Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Octavio Klimek Alcaraz

El desarrollo humano

 

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), establece que el “Desarrollo Humano es la libertad que gozan las personas para elegir formas de vida alternativas en función de los objetivos establecidos por ellas”. El concepto de desarrollo humano trasciende los indicadores tradicionales de tipo económico, busca promover que el objetivo básico del desarrollo sea ampliar las oportunidades abiertas a la gente para vivir una vida larga y saludable, creativa y digna.

El PNUD desde el año 2000, hace poco más de una década, comenzó a realizar las primeras estimaciones del desarrollo humano para el país y las entidades federativas. El pasado año 2012 fueron presentadas las nuevas estimaciones del llamado índice de desarrollo humano para México para todas las entidades federativas, que incluyen los cambios metodológicos establecidos por la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano a nivel mundial en 2010, lo que permite su comparación internacional.

El citado nuevo Índice de Desarrollo Humano en México puede ser consultado en la página electrónica http://www.undp.org.mx/IMG/pdf/Boletin_IDH.pdf.

El IDH se construye tomando en cuenta tres dimensiones fundamentales para el desarrollo humano: salud, educación e ingreso. EL IDH puede ubicase entre cero y uno. Si el IDH es igual a uno (1.0), ello significa que se ha alcanzado el máximo posible en las tres dimensiones. El IDH se agrupa en 4 clases; desarrollo humano muy alto, desarrollo humano alto, desarrollo humano medio y desarrollo humano bajo. En el Informe Mundial sobre Desarrollo Humano 2011, México tuvo un IDH de 0.770, cifra que lo coloca en el lugar 57 entre 187 países, en el segundo grupo de países con mayor desarrollo humano, comparable a Arabia Saudita o Panamá. No obstante, al realizarse el cálculo con la información oficial nacional más actual disponible en el reporte de referencia se obtiene un IDH de 0.7390.

A partir de dicha estimación se observa que el Distrito Federal (lugar 1), Nuevo León (lugar 2) y Baja California Sur (lugar 3) son las entidades con mayor IDH, que es similar a países como Qatar, Barbados y Uruguay respectivamente, los dos primeros considerados países de desarrollo humano muy alto, y el tercero de desarrollo humano alto.

La región sur cuenta con el IDH más bajo del país, esto se ha mantenido de manera similar desde que comenzó a medirse el desarrollo humano de las entidades federativas; concentra a los estados de Chiapas (lugar 32), Oaxaca (lugar 31) y Guerrero (lugar 30), con un IDH comparable con el de Filipinas, Paraguay y El Salvador respectivamente, que son países de desarrollo humano medio. Esta región, presenta los índices de esperanza de vida, años de escolaridad e ingreso más bajos del país. En el año 2010, el Distrito Federal obtiene 1.28 veces el IDH de Chiapas y en el caso de Oaxaca y Guerrero es menor la diferencia con 1.24 y 1.23 respectivamente.

En la comparación que se realiza entre el IDH del 2008 y el 2010 resulta que los estados con mayores cambios en este periodo fueron Chihuahua, que descendió de la posición 8 a la 17, y Aguascalientes que presentó un avance notable al pasar de la posición 13 a la 8. El Distrito Federal se mantiene en el lugar 1 y Chiapas en el lugar 32.

Con relación a dicha comparación también se registra que Nayarit se ubica con la mayor tasa de crecimiento del IDH entre el 2008 y el 2010, de hecho el promedio de crecimiento nacional del IDH es de alrededor de 20 por ciento. Los otros estados que están sobre el citado promedio nacional son de menor a mayor grado Distrito Federal, Aguascalientes, San Luis Potosí, Jalisco, Nuevo León, Hidalgo, Edo. de México, Guerrero, Coahuila, Puebla, Michoacán y el referido Nayarit. Por el contrario existen estados como Chihuahua y Tamaulipas con una tasa de crecimiento negativo.

Como se observa, México como país tiene un IDH que lo sitúa en el grupo de países con un IDH alto, sin embargo el desarrollo entre entidades federativas es muy inequitativo. Debe por ello existir una reorientación nacional del desarrollo que abata de manera dirigida esta inequidad entre entidades federativas y regiones.

Hay que revertir por ejemplo, que el gasto federal descentralizado per cápita en general sea mayor en aquellas entidades que presentan mayor avance en el IDH. Urge mejorar la equidad en la asignación geográfica del gasto público sin descuidar los incentivos para elevar el desarrollo humano.

Debe entenderse que no se trata de hacerse actos de caridad para cuidar las buenas conciencias, hay que hacer valer los derechos de las personas a la justicia social y la equidad, desde una óptica de izquierda siempre debe buscarse esto. Lo demás es retórica.

Concluyo citando un artículo de un servidor sobre el tema de desarrollo humano publicado el 3 de julio de 2004, señalando que las distancias de la desigualdad son verdaderamente abismales. Estos extremos muestran comunidades separadas, fragmentadas, con las tensiones y contradicciones propias de la inequidad y falta de justicia social. Representan los enormes esfuerzos que se tiene que hacer en materia de salud, educación e infraestructura económica para estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Estados reservorios además de la mayor diversidad biológica y cultural de México, pero al mismo tiempo con enormes presiones destructivas sobre sus recursos naturales y pueblos indígenas. No hay otro camino más que el de transformar el actual modelo político y económico hacia el modelo de desarrollo sustentable, que sólo una nueva generación política desde la izquierda verde puede empujar.

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