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Aprovecha el presidente la premonición maya; viene nueva etapa para México, dice

El centro de la ciudad se abarrotó ayer de gente que pedía a gritos una foto con el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera.

El Ejecutivo se placeó en el jardín principal, limitado por vallas metálicas para contener a los ansiosos de saludarlo.

Atrás de Peña, sonriente caminaba el gobernador yucateco Rolando Zapata.

Las primeras damas tomaron su camino y saludaron a quienes se lo pedían.

“Gaviota, acá por favor, una foto. Venga, venga”, suplicaba una señora que se llevaba las manos a la boca para que se escuchara más alto su voz.

Rivera no se hizo del rogar y se rezagó del paso de Peña Nieto, quien estrechaba la mano a quienes ponían el celular enfrente para tomar la foto.

Un grito desentonó con las porras de bienvenida.

“¡Quiero a mis hijos, Presidente, que me devuelvan a mis hijos!”, gritó una señora, quien enfrenta un juicio con el Poder Judicial del Estado.

El Ejecutivo caminó hacia donde había afecto.

“¡Peña, Peña, Peña!”, gritaban en coro. “A ver, mi presidente, tómese una foto conmigo”, le dijo una mujer que se abrió paso entre los encargados de seguridad.

“Ya pedí a mi señora”, comentó el presidente tras el reparto de apretones de mano entre la multitud.

Del brazo, Peña Nieto la condujo hasta Palacio de Gobierno, donde anunció el proyecto del tren transpeninsular.

Más tarde, entre la quema de pirotecnia y luces, inauguró después el Gran Museo del Mundo Maya.

Entre ritos y danzas indígenas, le explicaron el concepto del museo.

Peña Nieto destacó los efectos positivos de la reforma educativa aprobada por el Congreso y que crispó a la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.

Al inicio de una nueva era en el calendario maya, el mexiquense puntualizó que la intención de la reforma es superar rezagos en la materia y sin afectar los derechos de nadie.

Durante la inauguración del Gran Museo del Mundo Maya, adelantó que vendrán más reformas, aprovechando que existe un clima político de entendimiento.

“Porque más allá de las predicciones o alineaciones cósmicas, de nosotros depende el sentido y el rumbo que le demos a México para su futuro. En esta hora de México estamos listos para emprender una nueva etapa para todo nuestro país, estamos listos y preparados para mover a México”, dijo, a tono con los tiempos de la cultura maya. (Benito Jiménez / Agencia Reforma / Mérida).

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