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En medio de un fuerte dispositivo de seguridad visita Aguirre el Mercado Central

Magdalena Cisneros

Como de película. La llegada del gobernador Ángel Aguirre al estacionamiento del Mercado Central con su aparatoso equipo de seguridad, hizo voltear a más de uno.
Antes de que se estacionaran las camionetas de los guardaespaldas que lo acompañaban, las puertas de los vehículos se abrieron mientras los guaruras que viajaban en la parte posterior se pararon en los extremos del carro en movimiento y en posición de alerta.
El gobernador ya había llegado al estacionamiento del Mercado Central, donde hay una “pestilencia de la chingada”, según sus palabras, y para el que anunció la rehabilitación con una inversión de 60 millones de pesos.
El anuncio de la remodelación del mercado congregó a locatarios y comerciantes semifijos y ambulantes de la calle Ampliación Feliciano Radilla, que fueron acarreados por su líder porque no estaban ocupados todos los asientos en el estacionamiento, y quienes esperaron, incluido el alcalde Manuel Añorve, pero dentro de su camioneta, por más de una hora la llegada del gobernador.
A diferencia del aspecto que presentan todos los días las calles Diego Hurtado de Mendoza, la Feliciano Radilla, la 2 de Febrero y avenida Constituyentes, ayer estaban limpias porque una brigada de trabajadores de Saneamiento Básico barría constantemente. “¡Hijo de la chingada así estuviera de limpio siempre!”, expresó un locatario mientras caminaba por la calle 2 de Febrero.
En las esquinas de la calle 2 de Febrero camionetas de la Policía Estatal resguardaban el lugar mientras en la calle todo seguía igual: los comerciantes ofreciendo sus productos, desde pescado, frutas, verduras, y la gente compraba sin saber lo que ocurría a unos cuantos metros.
Junto a la entrada del mercado, por el estacionamiento, también se colocaron policías preventivos municipales y estatales para resguardar al gobernador. Los policías a unos metros de los locatarios que escuchaban que su mercado estará reconstruido en seis meses.
Los comerciantes que fueron llevados al acto ignoraban para qué estaban en el lugar. “¿De qué era el evento? Pregunta un comerciante a su compañero que le responde “¿Qué no lees?”.
Acompañado de su esposa Laura del Rocío Herrera, Aguirre Rivero sonríe en todo momento, interactúa con los asistentes, ordena a su secretario de Finanzas que atienda a dos mujeres y destaca su relación con su esposa de más de 40 años. Incluso también aclara que lo sucedido en el pasado proceso electoral con Manuel Añorve “ya es cosa del pasado”. Está feliz.
En su discurso enfatizó la importancia de un mercado porque aseguró que son parte fundamental en cualquier comunidad, que ahí es dónde se conoce los gustos de la gente, que puede ser parte del itinerario de los turistas como en otros destinos turísticos como Madrid.
“Pero evidentemente si nosotros traemos turistas aquí van pisando lodo, no creo que les vaya a ser muy atractivo venir aquí ¿no es cierto? Si está una pestilencia de la chingada pues menos”, indicó entre risas de la gente.
A los locatarios les pidió que no se peleen sino que aprovechen la “oportunidad de oro”, y más tarde ante reporteros destacó que es una inversión “histórica”.
Aguirre habló del anterior gobierno de Zeferino Torreblanca, aunque no lo mencionó por su nombre cuando asegura que se generó un debate el día que los locatarios pidieron que el mercado se trasladara al edificio inteligente.
“Así le llamaron”, indicó Aguirre sobre la obra que quedó inconclusa en el pasado gobierno y preguntó a la gente si era cierto que pidieron trasladarse al edificio, pero los comerciantes le respondieron que no.
También se dio tiempo de alabarse pues recordó que cuando fue gobernador interino reconstruyó una nave del mercado que se había incendiado, que incluso conserva el nombre de lo que fue su slogan de gobierno: Un nuevo horizonte para Guerrero.
Aunque más tarde precisó que cuando esté el nuevo mercado le pondrán Guerrero Cumple, que es el slogan de su actual gobierno. Práctica priista de poner slogan y nombres a calles, colonias o mercados, que en los últimos años se ha visto también usada por perredistas.
Al final Aguirre respondió algunas preguntas de la prensa, pero cuando ya no quiso comenzó a caminar, señal, cuentan los reporteros, para que sus guardaespaldas –que en todo momento de la entrevista lo rodean– empiecen a protegerlo.
Antes de abordar su camioneta Aguirre sonríe, se despide de los locatarios, entre ellos su compadre Eloy Polanco, recibe algunas peticiones de la gente y ocupa su espacio de copiloto. Pero no todos logran acercarse al gobernador, para eso están sus guardaespaldas que impiden de manera brusca que la gente se acerque. “Es algo común cuando viene”, dice uno de los que cubren sus giras.

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