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Realizan católicos Hora Santa por los causantes y las víctimas de la violencia

Mariana Labastida

Por las víctimas de la violencia, secuestrados, torturados, ejecutados, desaparecidos, por las familias y hasta por las personas que se dedican al mal, católicos rezaron ayer en las diferentes parroquias en la Hora Santa programada por la Arquidiócesis de Acapulco, con lo que comenzó la Jornada Diocesana por la Paz.
En un texto dividido en siete partes, en las cuales se intercalaban las peticiones con la oración del Padre Nuestro y Ave María, así como cantos, fue como se realizó la Hora Santa en la parroquia de San Antonio de Padua, que encabezó el sacerdote Bulmaro Hernández Morales.
Unos 50 feligreses se reunieron en la parroquia de la colonia Hogar Moderno para orar por la paz y de manera generalizada se entregó a las parroquias el texto de las peticiones que se harían, divido en siete partes. La primera de ellas era la oración por la paz, seguida de la petición de perdón, promover la paz, el corazón del mensaje, la conversión por la paz, el compromiso cristiano por la paz y el amor vence al mal.
En la misa los fieles colocaron también cartulinas con fotos de los estudiantes de Ayotzinapa que fueron asesinados durante el desalojo que hicieron policías federales, en ls que pintaron el lema “No a la violencia” y “México tenga vida digna”.
En cada una de las partes en que se dividió la hora se oraban el Padre Nuestro y el Ave María “por los que han sido víctimas de la violencia en nuestro estado, ciudad y comunidad”, dijo el sacerdote.
Pidió por las personas que se dedican a hacer el mal, por los jóvenes que han vivido las secuelas de la violencia, las familias que han perdido familiares para que las autoridades tomen decisiones acertadas en miras del bien común para la construcción de la paz.
También por los que “comprometidos en la construcción de la paz han sido objeto de persecución y violencia, por las personas desaparecidas, torturadas y muertas por la violencia que se vive”.
El sacerdote Bulmaro Hernández expuso que la violencia es el sometimiento físico y psicológico y que hay muchos tipos como la psicosocial, que ha generado el crimen organizado en Acapulco.
Como parte del programa se rezó por los niños abortados, por la angustia de las víctimas de secuestro, asalto y extorsión, por las pérdidas de quienes han caído, por los que han sido ejecutados con crueldad y frialdad humana, por la pérdida de la vida social de la convivencia armónica y pacífica y por los signos de violencia.
Asimismo, a los feligreses les pidió el sacerdote comprometerse a la promoción de la paz, a no permitir que la violencia se transforme en una forma de sociabilidad, “que el poder no sea una norma social de control de los grupos sociales”.
En el rezo se expuso que la erradicación de la violencia no sólo se dará con la aplicación de la justicia y el derecho, sino una conversión de cada individuo, ya que “está más allá de la pobreza, ignorancia y falta de educación”.
Se convocó a potencializar el papel de la familia en la construcción de la paz, ya que los padres de familia son los primeros transmisores de la fe, así como ha orientar a los jóvenes.
También se habló de los medios de información para que los datos e imágenes que transmiten no sean influencia negativa para los jóvenes.
En el atrio de la iglesia de San Antonio de Padua se colocaron cartulinas con imágenes extraídas de la revista Proceso con diferentes hechos de violencia, entre ellos la agresión a los estudiantes del normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y con frases como “no a la violencia”.
La Jornada Diocesana por la Paz continuará el sábado en la nueva catedral de Cristo Rey, donde se realizará el foro “la construcción de la paz en Acapulco” de 9 de la mañana a 2 de la tarde.

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