Guerrero, el estado con más número de muertes de niños indígenas, reportan

Paloma Villanueva / Agencia Reforma

Ciudad de México

El índice de mortalidad infantil de la población indígena es 62.8 por ciento mayor que el de la población no indígena y los estados de Guerrero, Chiapas y Oaxaca presentan tasas por encima de la media nacional.
Según datos del Perfil Epidemiológico de los Grupos Vulnerables en México, en 2010, la tasa de mortalidad en niños menores de 1 año en población no indígena fue de 140 muertes por cada 10 mil nacidos vivos pero en la población indígena la tasa ascendió a 228 muertes por cada 10 mil nacidos vivos.
“Ser de condición indígena aumenta la posibilidad de muerte infantil, en todos los estados es mayor la tasa de mortalidad en niños indígenas, incluso a nivel nacional se observa este comportamiento. Los estados que presentan mayor tasa de mortalidad infantil en la población indígena son Guerrero, Chiapas y Oaxaca con 311, 242 y 237 muertes en menores por cada 10 mil nacidos vivos”, se apunta en el informe elaborado por el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Otros estados que presentan altos niveles de mortalidad en menores indígenas son Veracruz, Hidalgo, Puebla y Michoacán.
En general, las tasas de mortalidad en las localidades con población mayoritariamente indígena son las más altas.
“La distribución de muertes en la población de muy alto grado de marginación de acuerdo al referente indígena nos muestra que el mayor porcentaje de defunciones se presentó en regiones donde más del 70 por ciento de los habitantes son indígenas, incluso más de la mitad de la muertes se encuentran dentro de éste grupo de la población con un 54 por ciento”, se explica en el documento.
El informe explica que en grupos vulnerables como los indígenas se compromete la esperanza de vida por la desigualdad social y económica que afecta principalmente a la salud; esto como consecuencia de malos hábitos de higiene, carencias en los servicios básicos como el agua potable o un suelo firme.
Lo más importante, señala el documento, es el acceso a los servicios de salud para la atención de cualquier eventualidad que pudiera poner en peligro la integridad o incluso la vida de una persona.
Marcos Matías Alonso, ex director del Instituto Nacional Indigenista, atribuyó los altos índices de mortalidad infantil en la población indígena a la pobreza que se cierne sobre estos pueblos y al fracaso de las políticas públicas.
“Los índices de mortalidad tienen que ver con la pobreza indígena y esta pobreza indígena creciente en México es una prueba fehaciente del fracaso de las políticas públicas, es decir, las políticas públicas para pueblos indígenas se supone que deberían priorizar el derecho a la vida y estos periodos presidenciales del panismo dieron como resultado un crecimiento de la pobreza”, aseguró en entrevista.
A pesar de la cobertura universal en salud presumida por el Gobierno de Felipe Calderón, Matías Alonso asegura que la atención no llegó a los pueblos indígenas.
“Este derecho a la salud consagrado en la Constitución y que se supone que está garantizado para todos los mexicanos es el puro pronunciamiento, el puro discurso político pero en la realidad desde los rarámuris hasta los mayas no está garantizado el derecho a la salud”, señaló.