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Inaugura La navaja en el espejo de Mariana Hartasánchez el ciclo teatral Ola Nueva

Aurélie Daly

 

Se inauguró ayer el sexto Ciclo Teatral Ola Nueva en el teatro Domingo Soler con la obra La najava en el espejo de Mariana Hartasánchez, actuada por ella misma en solitario y dirigida por Guillermo Heras.

La directora artística del festival, Gloria Ramírez, y el director de Centros Culturales y Difusión del Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC), Manuel Zepeda Mata declararon oficialmente inaugurado el ciclo, que constará de tres días de teatro en los que se presentarán cinco piezas.

Por su parte, Gloria Ramírez recordó el programa de los dos talleres que se impartirán simultáneamente en el teatro Domingo Soler, el jueves y el viernes e invitó a todos a participar.

“Es un gusto formar parte por dos años consecutivos del Ciclo Ola Nueva. Nos permite recibir artistas de fuera del estado y compararnos con festivales como el de Veracruz o el de Monterrey”, declaró Zepeda Mata.

En La navaja en el espejo, Mariana Hartasánchez hace hablar así a u soldado republicano español: “Y si grito, me van a encontrar, y si me encuentran, me van a disparar, y si me disparan me voy a morir y si me muero alguien me va a encontrar y va a gritar y lo van a encontrar y lo van a matar y … hasta que el país entero se muera. Es una cadena imposible”, son las primeras palabras de un republicano español, consignado en una lista negra por los franquistas, rodeado de cadáveres y escondido en un bosque para tratar de escapar a la muerte en plena guerra civil española. Halló a una madre muerta con su bebe a lado, último ser vivo y desde luego única persona con quien hablar como un refugio contra el temor de la muerte, hablar y hacer preguntas aunque sea en vano, tal vez para poder contestarlas si no sólamente como manifestación de un instinto de sobrevivencia”.

Entre risa y serio, el republicano entra en un monólogo desenfrenado y revela todo al mismo tiempo a la niña, sus aventuras pasadas, sus miedos y sus más ínfimos pensamientos en cuanto a lo que le reserva el destino a él, y a ella, esta bebé encontrada.

Del otro lado de la escena, el franquista, fascinado por su causa y abnegado por la tarea de ejecutar a los republicanos registrados en una lista negra se encuentra también a la misma bebé, se la apropia y le cuenta su misión cuando de repente se topa con el republicano.

Del diálogo que nace entre los dos, se adentra poco a poco una duda en la mente segura del franquista, hasta sentir algo parecido al remordimiento del cual se defiende tan vivamente que se pone sospechoso.

Al escapar a la muerte por haber logrado robar la pistola del franquista que lo iba a matar, el republicano empieza a temblar y no lo mata. En ese momento, la vida de la niña se convierte en objeto de discordia y de codicia entre ambos, y acaban por jugarla en una partida de cartas, de la cual sale triunfante el republicano.

Años después la niña, ya adulta, consigue la verdad sobre su pasado, de la misma manera que su padre adoptivo se ganó a ella frente al franquista, en un juego de cartas.

Más allá de la proeza técnica que representa el hecho de actuar todos los personajes, en particular los dos hombres cuando dialogan, la actriz y dramaturga levantó el tema de las implicaciones familiares de la Guerra Civil Española y las historias similares que aún se esconden en varias familias como una cuestión tabú que en muchos casos desaparecen con el fallecimiento de los antepasados.

Precisamente por eso, la actriz, después de la representación, explicó la inspiración de este texto por su ascendencia española de lado de sus abuelos y cómo fue importante para ella cazar los fantasmas del pasado.

“Mis abuelos se negaban a contar lo que había sucedido en esta época es una parte perdida. Con lo que ocurre hoy en México en cuanto a la violencia la situación es igual, son historias que se vuelven a perder y esto es realmente violencia, cuando la vida del otro pierde valor y se disipa su memoria. Los mexicanos son adictos al olvido”, sostuvo.

Hartasánchez recordó que el texto lo escribió hace dos años y le añadió después el monólogo final, el de la chica, en base a un comentario del director Guillermo Heras.

Él me expresó la necesidad de identificar los personajes al final para hilar la historia completa, dijo. “Me pareció lo más pertinente”, declaró la actriz.

En forma de debate el público reaccionó y felicitó a Mariana Hartasánchez Frenk.

En su oportunidad, la crítica de teatro, Vera Milarka, comparó la pieza con la película La vida es bella por lo que no gustó de la actriz e hizo comentarios negativos acerca de su dicción, “demasiada rápida y difícilmente comprensible”, ayudada por la mala sonorización de la sala, pero que se hubiera podido arreglar con un ritmo más lento de la declamación.

Finalmente, la joven actriz recibió un reconocimiento a su trabajo por parte del Ciclo Teatral Ola Nueva y del IGC.

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