Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Netzahualcóyotl Bustamante Santín

Tragicomedia guerrerense

Primer acto. “Es vergonzoso cómo de la noche a la mañana los líderes del PRD se cambian de camiseta (..), ahora con rayos ultravioleta de pronto se purifican y de la noche a la mañana se convierten en… bueno, ya ni quiero decir los calificativos, pero se transforman (El Sur 1/9/10).
“Dicen que este gobierno no es de izquierda que es un gobierno cercano al PAN, no sé qué es lo que acaban de hacer hace algunos días (nominar a Ángel Aguirre como candidato a gobernador) de la noche a la mañana se volvieron multicolores (El Sur 2/9/10).
“Yo no sé quién ofenda más a la población, si un lenguaje prosaico (a propósito de la expresión de que no comería mierda) que ser un corrupto, mentiroso como son muchos que se cambian de camiseta de la noche a la mañana (El Sur 10/9/10).
Es Zeferino Torreblanca. Aquel que no ahorró calificativos de su sapiente léxico, contra los que promovieron la candidatura de Ángel Aguirre como abanderado del PRD a la gubernatura. Aquel que diez meses después de abandonar Casa Guerrero por la puerta trasera, exactamente el 1 de febrero es propuesto por la dirigencia nacional del PAN para ser candidato a la alcaldía de Acapulco.
Zeferino se quejaba de que los perredistas no tenían memoria, pero la de él parece especialmente constreñida. Sobre el PAN opinó apenas hace un año: “Lo que yo reconocía al PAN era su constancia, su congruencia, su respeto a sus principios e ideología. Y hoy de pronto, me cambio de camiseta y apoyo a un izquierdista que hace unas semanas era de otra fuerza política de la que tanto me quejé (sobre la declinación de Marcos Parra por Aguirre). ¿Qué ha pasado con los principios de los partidos políticos?”. Él mismo, congruente, responde: “Ya no hay ideales, el pragmatismo está por encima de los ideales. No hay convicciones, se han perdido; se desdibujan los ideales, los principios y hoy es retórica, es pragmatismo y es búsqueda de poder. No hay ideales”.
Zeferino aceptaba hace un año que sus críticas le cerrarían las puertas de todos los partidos políticos, sin embargo aseguraba que no estaba buscando chamba. (Enfoque suplemento de Reforma 6/2/11). Quizá no entró al PAN por la puerta pero sí por una rendija.
¿Realmente había necesidad de tanto soliloquio?; se comprueba ahora que es cortísima la memoria del ex gobernador quien al final terminó comiendo aquello que según él, comían sus detractores.
Zeferino aislado, buscó oxígeno en el figueroísmo. Ahora, Aguirre solitario, nos repite la misma dosis y renueva su alianza política con Manuel Añorve desamparado a su vez, en su propio partido.
Segundo acto. Sergio Dolores Flores es alcalde con licencia de Chilapa. En su carrera política la siguiente parada es San Lázaro. El CEN del tricolor impone en el distrito electoral con cabecera en ese municipio a Héctor Vicario, que viene por la revancha pues en 2006 fue derrotado ahí por Marcos Matías, bueno más bien por Andrés Manuel López Obrador. Sergio Dolores no se arredra y busca la nominación. Marcha junto a 2 mil personas el mediodía nublado del martes 7 en la capital del estado. Demostrado el músculo político a sus adversarios, sus seguidores emprenden el regreso; el alcalde agradece el gesto con un modesto ágape consistente en una tortilla con una cucharada de arroz y la mitad de un huevo cocido dentro de una pequeña bolsa de plástico hecha nudo que se ofrece a las huestes camino a casa. Pero dos horas después la algarabía se torna pesadilla para Sergio Dolores y su equipo, quienes se enteran que la gente que concurrió al acto más temprano en Chilpancingo, colma el Hospital General de Chilapa al que acuden por la fiebre, diarrea y vómito que se multiplica entre ellos.
Al siguiente día, Sergio Dolores goza de popularidad nacional pero no por su registro como precandidato, sino por la intoxicación masiva de campesinos y gente humilde que se cuenta por decenas, en una cifra que inicia en 200 y llega al récord Guinnes de 709. La noticia de la intoxicación de 31 jóvenes en un centro de rehabilitación de Guadalajara el pasado 26 de diciembre, por consumir chorizo de soya contaminado con cianuro, palidece junto a la intoxicación colectiva en Guerrero. Al final se encuentra que una bacteria provocó el apocalipsis.
Tanta hambre, tanta pobreza, acudir a un mitin político y al final pagar casi con la vida la asistencia al registro. Qué arrojo el de Dolores retar a Vicario y al clan de Huitzuco, opinaron muchos; al final el acto de heroísmo mutó en trágico y anecdótico episodio. Qué dolores habrán tenido los seguidores de Dolores, adelantada penitencia para ellos, y eso que aún no inicia la Semana Santa. Al final Sergio Dolores no tiene más remedio que disciplinarse y renunciar a su aspiración… el arroz con huevo hace posible lo que muchos operadores de Huitzuco no hubieran logrado.
Tercer acto. Andrés Manuel López Obrador se precia de haber sido el único político que ha recorrido cada municipio del país hasta en dos ocasiones desde 2006. Ungido precandidato el 15 de noviembre último, el tabasqueño arrecia sus visitas por todas las regiones de la geografía nacional. La primera parada del 2012 a Guerrero ocurre el martes 7 en Taxco y Teloloapan y el miércoles 8 en Tecpan, Atoyac, Coyuca de Benítez y San Marcos. López Obrador constata el ofensivo despliegue de propaganda de cientos de candidatos en el estado, se pasma ante calles y carreteras tapizadas de publicidad, como que hoy hubiera más aspirantes que electores. El precandiato presidencial –que ha recorrido todo el país– queda simplemente abrumado por la contaminación visual electoral al exclamar: “Hay que poner una manta aquí en Tecpan que diga ‘maneje con cuidado, puede atropellar a un candidato’. Incrédulo inquiere a la concurrencia que lo escucha: “¡Hay candidatos como el arroz! ¿o no?, nada más miren”.
En los siete mítines que encabeza en territorio suriano el Presidente legítimo atestigua los codazos, puntapiés y cuchufletas que se lanzan entre sí los precandidatos amarillos a cualquier cargo, cosa normal aquí, pero suficiente para dar la nota de los enviados de medios nacionales que así lo reflejan en sus crónicas periodísticas “los precandidatos peleaban por aparecer junto a él en el templete…”
Epílogo. O rompemos récord de intoxicados o de candidatos pero en Guerrero no siempre somos último lugar. La World Press Photo foundation recibe 101 mil 254 imágenes de 5 mil 247 fotógrafos de todo el mundo que buscan obtener el premio por la mejor instantánea de prensa de 2011. Y el jurado de ese prestigiado galardón otorga al reportero gráfico Pedro Pardo (ex colaborador de El Sur, La Jornada Guerrero y las agencias Efe y AFP) el tercer lugar del premio en la categoría Temas contemporáneos, por su trabajo La guerra de los cárteles de la droga, un dossier de nueve crudísimas fotografías sobre la cotidiana violencia en Acapulco que asola y azota el puerto desde hace un sexenio (coincidente con el periodo de gobierno de aquel que confesó que con el narco ni podía ni quería y que ratifica Aguirre diciendo que es un asunto que compete al gobierno federal) y que ahora ha vuelto a recrudecerse con todo y Guerrero (in) seguro.
No sólo en las estadísticas delincuenciales estamos en los primeros lugares. La PGR informó el 12 de enero que Guerrero se encuentra entre los ocho estados con más muertos por la guerra contra el narcotráfico en el país, pues tan sólo entre enero y septiembre de 2011 Acapulco registró 795 homicidios, colocándose después de Juárez como la segunda ciudad más violenta de todo México. Y también la economía del puerto hace agua. Los springbreakers rehúyen de la perla del Pacífico y el gobierno norteamericano dice que ni hablar, a Guerrero y a Acapulco ni acercarse. Pardo lleva al mundo la habitual imagen de terror que viven los habitantes del puerto, de una guerra cruel e inhumana. Aunque por eso, también se obtengan aquí premios internacionales.
Y en Carrizalillo se sigue la pista a otra tragedia, la de la muerte silente por la minería a cielo abierto, cuyo reportaje publicado en Proceso ha sido merecedor del Premio Internacional de Periodismo convocado por ese semanario con motivo de su 35 aniversario.
Los infortunios y desventuras colectivas no sólo se lamentan, también gracias a ellas o a pesar de ellas, se obtienen renombrados galardones periodísticos.
Desánimo, dolor y esperanza; desamparo, rompimiento y desencuentro, un coctel con el que los guerrerenses vivimos estoicamente una épica tragicomedia.

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