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Advierten Las Reinas Chulas a Peña Nieto que le van a partir su piñata con humor

Rodolfo G. Zubieta / Agencia Reforma

Ciudad de México

El arranque de las posadas en México tuvo como uno de sus escenarios El Vicio, el cual el viernes abrió sus puertas a 150 personas que disfrutaron una velada cargada de humor negro, política y reflexión con la puesta cabaretera Pesadilla en la peña del infierno.
Las anfitrionas de la noche fueron las Reinas Chulas, Cecilia Sotres, Marisol Gasé y Nora Huerta, con la actriz invitada Mónica del Carmen y, de padrino, Daniel Giménez Cacho.
“El humor es un cuchillo que sana o que mata, y lo que tratamos de hacer las Reinas Chulas es un humor que sana, que mueve y que invita a reflexionar y hablar del asunto. Esta es una comedia que rompe la cuarta pared, para llegarle más directo a la gente”, explicó Gasé.
Desde las 11 de la noche el público se dejó seducir por la historia satírica de Ricardo Corazón de…, un guerrero que no puede dormir y es acechado por Enrique Krueger, el amo de las pesadillas.
Desde ese momento, el espectáculo surrealista y onírico de las Reinas Chulas se echó a la bolsa a las parejas y grupos de amigos reunidos, mismos que degustaron a lo largo de las casi dos horas que dura el montaje pizzas, pastas, nachos y paninis.
Al finalizar la función, las actrices repartieron unas letanías humorísticas para que la gente les ayudara a pedir posada, y, posteriormente, las acompañara a romper una piñata con la imagen del nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto.
“Con esta posada, y rompiendo la peñata, estamos cerrando el año. Ahora viene con todo este cab. y es mejor que sepa de una vez quién le va a estar rompiendo la piñata”, afirmó Gasé.
“Como bien dice la obra, esta es una forma de sobrellevar la depresión postelectoral. Ahora lo único que nos queda es estar al tiro y sacarle los cacahuates de la cabeza a este tipejo, que vea que ya se armó”.
Y justamente quien le sacó todo el relleno al EPN de cartón fue Giménez Cacho, pues no reparó en golpes y al final acaparó las mandarinas, dulces y cañas.
“Pegarle a la piñata siempre es un desahogo, y más si es de él, pero también quería besarla. Estuve un poco conflictuado, la verdad, no sabía qué hacer, por eso me gustó el show, porque ya nada se está dividiendo en buenos y malos, todo es más complejo ahora”, destacó el actor.

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