Jaime Castrejón Diez

El futuro del petróleo

En la gira internacional que hizo el presidente electo Enrique Peña Nieto tocó en formas diferentes el asunto del petróleo. Lo hizo en Brasil, en Argentina y en España con diferentes enfoques lo que hace a uno pensar que debiera haber una precisión sobre este tema que es tan importante. Es claro que una de las prioridades del nuevo gobierno es relanzar económicamente al país y para ello el petróleo es un elemento indispensable.
En Brasil elogió a Petrobras y lo consideró como un elemento no solo trascendente sino esencial en la economía brasilera, uno pensó que había varios procesos que seguir para poder hacer algo como lo de Petrobras, por un lado permitir la competencia en el territorio nacional como hizo Brasil, cotizar en la Bolsa de Valores y además definir claramente el procedimiento de inversión. Estos temas cuando se trataron en España el matiz fue diferente, el petróleo es propiedad de la nación y la rectoría del Estado no se va a perder. En estas dos posiciones hubo una contradicción o falta una explicación clara para entender el plan que tiene el Presidente de México.
El mismo Cuauhtémoc Cárdenas pidió precisiones porque la vaguedad de la propuesta se presta a muchas interpretaciones. El Ing. Cárdenas aprovechó para decir que la inversión necesaria para el país debe ser orientada a la petroquímica, pero aquí también habría que precisar cuales serán los términos de la inversión. Muchas veces se ha hablado de abrir Pemex y se ha retirado la idea rápidamente cuando hubo objeciones de tipo constitucional y algo que es muy claro es que generaciones enteras han vivido con la idea de la rectoría del Estado en el ámbito energético y cualquier cosa que se diga o se especule sobre este tema causa problemas.
El problema real de una posición sobre el petróleo es que ha habido un cambio de orientación en el gobierno que pudiéramos dividir en un periodo realmente revolucionario que empieza con la Revolución y termina con la elección de Miguel de la Madrid. En ese periodo gubernamental es cuando empieza el México tecnocrático y cuando entra el neoliberalismo. Este nuevo enfoque supone cambios estructurales que no hubo y esto hace que haya una continuidad de políticas que corresponden a otro tiempo y a otra estadía de desarrollo político del país y que nadie ha querido tocar. Y esto se ve en las reacciones del nuevo presidente, después de la gran apertura que mostró en su visita a Brasil que luego se volvió a cerrar en la posición que tomó en España con los inversionistas. Hay varios aspectos que se tienen que definir para cambiar una política petrolera: una es si se va a atraer inversión, hacia que parte de la industria, con qué incentivos y sobre todo con cuáles mecanismos. Porque podría ser una simple emisión de bonos con una tasa fija que atraiga inversiones, pero eso no haría el gran flujo de dinero que se requiere para desarrollar los grandes recursos naturales del país. Es necesaria la precisión para poder atraer la inversión y al mismo tiempo hacer las modificaciones necesarias en la estructura de Pemex para poderlas realizar.
En el discurso de toma de posesión una de sus decisiones fue el de dar una mayor apertura al sector privado y caminar hacia una política petrolera que signifique un mayor beneficio a la Nación. En las negociaciones del Pacto por México, los partidos marcaron los límites de esta reforma. El compromiso 57 del Pacto establece que “se realizarán las reformas necesarias para crear un entorno de competencia en los procesos de refinación, petroquímica y transporte de hidrocarburos sin privatizar las instalaciones de Petróleos Mexicanos”. Estos serán los límites que los partidos y sus legisladores harán valer en el Congreso, lo que significa que solamente los procesos secundarios serán sujetos de cambios.
Para quienes creían en una modernización total de este campo de acción la noticia no es del todo buena, seguiremos siendo el país con mayor control estatal en este ámbito. La liberación de los tres procesos secundarios podrían impulsar el sector energético y lograr atraer inversiones para un desarrollo importante sobre todo en la petroquímica ya que los otros dos son más limitados. Habrá que esperar la iniciativa para ver sus alcances y las posiciones de los legisladores ya que el pacto ha sido solamente cupular y son los integrantes del Congreso los que votan. Habrá que esperar y ver.