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Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Humberto Musacchio

De ElizondoMayer-Sierra

Con dinero y sin dinero…(Ed. Debate, 2012) se llama el libro de Carlos Elizondo Mayer-Sierra que trata de “nuestro ineficaz, precario e injusto equilibrio fiscal”, calificativos en los que estamos de acuerdo. Para ilustrar su tesis, el ex director general del CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas) pone un ejemplo más que discutible: “el ingreso por derechos de autor”, dice el académico, “está exento del pago del impuesto sobre la renta (ISR) por el equivalente de 20 salarios mínimos” alzados al año, según establece la ley, lo que significa unos 455 mil pesos anuales, además de que tales derechos no causan IVA, lo que le parece inaceptable. En realidad, los derechos de autor NO están exentos de ISR, sino que en la declaración anual se puede solicitar el beneficio de acceder a créditos fiscales hasta por la cantidad señalada (455 mil pesos), lo que significa que un ingreso por ese monto no pagará impuestos mientras no se cobren al contribuyente tales créditos, facultad que conserva el Estado a menos que decida condonar la deuda, lo que ocurre de manera periódica. Sin embargo, el beneficio para los autores es insignificante si se compara con el favor que se hace a los grandes consorcios, que reciben tales créditos por montos equivalentes en cientos y miles de veces a lo que beneficia a todos los autores juntos.

Régimen fiscal y privilegios

En efecto, los derechos de autor no causan IVA, pero tampoco los ingresos derivados de la edición, producción, circulación y venta de impresos, pues la medida, una decisión de Estado, se tomó para evitar un encarecimiento excesivo de los libros y el consecuente abatimiento de la lectura. En lo referente al ISR, para estimular la creación, una vez que se suprimió la exención fiscal que beneficiaba a los autores, se decidió incluirlos como eventuales beneficiarios de los créditos fiscales, pero pocos, muy pocos de ellos tienen ese privilegio, pues pocas personas perciben cientos de miles de pesos por derechos de autor. En el mejor de los casos, un autor llega a tener ingresos por tales sumas una vez en su vida –a menos que sea García Márquez o Carlos Cuauhtémoc Sánchez—si es que produce un éxito editorial. Pero esos son garbanzos de a libra. Lo común es que un autor nunca –repito, nunca– llegue a ver un centavo por su obra o que los beneficios, por ejemplo en el caso de los autores de televisión, los mejor pagados, apenas den para ir viviendo. Pero hay algo más, y en eso radica la mayor injusticia contra los creadores: éstos, a diferencia de los dueños de grandes consorcios, deben resignarse a que su obra, que es el patrimonio que heredan a sus deudos, después de cierto tiempo pase a poder del Estado, en tanto que el legado de un gran comerciantes, de un industrial o un financiero puede pasar indefinidamente de generación en generación sin ser expropiada, a menos que haya una revolución que acabe con la propiedad de particulares.

Carbonell sale de Facebook

Para el anecdotario del agónico 2012: un diario de la ciudad de México publicó un reportaje sobre los tres retratos que se mandó hacer Felipe Calderón con cargo a los contribuyentes. Como Santiago Carbonell fue el autor, de inmediato le llovió en su milpita y en su cuenta de Facebook recibió mensajes que reprobaban su ética por haber pintado a Calderón y cobrado por hacerlo. Carbonell respondió por la misma vía: “Muchas veces como artista, tienes que hacer cosas que a lo mejor no son muy de tu agrado, y te cuestan mucho. Otras amorosas que fluyen sin fatigas. Son los gajes del oficio. Realizar tu trabajo con tu mejor esfuerzo y la mayor honestidad. Que quede claro que pintar a alguien, no es ensalzarlo (de eso sabía Goya un rato). Pintar no es más que embadurnar color sobre una superficie… Siempre pensé que los retratos de gobernantes es un atavismo monárquico, un poco reñido con el ideal republicano, pero aun así hay tradiciones que perviven sin que nadie se detenga a preguntarse el porqué de ello. Este es el caso del retrato de los presidentes de México que adornan Palacio Nacional. En este caso me tocó a mi pintarlo”. Como puede verse, lo anterior era inaceptable para la Presidencia y horas después el artista canceló su cuenta de Facebook.

Sobre becas, premios y subsidios

En Crisol, la revista de internet que dirige Gustavo Arturo de Alba desde Aguascalientes, dice Rubén Díaz López en torno a los apoyos que otorga el Estado a los creadores, que “las reglas para la asignación de becas, subsidios, apoyos o cualquier nombre que se les dé, tienen que estar claramente descritas en las convocatorias. En segundo lugar, los documentos donde consten los fallos de los jurados tienen que ser públicos, pero más aún, deben estar debidamente fundados y motivados”. La cláusula según la cual los fallos de los jurados son inapelables es improcedente desde “una perspectiva constitucional”, pues se opone al derecho a defenderse de un acto de autoridad y anula la rendición de cuentas a que está obligado todo aquel que utilice los dineros públicos. Por su naturaleza jurídica, agrega Díaz López, es claramente un acto administrativo, y el hecho de que los jurados en un momento dado no pertenezcan a la administración pública, no es obstáculo para considerarlo de otra forma puesto que, no obstante que sean personas ajenas al aparato gubernamental, quien otorga el estímulo es precisamente la administración pública. No importa si es recurso financiero o material, si se utiliza indirecta o directamente, o si es de manera total o parcial”.
Breviario…

Murió Rosa María Macotela, violista y compositora, hija de Fernando Macotela, director de la Feria del Libro del Palacio de Minería, y hermana del pintor Gabriel Macotela, a quienes enviamos nuestro pésame. @@@ Ya apareció el destruido Monumento a Morelos que se hallaba en la autopista México-Cuernavaca: lo tiene Caminos y Puentes, cuyo director anunció la desaparición de la escultura (?). @@@ “Más vale –le dijo Enrique Bátiz al reportero Ángel Vargas– tener fama de hijo de la chingada que de pendejo o mediocre. No trabajo para quedar bien con alguien. Trabajo para hacer música de la manera correcta, estar apegado a lo que plasmaron y piden los compositores en sus partituras”. Pues sí, pero…

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