Falla coordinación entre autoridades en operación contra ambulantes en playas

Karla Galarce Sosa

La operación contra vendedores ambulantes instaurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) durante el período vacacional de invierno, exhibió de nueva cuenta la descoordinación entre autoridades municipales y federales.

El alegato entre un vendedor ambulante, a quien los inspectores de Vía Pública decomisaron su mercancía, puso en alerta a los marinos que vigilaban la zona y evitaron que dos policías municipales, quienes habían sido requeridos por la dependencia municipal, evitaron que el vendedor fuera detenido; lo que despertó inconformidad y alegatos entre vendedores –fijos y ambulantes–, turistas, inspectores de Profepa y de Vía Pública municipal.

A gritos, los comerciantes exigían a las autoridades que los dejaran trabajar “honradamente”.

El operativo de la Profepa, comenzó a las 11:30 de la mañana en el lado de Caleta. Cuando los comerciantes ambulantes se percataron de la presencia de los inspectores federales y de inspectores de Vía Pública Municipal, corrieron y salieron de la playa. Se pudo observar que los comerciantes, salían de la franja de arena y se dirigían a playa Caletilla.

Cinco vendedores de raspados y paletas no corrieron con la suerte de escapar, pues sus carritos y hieleras, fueron decomisados por los inspectores de Vía Pública que participaron en la operación.

El recorrido abarcó también el área de Caletilla. Cuando el contingente de 20 inspectores municipales y de otros 20 de Profepa salía de Caleta con rumbo a Caletilla, decomisaron una tabla repleta de mangos a un joven. Cuando el comerciante buscaba recuperar su mercancía, alguien de vía pública pidió la intervención de la policía municipal porque era muy insistente y exigía la devolución de sus mangos. Dos policías municipales intentaban sacar al vendedor, pero éste fue defendido por un marino, quien exigió a los policías que lo soltaran porque estaba “tranquilamente trabajando”. La situación despertó un momento de incertidumbre, pues nadie sabía qué hacer.

“¡¿A quién obedecemos?!” exclamó una vendedora de quesadillas que estaba escondida tras los baños del acceso al islote que divide Caleta de Caletilla.

Los marinos pidieron a los policías que soltaran al joven, quien alegaba que no estaba ofreciendo la fruta en la playa, sino en la banqueta, pero los policías insistían en llevárselo por “desacatar” a la autoridad municipal.

Cuando otros dos marinos intervinieron y exigieron calma, los policías preguntaron a los inspectores qué hacer, aunque los municipales insistían y argumentaban en que ellos estaban apoyando el operativo del ayuntamiento y la Profepa contra los vendedores ambulantes.

El integrante de una familia de turistas que atestiguó el momento, comentó en voz alta: “dejen trabajar a la gente”.

Una vendedora de bolsas hechas en palma gritó “!nosotros somos jodidos, ¿de qué vamos a vivir?!”, en otra voz se escuchó “¿a qué autoridad vamos a obedecer?”.

El subdelegado de zona federal de la Profepa, Andrés Velázquez Urióstegui se acercó a los marinos y dialogó con ellos. Les explicó que la finalidad del operativo es evitar el ambulantaje en playas para que no “hostiguen” a los turistas. Luego de varios minutos de diálogo, los policías liberaron al joven sin devolverle su mercancía y los marinos pidieron que el operativo se realizara bajo estricto respeto y protección al turismo.

En entrevista, Andrés Velázquez dijo que mantendrán los operativos en playa hasta el 6 de enero y como parte de las acciones encaminadas a lograr la certificación de otra playa en Acapulco.

El operativo duró 30 minutos más después de las discusiones y llegó hasta playa Caletilla, de donde salieron también más vendedores de comida que escondían su mercancía atrás de los restaurantes.

Posteriormente, la Profepa se trasladó a playa Tamarindos, donde verificaron la posesión de un permiso transitorio para la realización del concierto de Plácido Domingo que se realizará hoy en la noche.

Andrés Velázquez indicó que se alineó a los ocupantes y concesionarios para permitir que fueran instaladas más sillas para el concierto.