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Se movilizó un ejército de militares, marinos y policías para proteger al Presidente

Yee Trujillo

 

En su primera visita a Acapulco, el presidente Enrique Peña Nieto fue resguardado por más de 250 efectivos del Estado Mayor Presidencial, el Ejército mexicano, la Secretaría de Marina y antimotines de la Policía Federal y Estatal, que establecieron un cerco de seguridad en las inmediaciones del Cici de Ciudad Renacimiento, una de las colonias en las que se han registrado más hechos de violencia en los últimos años.

Dentro del perímetro de seguridad, desde las ocho de la mañana en las calles Juan R. Escudero, Nicolás Bravo, Xonacatlán, Circuito Interior, Eduardo Neri y unos 13 andadores aledaños, se observó a unos 250 efectivos que resguardaban la seguridad del presidente.

Un helicóptero de la Secretaría de Marina sobrevoló el lugar en varias ocasiones cerca del mediodía.

A pesar del despliegue militar y policiaco, sólo la calle Juan R. Escudero fue cerrada a la circulación con vallas metálicas colocadas a lo largo de unos 800 metros, entre las calles Nicolás Bravo y Eduardo Neri, ya que esta vialidad fue usada como el acceso principal de funcionarios y participantes del evento realizado en el gimnasio del Cici, aunque la banqueta de enfrente fue dejada libre para el paso de personas y vecinos durante todo el evento.

En esta vialidad, unos 25 policías federales con equipo antimotines resguardaron las vallas ubicadas en el cruce con la calle Nicolás Bravo, mientras otros 20 guardias del Estado Mayor Presidencial permanecían detrás de las mismas.

Cerca de la una de la tarde, los antimotines fueron reforzados por otros 25, aunque después de media hora, luego de que llegó Peña Nieto, todos se replegaron hacia la sombra y al frente sólo quedaron diez antimotines de la Policía Estatal que eran rotados cada media hora.

En el cruce de estas calles también fue colocada una camioneta artillada de la Secretaría de Marina y tres camionetas de la Policía Federal. Además, un convoy de unas ocho camionetas armadas realizó recorridos alrededor del lugar.

Otra camioneta artillada de la Secretaría de Marina fue utilizada para obstruir el cruce con la calle Eduardo Neri, en la parte trasera del Cici, así como otra camioneta sin armamento y un camión, tres patrullas de la Policía Estatal y unos 10 guardias del Estado Mayor Presidencial.

En la calle Nicolás Bravo, frente a la entrada principal del Cici, se observó a dos camiones con unos 80 policías antimotines con escudos, chalecos y cascos, y unos 50 policías estatales parados en las banquetas y dos camionetas de la Secretaría de Marina.

Aunque en la calle Xonacatlán —entre el Cici y Circuito Interior— la vigilancia parecía menor, guardias del Estado Mayor Presidencial vigilaban la vialidad desde dentro del Cici, y grupos de entre dos y cinco militares o marinos permanecieron haciendo guardia en unos 13 andadores aledaños al recinto como Mayo, Amistad, Sautla, Xochistlahuaca, Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Zaragoza, las calles uno y cuatro.

En la avenida Circuito Interior solamente se observaron dos patrullas de policías estatales, y unos cuatro militares que vigilaban el perímetro. Unos cinco policías viales permanecieron en la calle Juan R. Escudero, entre el bulevar Vicente Guerrero y la calle Nicolás Bravo, para agilizar la circulación vehicular en ambas direcciones.

En el bulevar Vicente Guerrero, otros 10 militares resguardaban el área ubicada entre las calles Circuito interior y Juan R. Escudero, frente a la Comercial Mexicana; una patrulla de la Policía Estatal fue colocada bajo el puente elevado ubicado en el cruce con Eje Central; y otro camión de militares se situó frente al panteón de Las Cruces, en los carriles con dirección Cruces-Vacacional.

Las vallas metálicas fueron retiradas de la calle Juan R. Escudero para dar paso a la circulación vehicular alrededor de las 3:20 de la tarde, luego de que concluyera el evento.

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