Esther Shabot

Todos en defensa de la FIL

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara es la segunda más importante del mundo y debe ser motivo de orgullo para todos los mexicanos. Es obra fundamentalmente de la iniciativa de Raúl Padilla, pero ya es patrimonio de todos y habrá que defenderla incluso contra las pifias de sus organizadores. Este año hubo dos hechos desafortunados. Uno fue la concesión del Premio FIL a un plagiario convicto llamado Alfredo Bryce Echenique, a quien justamente apodan Price Eche-níquel; el otro, el haber declarado desierto el Premio de Periodismo Cultural porque supuestamente no se presentaron a concurso trabajos de mérito. Del primer caso ya han circulado ampliamente los comentarios. Del segundo no porque los más interesados son los propios periodistas, pues muchos de ellos envían sus obras con la esperanza de obtener un reconocimiento. No estaría mal que los organizadores se dieran atribuciones que evitaran tanto el otorgamiento de premios (y dinero de los contribuyentes) a piratas como el peruano, así como decisiones que privan de unos pesos a los colegas, generalmente muy mal pagados. Ah, y será bueno que Julio Ortega no vuelva a figurar como jurado de concurso alguno.

Felices al llegar… y al irse

Cada vez más importante, cada vez más grande, la FIL es punto de reunión de escritores, editores y en menor medida de libreros. En los hoteles aledaños al recinto ferial se reúnen, por ejemplo, colegas que viven en la ciudad de México pero que rara vez llegan a encontrarse en el DF. Allá, en cambio, amigos y enemigos están muy cerca, se hace inevitable encontrarlos y aun compartir con ellos el pan y sobre todo la sal, el chisme, la anécdota, el comentario sobre las lecturas. Es, por supuesto, motivo de gusto toparse con amigos admirados como Hugo Gutiérrez Vega o con ese mago de la imagen que es Rogelio Cuéllar. Lo malo es que cada quien va a cumplir una tarea y suele tener una agenda cargada, de ahí que pocas veces haya oportunidad de asistir a la presentación de un libro ajeno –a menos que uno sea el comentarista– o a uno de los varios actos que dan realce a la feria.

Un libro de Rogelio Cuéllar

A lo largo de casi 40 años de trabajo, Rogelio Cuéllar ha logrado retratar a todo el quién es quién del gremio artístico-intelectual. Con las fotos tomadas a pintores acaba de aparecer un libro, Cuatro décadas del rostro de la plástica 1972-2011, obra publicada por la Fundación Cultural del Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán, la Universidad Autóno-ma Metropolitana, el Laboratorio Mexicano de Imágenes, la firma Markprint y Solar Editores, que se encargó de la hechura del libro con resultados poco loables. Solar es un sello editorial con un cuarto de siglo en el mercado y no es éste su primer libro de fotografía. Sin embargo, suponemos que por una idea equivocada del ahorro, el libro se imprimió a una sola tinta y hay gráficas donde el excesivo contraste hace que se pierdan detalles valiosos, o bien reproducciones de un enfermiza palidez que ofrecen un resultado brumoso, del todo inaceptable cuando se trata de mostrar las excelencias de la fotografía. El enorme talento de Rogelio Cuéllar merecía algo mejor.

La Otra FIL de Guadalajara

Con discreción explicable por la apabullante presencia de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, desde hace nueve años se celebra paralelamente en la capital jalisciense La Otra Fil, que da cabida a editores independientes y marginales y tiene varios espacios, incluso kioscos móviles, tanto en la llamada Perla de Occidente como en otras poblaciones del estado como Tlaquepaque y Ocotlán. En esta especie de FIL alternativa hubo 83 actividades en las que tomaron parte más de un centenar de escritores de varios estados y de España. Las sedes fueron el Centro Cultural Mixcoacalli, el Centro Cultural Punto del Arte o la librería El Aguaje, por no citar más. El programa incluyó recitales de poesía, una exposición de gráfica, teatro, talleres, un encuentro de editores, presentaciones de libros –una de ellas en bicicleta a cargo del colectivo GDL––, performances y conciertos, de los cuales uno corrió por cuenta del Colectivo Los Lavaderos. En fin, a falta de recursos económicos, imaginación, mucha y muy buena imaginación.

En la BUAP, un perfecto hijo

Recientemente se inauguró la Biblioteca Central de la Benemé-rita Universidad Autónoma de Puebla y el primer ventarrón le tiró el techo. Por los mismos días el estadio del equipo futbolero Lobos de la BUAP se inundó, para mostrar cómo son las obras de Enrique Agüera, quien cobra como rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Contra lo que dicen sus malquerientes, el señor Agüera sí tiene una madre, y tan la tiene, que como buen y perfecto hijo le autorizó la concesión para instalar y manejar seis restaurantes –¡seis!– en el Centro Cultural Siglo XXI y uno más en el centro histórico de la capital poblana, precisamente en la Casa de los Muñecos, que es igualmente propiedad de la BUAP. Tantos enjuagues tienen en el centro dos amores: el filial y el pecuniario, que don Enrique practica en forma devota con espléndidos resultados, pues durante su gestión la famiglia Agüera ha visto crecer sus propiedades en forma acelerada. Si se trata de acabar con la pobreza, hay que empezar por la propia, habrán dicho en su momento el señor rector y su familia, muy a tono con los usos y costumbres de la horda priista que ha regresado a gobernar el país.

Concierto en la sinagoga

En la sinagoga de Justo Sierra 71 se celebrará el inicio de Januká, el domingo 9 de diciembre a las 12 horas, con un concierto de Horacio Franco y Santiago Álvarez, quienes interpretarán música de Vivaldi. La entrada general costará 200 pesos y para estudiantes y adultos mayores el precio será de 150 pesos, todo destinado a la conservación de ese monumento que fue en México el primer lugar de culto público de los judíos, mismo que recientemente fue restaurado para devolverle su antiguo esplendor. Además del atractivo que representa escuchar a los maestros Horacio Franco y Santiago Álvarez, para quien no conozca una sinagoga será un interesante acercamiento a la cultura mosaica que tiene tantas y tan bellas expresiones.

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