Carlos Pérez Aguirre

Acapulco, corrupción y entramados de familia

La gran familia del viejo y “nuevo” PRI se encuentra inserta en un transitorio conflicto de intereses políticos y económicos en donde se enfrentan dos grupos caciquiles: por un lado el grupo de Ángel Aguirre-Añorve y por el otro el grupo Figueroa.

Básicamente las desavenencias han consistido en ventilar ante los medios diversas declaraciones –ciertas sin lugar a dudas–, que si bien no son nuevas ni constituyen primicias de los entramados corruptos y nauseabundos de sus gobiernos, lo novedoso es el cinismo con el que cernícalos del mismo pesebre riñen por su presa (el presupuesto y las canonjías gubernamentales).

Así, Mario Moreno Arcos –alcalde de Chilpancingo y del grupo del gobernante Aguirresalgadista–, se enfrenta con Héctor Astudillo, denunciándolo como desfalcador del Ayuntamiento de marras por presentar un déficit considerable, aunque el ex edil y ahora diputado local se defiende aclarando que es un déficit menor al que le dejó su antecesor, o sea el propio Moreno Arcos –el Señor de los puentes inconclusos.

Mientras en Acapulco se cruzan declaraciones sobre todo vía Facebook en donde un día sí y otro también los dos grupos se acusan de ladrones: Figueroa Smutny señala a Manuel Añorve del enorme déficit –más de 2 mil quinientos millones de pesos– que tiene en quiebre financiero al municipio de Acapulco y le pregunta ¿En dónde está el dinero de los acapulqueños? Molesto, Manuel Añorve acusa sobre los jugosos negocios ilícitos en el estado, de saquear y enriquecerse, y sugiere que el ex gobernador “chantajea” al actual gobernante Angel Aguirre. Trasciende con estos reproches, que entonces el diferendo evidentemente es por los jugosos negocios que los grupos caciquiles tienen a costa del recurso público.

Como refilón y con claras intenciones de chantaje, propone reabrir el caso de la matanza de Aguas Blancas. De ese tamaño está el enfrentamiento que sostienen estos grupos con el doble objetivo de, por un lado, obtener para sí el mayor número de delegaciones federales y así posicionarse del control de la entidad, y por otro lado, conseguir el mayor poder para aprovecharse de los contratos, concesiones y prebendas.

Recordemos que estos grupos de Aguirresalgado y familia y de Figueroa sólo buscan su egoísta interés, no el de los ciudadanos de Guerrero. ¿Por qué Manuel Añorve y Ángel Aguirre no solicitaron abrir la investigación del caso Aguas Blancas cuando estaba reciente el incidente? Evidentemente por que son el mismo grupo y están en perfecta sintonía. Solo ahora, cuando surge el cuestionamiento ciudadano por el desfonde del gobierno municipal de Acapulco y el evidente estado de descomposición del nepotismo gobernante, que es utilizado para el golpeteo de los grupos, se utilizan como argumentos reales, ciertos y contundentes, pero sin ningún fundamento moral de los grupos caciquiles y depredadores que los utilizan.

Ante esto las corrientes de “izquierda” pasmadas y controladas por estos grupos, sólo atinan, mediante sus representantes en el Congreso del estado, a levantar el dedo impulsados por los hilos del poder real, para aprobar sin cuestionamiento todo lo que el ejecutivo les envíe.

Titishando: Mientras el gobierno Aguirresalgadista lucha sus guerritas de intereses económicos contra el Figueroismo, la entidad sigue en una espiral de violencia y degradación (en donde la actitud de los máximos dirigentes de la clase gobernante tienen mucho de responsabilidad); hasta los curas denuncian agresiones a sus personas, y en las comunidades se arman –pero una cosa son las policías comunitarias y otro los grupos de autodefensa que surgen, habrá que estar atentos. El secuestro, el asesinato, la corrupción generalizada es el cáncer que amenaza ya a la sociedad de Guerrero, como dijeron en Argentina ¡Si no pueden. que renuncien!, ¡Que renuncien los corruptos! Y mientras, los helicópteros se siguen usufructuando para el bienestar de su familia. Hasta cuando…

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