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Reciben representantes de la Unión Europea el Nobel de la Paz en Oslo

Inder Bugarin / Agencia Reforma

Bruselas

La Unión Europea, dividida y golpeada por la crisis económica, recibió en Oslo el Premio Nobel de la Paz.
El galardón fue anunciado en octubre pasado por el comité del premio en reconocimiento a los esfuerzos de reconciliación, democracia y respeto a las garantías individuales realizados por el bloque por más de medio siglo.
También premió el modelo de construcción europea, primero como vehículo de paz en el continente y posteriormente como instrumento para promover los valores universales europeos más allá de las fronteras comunitarias, según el comité.
Al evento solemne acudieron los representantes de las máximas instituciones de la Unión Europea (UE)), los presidentes Herman van Rompuy, del Consejo Europeo, José Manuel Barroso, de la Comisión, y Martin Schulz, del Parlamento Europeo, la única instancia cuyos miembros son electos bajo voto universal directo.
“Hemos venido a Oslo para celebrar un logro mayor: cómo Europa, siendo un continente de guerra, se transformó en un continente de paz, en un momento crucial. Sólo cinco años después del final de la Segunda Guerra Mundial, dos países rivales decidieron cambiar el curso de la historia y, siendo enemigos, se convirtieron en socios”, declaró el belga Herman Van Rompuy.
Barroso quien tomó la palabra para enumerar los logros alcanzados en los 60 años que lleva el proceso de integración europea, incluyendo el de libertad, justicia y la democracia, así como la aniquilación de dictaduras y regímenes totalitarios.
“Este es un premio para el proyecto europeo, para el pueblo y las instituciones, que día tras día, durante los últimos 60 años, han construido una nueva Europa”, dijo el funcionario portugués.
El galardón es entregado en un momento en el que las instituciones comunitarias son objeto de críticas por la forma cómo gestionan la crisis en la Eurozona.
Para muchos analistas, las exigencias de austeridad dictadas por Bruselas sólo están erosionando el modelo social europeo y obstruyendo la reactivación económica de los países más endeudados, como Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia. La UE también recibe el premio en una etapa de reorientación presupuestal, la cual contempla una reducción radical de la ayuda para el desarrollo.
Los analistas consideran que los recortes en la cooperación se traducirán en una reducción de la presencia exterior de la UE, y por tanto, de su incidencia en procesos democráticos y de promoción a los derechos humanos.
Entre los países que se verán afectados por los recortes contemplados en el presupuesto de la Unión 2014-2020, figura México, quien dejará de contar con un apartado financiero de cooperación bilateral programable, el cual alcanzó los 55 millones de euros en el periodo 2007-2013.

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