Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Divide Gerard Depardieu opiniones en Francia por su reacción hacia la política fiscal

Mónica Delgado / Agencia Reforma

París

Envuelto en una polémica contra el proyecto del gobierno de Francia de aplicar una tasa de 75 por ciento sobre los ingresos de los ciudadanos más ricos, Gerard Depardieu suscita reacciones diversas en Francia.
El actor de Martin Guerre, Les Valseuses y otros grandes clásicos del séptimo arte, defiende a capa y espada su estilo de vida, lleno de viajes por el mundo, abundante trabajo, inversiones en diversos tipos de negocios y varias propiedades, entre ellas una casa en la región de Néchin, acaudalada municipalidad situada en la frontera con Francia.
Pero en Francia, Depardieu no es un actor como cualquier otro.
Con Gégé, como lo llaman cariñosamente sus admiradores, se identifican miles de franceses, tanto por su recorrido de niño pobre que ha llegado a ser el máximo actor francés, como por los papeles que ha desarrollado, en los que regularmente interpreta con fuerza personajes de carácter y muy galos.
Si bien no encabeza la lista de las personalidades más populares de Francia, sí se encuentra en el top 50 desde hace décadas.
Según el éxito de sus filmes, pero también de acuerdo con sus excentricidades, que en varias ocasiones lo han llevado a enfrentar a la justicia por encontrarse en estado de ebriedad, alterar el orden público y agredir verbalmente a terceros, su nivel fluctúa y si en 1995 ocupaba el rango número 11, en diciembre de 2011 bajó al 36, para, en diciembre pasado, ocupar el 47.
No obstante, Depardieu es considerado por la industria fílmica gala y su sector cultural, un monumento, por lo que frente a esa ola de críticas muchas otras voces se alzaron para defenderlo, como la actriz Catherine Deneuve, considerada La Diva del Cine Francés.
Según sondeos realizados pocos días antes de Navidad, una mayoría de franceses, entre el 40 y el 56 por ciento, entendía las razones del exilio del actor, y los que se declararon indignados fueron sólo entre el 35 y 37 por ciento.
Por su gran popularidad en Francia, pero también en el extranjero, la actitud de Depardieu simbolizó sobre todo la radicalidad de la política fiscal gala.
Entendiendo que la polémica le era desfavorable, el propio François Hollande buscó calmar ánimos y tuvo una larga conversación con Depardieu, pero el actor no cedió y pocos días después empezó el capítulo ruso de la polémica.
Hasta ahora, Depardieu no había tenido controversia con el gobierno francés en términos fiscales o de impuestos, pese a que es conocida su postura de criticar la administración que hacen las autoridades con el dinero de los contribuyentes que más pagan.
Incluso, se desconoce si en el pasado ha sido sancionado por incumplir con sus obligaciones tributarias.
En medio de una polémica que ha desatado el actor a nivel internacional, sin embargo, muchos estiman que hay que saber diferenciar entre Depardieu la persona, y Depardieu el actor, quien seguirá estando entre los grandes del arte francés más allá de toda controversia.

468 ad