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Con desorganización y malos tratos recibe Sedesol federal a adultos mayores del 70 y más

Yee Trujillo

Hasta seis horas tuvieron que esperar decenas de adultos mayores formados afuera del Palacio Federal, de pie, recargados en sus bastones o en sillas de ruedas, con hambre y sed, bajo el rayo del sol, entre empujones de un guardia de seguridad y malos tratos, por la desorganización de los encargados del programa 70 y más de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) federal.
Cerca del mediodía, con documentos en mano, adultos mayores y familiares que los acompañaban contaron que hace unos días recibieron una carta de la Sedesol en la que se les indicaban que debían acudir a la dependencia para comprobar que siguen con vida para seguir cobrando los mil pesos bimestrales, y se quejaron porque la mayoría acudió el martes de la semana pasada pero no fueron atendidos y una empleada llamada Nohemí los anotó en una lista y les pidió que volvieran ayer.
Otros de los adultos mayores aseguraron que tramitaron una cita por teléfono o registrándose en una página de internet.
“Nos mandan una carta en la cual viene un número y tienes que hablar, y te dan cita para que no hagas esta fila y aún así la vuelves a hacer. Que tengan más organización porque si te hacen una cita no van a saturar para que las personas estén sin comer en el rayo del sol, están parados”, criticó la nieta de dos beneficiarios del programa, Denise Pineda.
“Todos traen cita según y está la cola, todos traen cita por internet, pero mire, no es justo, esto ya se les salió de control”, lamentó otra adulta mayor que aseguró que algunos adultos mayores se desmayaron por la mañana y mostró una hoja impresa de la cita hecha en internet para las 10 de la mañana.
“Desde las 8 de la mañana llegamos nosotros, y la mujer de ahí está desde las 6:30 de la mañana, y mire, aquí estamos, y no nos pasan, ya tenemos toda la mañana aquí”, se quejó una señora de 74 años que se encontraba a la mitad de la fila.
“Danos chance, chamaco”; “déjanos pasar, estamos hartos de estar en el sol”; “¿qué te pasa, niño?, abre la puerta”; “oye, atiende la cola”, gritaban los adultos al guardia de la entrada del Palacio Federal que, ante la insistencia de los inconformes para pasar a la sombra, comenzó a empujarlos para alejarlos de la puerta y finalmente exclamó: “que se esperen, ya está llena la oficina”.
Minutos después, ante la inconformidad de los adultos mayores, dos trabajadores de 70 y más salieron molestos a atender a los beneficiarios: “no, no, no, señor, entienda”, “no, no, yo no quiero saber de la semana pasada”, “los que no traen cita no van a pasar”, “la que los apuntó está en el parque Papagayo”, “solamente los que se incorporaron de enero a julio”, gritaban a los adultos, “yo no sé nada de dinero, aquí no van a cobrar, yo no sé cuándo van a cobrar”, gritó uno de ellos a un octogenario que se acercó a preguntar cuándo recibirían el dinero del programa.
Luego, los trabajadores comenzaron a decirle a los adultos mayores que si no tenían la hoja impresa de la cita que hicieron por internet no serían atendidos, que los que no tenían cita podían acudir a la ventanilla ubicada en el parque Papagayo para tramitarla, y que podían irse a sus casas y volver otro día porque el procedimiento se realizará hasta el 26 de diciembre.
En entrevista, uno de los trabajadores de 70 y más, Gustavo Salinas, justificó la desorganización y la larga fila de beneficiarios diciendo que el problema se debía a que el lugar es muy pequeño y a la mala organización de los adultos mayores porque “se presentan los de la cita y se presentan los que no tienen cita”.
Aseguró que “a nadie se le citó tan temprano” y luego dijo que la mayoría de las personas formadas no tenían cita.
“Todos me dicen que tienen cita desde las 9 de la mañana y nadie me muestra la cita, solamente eso dicen y aquí están parados sin cita”, señaló.
“Hay que recordar que todos son adultos mayores y son muy difíciles a veces de trabajar con ellos o de convencerlos, o de que ellos te platiquen la verdad”, agregó.
“No es posible que le hagan esto a los abuelitos, desde la semana pasada así los traen, si no entran ¿ no pueden mandar a tres changos que bajen a ver si están vivos o no?”, expresó molesto un trabajador de la Semarnat.
Hasta las 12:30 de la tarde, unos 60 adultos mayores que aseguraron tener una cita para las 9 o 10 de la mañana continuaban esperando en la fila para entrar al edificio, y otros 50 esperaban en la planta baja porque un empleado de otra dependencia abrió una de las puertas que cuidaba el guardia para dejarlos entrar.

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