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CARTAS

Aréstegui da su versión del conflicto de la Universidad Intercultu-ral y vecinos de La Ciénega

Señor director:

Estimado Juan, en virtud de que la nota aparecida el día 4 de diciembre se presta a confusión, te solicito me des la oportunidad de replicar y dar cabida a una aclaración necesaria y en defensa de nuestro prestigio como institución de educación superior respecto al conflicto que se vivió en La Ciénega, sede de la Universidad Intercultural del estado de Guerrero y que fue tema de la reunión celebrada en Mixtecapa, el sábado primero de diciembre, misma que cubrió el corresponsal de El Sur Sergio Ferrer.
Como se sabe, el conflicto inició con motivo de la firma de un convenio entre la UIEG y la Semaren en septiembre para impulsar una campaña informativa en la propia lengua de los pobladores acerca de cómo se han deteriorado las zonas boscosas por diversas causas, las posibilidades de revertirlo, los proyectos viables y posteriormente realizar una consulta en los núcleos agrarios sobre la viabilidad de crear una reserva de la biósfera, beneficios y desventajas de la misma y donde fueran las comunidades las que definieran las reglas de operación e integraran su consejo de vigilancia.
Por otro lado, paralelo a la firma del convenio, algunos vecinos de La Ciénega, dueños de algunos cuartos que se rentan a los estudiantes a precios muy altos y en condiciones de ausencia total  de servicios, se manifestaron molestos porque la UIEG abrió una residencia universitaria para mujeres indígenas y ese hecho les minaba sus rentas; al respecto comento que “casualmente” estos vecinos son socios de un aserradero simulado de cooperativa que opera en la región de manera irresponsable. Estos hechos dieron lugar a que los vecinos comentados, junto con el cura Melitón Santillán, de manera dolosa y sin ninguna prueba, corrieran el rumor de que un servidor se había apropiado de un cerro y lo había vendido a las compañías mineras, ocasionando obvia indignación entre los habitantes de la Ciénega. Indignación resultado de la supuesta venta del terreno y mal informando sobre las características de la campaña  y convenio antes citado, afirmando que ya se habían expropiado las tierras.
Esta desinformación y manipulación de los habitantes dio pie a la realización de un foro para rechazar el proyecto de la consulta y se impidió mi asistencia y la de cualquier compañero de la UIEG que pudiera dar la información correcta sobre el contenido del convenio firmado; en ese foro se avaló la toma de la universidad que ya estaba previamente decidida, toma que derivó en la privación ilegal de la libertad de nueve compañeros: directivos, maestros y trabajadores así como la vejación y el maltrato a los mismos.
Ante la desinformación y el descontento, la universidad dejó sin efecto el convenio, retirándose de la campaña informativa y entiendo que SEMAREN ha suspendido el proyecto. A pesar de ello los caciques y el cura han intentado continuar con una campaña de descrédito, insistiendo en la supuesta venta del cerro, tema que en la citada reunión de Mixtecapa les pidieron pruebas de dicha venta, argumento que no pudieron seguir  sosteniendo.
Quienes sostienen la demanda de mi salida de la institución utilizan el falaz argumento de haberme apropiado de un terreno sin decir cuál, y haberlo vendido sin decir a quién, sólo pretenden engañar a la gente haciendo de lado que los bienes comunales no se pueden ni comprar ni vender; en realidad el cura y los caciques buscan mi salida para poder seguir manipulando a los pueblos aprovechándose de la falta de información y del fanatismo religioso.
No omito que las acusaciones no sólo son falsas e irrisorias sino que limitan el trabajo y la credibilidad de esta Universidad. Quisiera invitar a través de este medio a aclarar cuáles son las facultades de un servidor en ese sentido, pues como tú y los lectores sabrán no está dentro de ellas determinar una reserva de la biosfera, concesionar cerros a mineras ni vender tierras propiedad de comuneros y ejidatarios.
Algunas organizaciones se han hecho eco de esa campaña, adoptando un  indigenismo indefinido e idealizado sin reconocer que en el seno de los pueblos indígenas también existen contradicciones de clase (el problema fundamental de los indígenas no tiene que ver tanto con el respeto absoluto a su “cultura e identidad” sino con su constitución efectiva en ciudadanos de la nación política mexicana de plenos derechos, verdaderamente libres y decididamente racionales y esto sólo se logra a través de la educación pública, laica y racional otorgada por el Estado).

Atentamente
Rafael Aréstegui Ruiz
Rector de la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero

Urgen a esclarecer el asesinato de Juventina Villa

Señor director:

Desde Pilcaya, exigimos el pronto esclarecimiento del homicidio de la ecologista Juventina Villa. No más dilaciones a la investigación. No más impunidad.

Ivette Alva
Izquierda Verde Guerrerense

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