Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Familia proveniente de Xalpatláhuac alegra con su ritmo el mercado de Chilapa

Luis Daniel Nava

Chilapa

Provenientes de Xalpatláhuac, don Quirino Malgarejo y sus siete hijos, la mayoría menores de edad, llenan de ritmo la plaza y el mercado de Chilapa con sus alegres ejecuciones con banda.
Al medio día de un tradicional domingo de paseantes, comerciantes y hasta asaltantes, en la plaza cívica de esta ciudad, un señor con trompeta marca el compás a un grupo de pequeños músicos que hacen sentir su ritmo a las familias que por ahí transitan.
Quirino Melgarejo Orea toca la Sanmarqueña, mientras su hijo de apenas siete años ejecuta el bombardino bailando y girando en su propio eje; los demás, disciplinados, tocan sus respectivos instrumentos para armonizar la chilena al estilo Xalpa.
Luego viene La muchacha alegre, melodía que hace mover más al pequeño Alberto que le pone sabor a la tocada ambulante. Mientras la música transcurre las cooperaciones voluntarias de los lugareños y visitantes van aumentando hasta copetear el pequeño sombrero que fue puesto en el suelo para ese fin.
“Más o menos ahí va saliendo pa’ la comida”, dice don Quirino entre una melodía y otra, mientras su esposa sentada a un costado comparte una bolsa de moras con salsa a sus hijos y les da sorbos de agua y Coca cola para seguir tocando.
La familia de Quirino Melgarejo, llegó a Chilapa desde el viernes y tienen planeado irse hasta mañana martes a Xalpatláhuac.
Comenta que vienen a tocar y a pasear a esta ciudad cada año debido a que todos los niños van a la escuela y aprovechan ahora “que son vacaciones”.
Músico empírico desde hace 20 años, dice que a sus hijos les enseñó a usar los instrumentos de su preferencia desde que comenzaron a crecer. “Así como van saliendo van aprendiendo”.
La muchachita mayor, Eloina, de 20 años de edad, toca los platillos; Rosa, de 18, el trombón; Cecilia, de 12, el redoblante; y Mari, de 7 años, la tambora.
Mientras, que Quirino hijo, de 13 años, toca otro trombón; Agustín, de 10, alterna con su hermana la tambora; y Alberto, de 7 años, el bombardino.
Tras un par de horas de concierto popular con su banda de música de viento, la familia de Xalpatláhuac se dirige al tradicional tianguis para alegrar la comilona de cientos de paseantes y comerciantes. Luego, buscarán un lugar improvisado para comer y continuar con su actividad.

468 ad