Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Helicópteros y corrupción evidentes

 

 

Una decisión que tomó Zeferino en su último tramo de gobierno –como parte de una serie de acciones impopulares y corruptas– fue el utilizar para otros fines un helicóptero adquirido para trasportar enfermos graves de lugares remotos a centros hospitalarios en donde se les pudiese atender y salvarles la vida. Sin embargo, el ex gobernador hizo uso de la aeronave en sus giras y actividades, lo que fue acremente reprobado por la sociedad en ese momento.

Este epílogo del Zeferinismo marcó con firmeza su estilo monárquico de gobernar pues tomaba decisiones fuera de la norma de la administración pública, para beneficio propio.

Hoy sin embargo, en un nuevo capítulo del despotismo de la clase “gobernante”, en Guerrero, nos enteramos a través del periódico Reforma que la nueva familia real integrada por sus tres representantes máximos utiliza no sólo el helicóptero de marras que le costó una seria repulsa popular al Zeferinismo, sino que ahora el Aguirresalgadismo utiliza la mayoría de la flotilla aérea gubernamental como taxis para sí y para su familia.

El diario denunció el evidente desvío de recursos públicos para otros eventos y fines personales; así los aparatos para la Seguridad Pública y para la atención médica de zonas de bajo desarrollo o sin servicios se utilizan de nueva cuenta y por otro gobierno para actividades fuera de su función oficial. Habría que mencionar que por lo menos en el caso de Zeferino, este los usaba para sus giras oficiales, pero Ángel Aguirre los ocupa en eventos de tipo particular que nada tienen que ver con la actividad oficial.

La información dada a conocer es importante no sólo por el hecho en sí de desviar los recursos y la función de las aeronaves –que con ese uso podría provocar la muerte de pacientes que no llegan a tiempo a los centros de salud para ser atendidos, o bien, no realizar en tiempo y forma las delicadas funciones de la seguridad publica– sino que, sobre todo, tiene importancia por la denuncia en un área específica que hoy sale a la luz pero que emerge como una joya más que delata la corrupción.

Inicia un nuevo año y las gratas noticias que nos da la oligarquía guerrense es la expropiación para su usufructo personal y de sus familias de los bienes que son públicos. Exijamos trasparencia en la aplicación de los recursos públicos y en esos casos de evidente desvió es necesario la aplicación de la ley. Un gobierno represor que además desvía los bienes públicos en actividades distintas vía su propensión al nepotismo.

Titishando. Ahora resulta que los 12 mil maestros comisionados, no se sabe si son de origen sindical ¿o que?, un gobierno que se hace bolas con sus propias comisiones, como dice el refrán “avienta las piedra –los comisionados– y esconde la mano”, queriendo evadir sus propias responsabilidades. Por otra parte sigue el circo de priistas queriéndose deslindar del primo del gobernador quien, según denunció Luis Walton, dejó en bancarrota a Acapulco, pero la sociedad finalmente es la censora de este drama porteño y esperemos que la nueva demagogia no borre las huellas del responsable de ese quebranto, el ahora flamante diputado federal.

 

 

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