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Pocos turistas visitan el sitio arqueológico de Palma Sola en lo que va de la temporada

Karla Galarce Sosa

 

 

Un reducido número de turistas nacionales conocen la existencia del sitio arqueológico de Palma Sola, donde el número de visitas logró en su mejor momento la visita de un grupo de apenas 15 personas provenientes de la ciudad de México, la semana pasada cuando comenzó la temporada vacacional de invierno.

En contraste, el Museo Histórico de Acapulco Fuerte de San Diego recibe cada día la visita de hasta 500 personas en esta temporada vacacional.

Así en el primer sitio, la llegada de visitantes es prácticamente nula a pesar del fuerte dispositivo de seguridad que, se pudo constatar, se mantiene en la colonia Palma Sola, de donde proviene el nombre de este sitio arqueológico.

En un ejemplo de turismo cultural, la familia Arellano Ventura, integrada por cuatro personas provenientes del centro del país, se dispuso a visitar los sitios promovidos en Acapulco por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en uno de los cuatro días que tendrán de estancia.

El primer punto de visita en su amplio itinerario fue llegar “a como diera lugar” al sitio arqueológico de Palma Sola, ubicado en la parte alta del anfiteatro de Acapulco, en un terreno que colinda con el Parque Nacional El Veladero.

La familia llegó al puerto el martes por la noche y se hospedó en un hotel de la Condesa. Luego de desayunar, un guía de turistas les dijo cómo llegar a la zona de hospitales para luego atravesar al menos cinco colonias que los separaba del hotel donde durmieron.

Mencionaron que los señalamientos para llegar a Palma Sola son prácticamente inexistentes, pero que una vez en la avenida Ruiz Cortines, las flechas para llegar fueron suficientes para guiarlos.

Llegaron en coche propio y siguiendo los señalamientos que hay para llegar por las intrincadas y empinadas calles de esa colonia.

Dijeron que no lograron obtener información o folletería para conocer previamente que debían recorrer senderos para conocer el sitio, mismo que contiene 18 piedras grabadas y pocas tarjetas informativas.

Cuando llegaron al sitio, les recibió una comitiva de al menos 15 policías federales que estaban apostados en el estacionamiento del lugar.

El administrador del sitio, Javier Casarrubias comentó que la presencia policíaca es cotidiana en el área y que incluso, algunos policías visitan el lugar.

La familia Arellano Ventura tuvo como compañía en un tramo del recorrido, a una pareja de policías federales que chorreaban grandes gotas de sudor. Los chalecos antibalas, cascos y sus fusiles no se les despegaron tampoco.

Más tarde, la familia mexiquense sufrió durante varios minutos el intenso tráfico del área del mercado, de un pequeño tramo de la Costera y llegaron por fin al Fuerte de San Diego.

Ahñi, los recibieron integrantes del área de servicios educativos de la fortificación, quienes explicaron cada uno del contenido de las salas de exhibición.

Un guía, indicó que la temporada de mayor número de visitas al museo la tienen, principalmente en este período cuando también un gran número de empleados disfrutan de los días de vacaciones.

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