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No tienen capacidad los rastros del estado para certificar la carne, dice especialista

Redacción

 

Chilpancingo

 

El Coordinador Académico de la Organización para los Pueblos Indígenas y Campesinos (OPIC), Ramón Alfonso Herrera informó que los rastros certificados Tipo de Inspección Federal (TIF) en Acapulco y Ciudad Altamirano operan de manera irregular, lo que genera que no haya control de inocuidad para certificar los productos cárnicos para el consumo de los guerrerenses.

Entrevistado durante la presentación final de resultados del Proyecto Integral de Capacitación, aplicado a 800 ganaderos, con el objetivo de instalar centros de engorda de bovinos en la entidad, porque anualmente Guerrero exporta 150 mil cabezas de ganado a los estados de Jalisco, Sonora, Morelos y Michoacán, para engordarlos.

Dijo que estas actividades se realizaron a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y el Instituto Nacional para el Desarrollo de Capacidades del Sector Rural (Inca).

Alfonso Herrera señaló que los rastros TIF en Guerrero no tienen la capacidad para certificar los productos cárnicos, en referencia a que en el puerto de Acapulco, los encargados no están capacitados para aplicar los métodos de salubridad al momento de sacrificar las cabezas de ganado.

En el caso de Ciudad Altamirano, en la región de Tierra Caliente, no está operando adecuadamente, porque es utilizado como bodega de otros productos, además la mayoría de los rastros intermunicipales se encuentran en el abandono, lo que provocará que se propague la contaminación de los productos cárnicos en el estado.

“Es un cuello de botella la situación de los rastros TIF en Guerrero porque no tienen la capacidad para darle a la ciudadanía carne certificada, es necesario que las autoridades encargadas en la ganadería volteen los ojos y capaciten a los encargados para que den mejor servicio”, declaró.

Informó que el problema se está suscitando, porque no se han realizado talleres, foros para involucrar a los productores para que cumplan con las normas que se piden para operar un rastro TIF.

Por otro lado, la entidad no cuenta con centros de engorda y los ganadero no tiene el conocimiento para engordar a las cabezas, sino que exportan a otros estados, lo que aumenta el costo de venta.

“No es lo mismo vender un becerro de 180 kilos, que se venda 400 kilos finalizado, también que el becerro lo paguen a 17 pesos el kilo de carne cuando en un supermercado cuesta más de 100 pesos”, expresó.

Exigió que los gobiernos estatal y federal den las condiciones para implementar nuevos proyectos, para que los guerrerenses puedan contar con carne certificada.

A la actividad asistieron también el vicepresidente de la OPIC Tomás Vázquez Sosa; el coordinador operativo, Moisés Delgado Velasco, siete técnicos y 14 promotores.

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