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Sigue el esquema policiaco-militar, lo que amenaza al movimiento social: Tlachinollan

Sigue el esquema policiaco-militar, lo que
amenaza al movimiento social: Tlachinollan

Chilpancingo

El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, consideró que la nueva política de seguridad que anunció el presidente Enrique Peña Nieto plantea continuar bajo el esquema policiaco-militar, lo que en el caso de Guerrero será un arma de doble filo que se utilizará para contener y reprimir los movimientos sociales.
Consultado vía telefónica, el antropólogo dijo que en ninguna de las seis líneas de acción planteadas por el presidente de la República, se incluye el combate a la corrupción y a la impunidad que existe en las dependencias del Estado y que son las causantes de la mayor parte de las violaciones a los derechos humanos.
Consideró que eso es un mal augurio, porque el mensaje de la federación es que se seguirán solapando las viejas prácticas.
Dijo que no se plantea un verdadero viraje encaminado a erradicar la impunidad, planteando esquemas de investigación especializados.
Por el contrario, consideró que el anuncio de la creación de la Gendarmería Nacional es un retroceso, porque a la corporación tendrá atribuciones que facilitarán la violación de los derechos humanos, “será una corporación que no rinda cuentas a la ciudadanía y que gozará de impunidad”.
Abel Barrera afirmó que no hay cambios de fondo en la nueva política de seguridad, porque se sigue planteando una estrategia policiaco-militar y no se proyecta una ciudadanización de las corporaciones policiacas.
Recordó que hay sistemas de seguridad que han funcionado en muchas comunidades y municipios en diferentes estado, prueba de ello es la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), que tiene presencia en Costa Chica y la Montaña.
La creación de corporaciones policiacas de élite es un mal augurio, porque regularmente se les dan atribuciones que se convierten en impunidad, y eso dejará a la ciudadanía en un estado de indefensión más agudo, dijo Barrera Hernández.
Los grupos marginados serán doblemente vulnerables, también las organizaciones sociales, consideró el antropólogo, sobre todo por el marco legal que existe en el país, que limita y criminaliza las protestas sociales y la organización de los ciudadanos.
Vislumbró un estado de indefensión para las agrupaciones civiles defensoras de los derechos humanos, laborales, indígenas y de los recursos naturales, porque se enfrentarán a corporaciones represoras, dijo.
Ese es el motivo de regionalizar al país en materia de seguridad, sostuvo, y consideró que es peligroso para un estado de alta marginación como Guerrero, donde emergen organizaciones civiles con el objetivo de defender los derechos que el Estado violenta
Abel Barrera consideró que el estado será un foco rojo para la federación, no sólo en materia de seguridad sino en organización civil.
Durante la presentación de las seis líneas de acción en materia de seguridad que presentó Peña Nieto, evitó mencionar palabras como delincuencia, narcotráfico o crimen organizado, lo cual fue considerado por el director de Tlachinollan como una evasión de la responsabilidad de combatir esos delitos.
Dijo que hay colusión de dependencias y corporaciones que no se quieren enfrentar y menos terminar, “es una falta de compromiso con las víctimas”, dijo.
Añadió que históricamente el Estado ha sido cómplice de la descomposición institucional.

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