Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Cosechan aplausos las películas Cesare deve morire y Barbara el tercer día de la Berlinale

DPA

Berlín

La tercera jornada de la Berlinale elevó ayer notablemente el nivel con Cesare deve morire, una original vuelta de tuerca a Shakespeare dirigida por los hermanos italianos Paolo y Vittorio Taviani.
Enmarcado en la prisión romana de Rebibbia, este drama carcelario sorprendió gratamente a la crítica internacional y cosechó el primer gran aplauso en la carrera por el Oso de Oro, en la que también fue bien recibida la alemana Barbara, de Christian Petzold.
Cesare deve morire se interna en la cárcel para narrar la historia de un grupo de presos convertidos en actores debutantes de teatro. Tras someterse a un casting, los elegidos abordan con ilusión su nuevo proyecto: la tragedia de Shakespeare Julio César.
El lenguaje universal del genio británico hará que afloren entre los reclusos sentimientos encontrados, desde los remordimientos del pasado a las envidias y rencillas del presente. Cuando llega el gran día, la función es un éxito. Pero al apagarse las luces y bajar del escenario, los presos son más conscientes que nunca de lo que significa estar en la cárcel.
“La vida en prisión es horrible”, señaló Vittorio Taviani durante la presentación del filme. “Por supuesto que los presos son culpables, ¡pero también son personas!” Así, el germen del filme surgió después de su visita a Rebibbia para ver la Divina Comedia de Dante interpretada por presos, algunos de ellos condenados a cadena perpetua. “Nunca antes habíamos vivido una experiencia tan profunda”, añadió Paolo.
Los veteranos autores de Padre padrone y La noche de San Lorenzo rodaron el filme íntegramente en Rebibbia durante cuatro semanas. En un juego de contrastes, se sirven del blanco y negro para casi todo el metraje, que corresponde a los ensayos en el extraño escenario de la prisión, mientras que la potencia de los colores ilumina la obra cuando llega el día del estreno.
Todos los actores del drama, la mayoría condenados por pertenecer a la mafia o la camorra, cumplen condena en la sección de alta seguridad de la prisión. “La película nos da también la oportunidad de pedir perdón”, dijo Salvatore Striano, que acaba de ser puesto en libertad tras completar casi siete años entre rejas. “Interpretarla para mí fue un regalo”.
Por otro lado, también tuvo buena acogida Bárbara, la primera película alemana de las tres a concurso. Dirigida por Christian Petzold (Yella), plantea un conflicto emocional enmarcado en la extinta República Democrática Alemana (RDA) vigilada por la Stasi.
La historia transcurre en el verano de 1980, cuando una médica (Nina Hoss) es transferida como castigo desde Berlín a un pequeño hospital en un pueblo de provincias. Lejos de todo, se encierra en sí misma y sospecha de cuantos la rodean, mientras su novio trama un plan para reunirse con ella en Occidente. Pero de pronto, afloran sentimientos que hacen tambalear su determinación.

468 ad