Marcial Rodríguez Saldaña

La Universidad Autónoma de Guerrero, la institución de educación media superior más importante en el estado, vive momentos inéditos. Un hecho desafortunado y lamentable como el fallecimiento del ex rector Dr. Ascencio Villegas Arrizón, quien hizo una extraordinaria gestión, ha propiciado el nombramiento del Dr. Alberto Salgado como rector interino y ha  desencadenado el proceso de sucesión de la Rectoría.
1.- Desde la creación de la UAG como institución autónoma, producto del movimiento estudiantil y popular de 1960, no se había presentado el hecho de que un rector en funciones renunciara por motivos de salud y falleciera; se había dado el caso del Dr. Jaime Castrejón Díez, quien en funciones de rector fue secuestrado, por lo que tuvo que dejar el cargo y elegirse un nuevo rector en 1972.
2.- La UAG ha vivido etapas muy convulsivas, desde los periodos de agresión externa por parte de los gobiernos federal y estatal en la década de los años setenta y principio de los ochenta, a causa del proyecto Universidad-Pueblo, lo que naturalmente propició la unidad interna para defender la autonomía universitaria, a muchos costos como el asesinato, desaparición, encarcelamiento, destierro de líderes universitarios y despojo de instalaciones como la de la Escuela Superior de Agricultura, hasta conflictos internos por el poder. En esta etapa que va de 1972 a 1978, hubo candidatos de unidad de la izquierda en la UAG, en 1972 Rosalío Wences Reza y en 1975 Arquímides Morales Carranza, que compitieron contra candidatos del gobierno.
3.- Generalmente las elecciones para rector desde 1978 han sido polarizadas ya que han competido dos grandes bloques internos con sus propios candidatos. En cada elección hay una recomposición de alianzas entre los grupos y hay un reacomodo de fuerzas, las corrientes se unen para una elección pero en el siguiente proceso electoral se pueden confrontar, en otros casos las propias corrientes en el poder se dividen y pierden la Rectoría; así se ha desarrollado la historia política en la UAG en los últimos 30 años.
4.- Un hecho inédito ha ocurrido en esta adelantada elección del rector, que consiste en que algunos universitarios y corrientes políticas que habían competido y no habían podido ganar la Rectoría de la UAG en los últimos dos periodos se han sumado a una candidatura de unidad.
Hay quienes en forma errónea a partir de la reflexión de que estos grupos han sido acérrimos críticos de las políticas de las dos últimas administraciones universitarias, ven en esta decisión varias razones como: el que sus organizaciones de hayan diluido, que los liderazgos se hayan desvanecido, que estén en su fase política terminal o un pragmatismo común en el sentido de que si no han podido vencer al adversario lo mejor es unirse a él. Pero hay que apreciar esta determinación como un acto de madurez y responsabilidad para contribuir a esta candidatura unitaria.
5.- Hay que abonar el mérito de la candidatura unitaria a todos los universitarios y organizaciones y al candidato Javier Saldaña Almazán, quien con sensibilidad ha conseguido este logro que ningún otro candidato en la historia de la UAG lo había obtenido, quien  se ha forjado en la cultura del esfuerzo y se ha destacado en su capacidad de gestión universitaria para obtener recursos para mejorar las funciones sustantivas de nuestra Alma Mater.
6.- La transición en la UAG requiere mucha estabilidad y prudencia, por ello es importante que se respalde la gestión institucional del rector interino Dr. Alberto Salgado, que se desalienten los intentos radicales de confrontación, para que la campaña sirva para convencer a los universitarios de votar y legitimar masivamente el Programa de Gobierno del candidato único y se generen las condiciones de un nuevo rectorado en el mejor ambiente unitario que encabezará el Dr. Javier Saldaña Almazán con su proyecto de “Por una Universidad de Calidad con Inclusión Social”.

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