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Reconoce el obispo de Chilpancingo que algunos sacerdotes han sido extorsionados pero no denuncian

Rosalba Ramírez

Chilpancingo

El obispo de Chilpancingo y Chilapa, Alejo Zavala Castro, consideró que es negativo el balance de fin de año para Guerrero, principalmente en seguridad y justificó al gobierno estatal y federal de los problemas afirmando que “la descomposición social es responsabilidad de toda la ciudadanía, hasta de la Iglesia”.
También reconoció que algunos sacerdotes han sido víctimas de extorsión, pero muy pocos han denunciado los hechos.
El obispo convocó a una conferencia para anunciar que en 2006 en la parroquia de San Martín en Tixtla, ocurrió un acontecimiento que actualmente está “en camino de que se considere un milagro”, explicó que durante una misa, apareció una hostia manchada de sangre, la cual fue separada de las demás y actualmente un grupo de expertos está haciendo estudios en diferentes laboratorios del mundo para determinar “si es la sangre de Cristo”.
Informó que los estudios realizados a la hostia confirmaron que la mancha es de sangre y coincide con “el mismo tipo de sangre de Cristo”. El informe final se presentará en marzo en un acto público en el auditorio estatal Sentimientos de la Nación en Chilpancingo, al que asistirán representantes de la Iglesia de diferentes partes del mundo y posiblemente representantes del Vaticano.
Otro motivo de la conferencia fue el aniversario 150 de la diócesis de Chilpancingo y Chilapa que fue fundada en 1862. En su mensaje dijo que tiene confianza en que el próximo año “seamos más solidarios, tolerantes y respetuosos para unas mejores relaciones humanas”.
Zavala Castro dijo que la Iglesia “está en descontento con la cantidad de muertes, violencia y delincuencia”, consideró que no todo es negativo, por el contrario afirmó que “hay muchas personas y cosas buenas, no todo es malo”.
Lamentó que actualmente muchas personas “desvíen los valores humanos a la violencia”, pero dijo que gracias a sus plegarias y llamados durante las misas han dejado de formar parte de la delincuencia organizada, “hemos pedido por ellos, pero al mismo tiempo los hemos exhortado a que cambien de ideas, de planes”.
Dijo que las muertes violentas que diariamente se registran en todo el estado, principalmente en Acapulco, le duelen de manera particular a la Iglesia, y lamentó que el crimen organizado también se apodere de las regiones de Tierra Caliente y Costa Grande y de manera más reducida de Chilpancingo que también es un foco rojo de inseguridad.
Insistió en que existe una gran responsabilidad de los medios de comunicación “que no deben de decir únicamente las cosas negativas que pasan, deben de hablar de las cosas buenas, porque eso genera ideas positivas”.
El obispo Alejo Zavala exhortó a la ciudadanía, a los medios de comunicación, a los integrantes de los grupos delictivos y a los gobiernos estatal y federal para que “asuman su responsabilidad por la violencia que existe y mejoren y se reconstruya el tejido social”.
Se le preguntó su opinión del Operativo Guerrero Seguro en el estado, pero no quiso dar una postura y afirmó nuevamente que hay “cosas muy buenas y otras muy negativas”.
Dijo que actualmente es necesario llenar las calles de policías y militares para menguar un poco la presencia delictiva, “no debería ser así”, pero consideró que es la única manera de garantizar la seguridad. Insistió en que “no somos culpables pero si responsables de lo que ocurre”.
Sobre la seguridad de los representantes de la Iglesia, dijo que ningún párroco ha solicitado su cambio motivado por amenazas de grupos o delictivos o por la inseguridad que exista en el municipio en el que vive, pero sí han recibido llamadas telefónicas para extorsionarlos.
Dijo que algunos sacerdotes han sido víctimas de extorsión, pero muy pocos han denunciado los hechos.

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