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Ponen en duda que la guerra de Calderón haya mermado a El Chapo

Benito Jiménez / Agencia Reforma

Ciudad de México

Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, sigue siendo el rey, pero el gobierno federal asegura que lo ha desmantelado.
En lo que va de la administración de Felipe Calderón, las autoridades federales han detenido o abatido al menos a 12 líderes, lugartenientes u operadores de la organización que lidera Guzmán Loera.
Durante la presentación de detenidos, voceros de distintas dependencias federales han sostenido que “con esta acción se afecta significativamente la estructura de liderazgo y la capacidad operativa del Cártel del Pacífico”.
Sin embargo, expertos en seguridad y política criminal consideran lo contrario.
Pedro Peñaloza, criminólogo y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Ghaleb Krame, especialista en seguridad nacional y académico de la Alliant International University, campus México, coincidieron en que el Cártel del Pacífico funciona como una empresa, en la que a falta de gerente, se busca a otro.
“En México no se desarticula al crimen, se descabeza, y esta es una diferencia conceptual profunda y práctica; si solamente se descabeza a grupos delictuales, lo que se hace es favorecer a otros grupos para que se apoderen del mercado y que la estructura siga funcionando, desfasando al que detuvieron.
“El hecho de que esta frase la repitan cotidianamente, que detuvieron a tal operador financiero de tal cártel, eso no importa, porque los circuitos con los que funciona la delincuencia organizada son circuitos perfectamente aceitados, circuitos que funcionan de la misma manera que funciona una empresa”, afirmó Peñaloza.
Krame consideró que las detenciones afectan la operatividad de Cártel del Pacífico, pero no su liderazgo. El académico resaltó que si lo que se pretende es afectar a profundidad esa organización criminal, el Gobierno debe capturar al El Chapo, no a sus subalternos.
“En tanto El Chapo siga operando, el cártel tendrá fuerza coercitiva, le han pegado al detener a sus operadores, sí, pero siempre va a haber gente dispuesta a tomar sus lugares, como en una empresa.
“Para que la frase  o’se afecta significativamente’ que dicen los voceros tenga real contexto, deben atrapar a El Chapo; entonces sí habría una escisión”, asentó el especialista.
El gobierno federal destaca que ha afectado al Cártel del Pacífico tras las capturas de Jesús Reynaldo Zambada García, El Rey Zambada; Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo; Eduardo Teodoro García Simental, El Teo; Manuel Fernández Valencia, La Puerca, y José Manuel García Simental, El Chiquilín; así como el abatimiento de Ignacio Coronel Villarreal, Nacho Coronel, uno de los principales líderes del Pacífico.
No obstante, en 2011 El Chapo apareció en la lista de los hombres más poderosos del mundo de la revista Forbes, y no sólo eso, sino que pasó del lugar 60 al 55.
Apenas el 20 de enero, el Ejército abatió a Luis Alberto Cabrera Sarabia, El Arqui, presunto lugarteniente del capo sinaloense, luego de evadirse y ocultarse en una cueva en una operación de las Fuerzas Especiales del Ejército.
“Con esta acción se afecta significativamente la estructura de liderazgo y la capacidad operativa del Cártel del Pacífico en la zona serrana de Durango y Chihuahua”, repitió por tercera vez, en menos de dos meses, el vocero de la Secretaría de la Defensa Nacional, el General Ricardo Trevilla.
Lo mismo dijo de la detención de Ovidio Limón Sánchez, presentado como uno de los operadores del capo para el tráfico de cocaína a California, y de Felipe Cabrera Sarabia, quien presuntamente llegó a ser lugarteniente de Guzmán Loera, y su principal operador en Durango, ambos detenidos en noviembre y diciembre del año pasado.

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