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Lamentan obispos que la violencia ponga en crisis a la sociedad y desafíe a las instituciones

Yee Trujillo

 

Los obispos de las diócesis de Ciudad Altamirano, Chilpancingo-Chilapa, Tlapa y Acapulco, Maximino Martínez Miranda, Alejo Zavala Castro, Roberto Domínguez Couttolenc y Carlos Garfias Merlos, respectivamente, lamentaron que la violencia esté causando una crisis en la sociedad guerrerense.

En conferencia de prensa, reiteraron que inclusive los integrantes de la iglesia han sido víctimas de robos, extorsiones y secuestros vía telefónica, principalmente en Ciudad Altamirano y Chilpancingo-Chilapa, y explicaron que durante el Encuentro Provincial de Pastoral estudiaron con más insistencia la pobreza extrema y la violencia que asola a la región.

“Otro problema que nos ocupa de manera recurrente es el de la violencia que tiene múltiples rostros, desde las violencias antiguas hasta las actuales, desde las invisibles porque permanecen ocultas hasta las más visibles por su alto impacto social. La violencia ha puesto en crisis a la sociedad misma y ha desafiado a las instituciones públicas”, señaló Domínguez Couttolenc al leer parte del comunicado de la Provincia Eclesiástica de Acapulco, tras el encuentro en el que participaron 112 agentes de pastoral, incluidos laicos, religiosas y sacerdotes de todo el estado.

En su intervención, Garfias Merlos agregó que la iglesia se siente interpelada para buscar respuestas oportunas y ofrecer colaboración y compromiso social con la evangelización a través de los diferentes recursos pastorales para superar la pobreza extrema y construir la paz.

En la sesión de preguntas de reporteros, Martínez Miranda, informó que en diciembre en la Parroquia de Zirándano de Ciudad Altamirano ocurrió una extorsión a un padre, aunque dijo que esto no pasó a mayores porque “el padre les siguió la corriente, pero se ve que no era tan organizada puesto que no conocían el nombre del sacerdote” y finalmente colgaron el teléfono.

Sin embargo, recordó que en diciembre asesinaron al comandante de la policía “y eso pues muestra que la violencia continúa”, y recordó que en enero ocurrieron varios enfrentamientos e inclusive a él le robaron una camioneta, “ya no ha habido la misma cantidad de combates o enfrentamientos, ha disminuido pero todavía hay brotes de violencia sobre todo algunos cobros de plaza en el mercado”, agregó.

Por su parte, Zavala Castro, recordó también que hace unos meses ocurrieron extorsiones y amenazas muy serias vía telefónica hacia un padre, lo que lo obligó a permanecer durante dos días secuestrado en un hotel sin conocer a sus agresores, aunque coincidió en que los delincuentes no eran profesionales y sólo querían obtener el dinero de una forma fácil.

“Después ha habido algunas otras que no se han mencionado ni se han denunciado pero sí ha habido algunas extorsiones, principalmente por teléfono, creo que no ha habido así personalmente quienes vean o secuestren a un sacerdote personalmente, siempre todas las situaciones han sido por teléfono pero con amenazas muy serias”, relató y aunque también dijo haber sido víctima de este tipo de llamadas, coincidió en que la violencia ha disminuido.

“Esto de que la violencia se ha reflejado en nuestros espacios es un hecho que se ha dado en determinadas circunstancias, el señor obispo de Altamirano, el de Chilpancingo-Chilapa lo han expresado, yo creo que se han dado algunos casos aislados aquí en Acapulco ha habido dos, tres robos en algunos templos, pero no ha habido algo sistemático ni permanente”, comentó el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos.

A pregunta expresa sobre si implementarán alguna estrategia para evitar estos hechos violentos, Garfias Merlos respondió que continuarán con la tarea de evangelizar y con el llamado permanente a la construcción de la paz en coordinación con las instituciones y autoridades, con formas de oración en las diócesis, procesiones y la difusión de la carta pastoral en la que se analiza el tema de la violencia y la inseguridad, así como brindando atención a víctimas de la violencia con acompañamiento espiritual, psicosocial y hasta jurídico, aunque dijo que “no tenemos nada programado” para evitar que los padres sean extorsionados o asaltados.

Sobre la detención de la banda de secuestradores y asesinos denominada Los Kaoris integrada por jóvenes acapulqueños, Garfías Merlos dijo que esta es la realidad lamentable de muchos jóvenes que están involucrados en el crimen organizado y que allí radica el desafío de la Iglesia para implementar alternativas de atención pastoral a los jóvenes para apoyarlos y atender la preocupación de la sociedad y los gobiernos en este aspecto.

“Es triste, es lamentable que pescando un grupo de delincuentes surjan tantos jóvenes, ojalá que vayamos realmente todos como sociedad encontrando la forma de dar el acompañamiento y la atención adecuada a los jóvenes”, concluyó.

Por otra parte, en el comunicado también se informó que la iglesia debe abandonar “modelos, métodos y estructuras caducas que ya no responden a los desafíos actuales”, y a pregunta de reporteros Garfias Merlos explicó que el avance de la tecnología “nos pide que adecuemos de una forma más oportuna nuestro mensaje”, por lo que están buscando acercar el Evangelio a la población a través de las redes sociales, los medios de comunicación y las nuevas herramientas que utilizan los jóvenes.

“Lo que la Iglesia busca ahora pues son nuevos areópagos, decía el señor arzobispo, entrar a los medios de comunicación, la evangelización en este medio del Facebook, salir de únicamente una fe no razonada, lo que ahora dice el Santo Padre, buscar la realidad de nuestra fe desde la propia razón”, agregó Domínguez Couttolenc.

Sobre los señalamientos porque los obispos han recibido beneficios del gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, con el uso de helicópteros, coches y apoyos económicos, Garfias Merlos dijo que han buscado la relación institucional con el gobierno del estado y se trabaja en coordinación de forma constante.

“Dentro de esa colaboración, en algunos momentos hemos recibido apoyos que nos ofrece el gobierno para lo que nosotros implementamos, o sea, se nos ha dado apoyo por ejemplo en la ocasión de las iglesias que sufrieron el daño en la Costa Chica con la ocasión del sismo, se nos dio ua apoyo por parte del gobierno para encontrar recursos, en algunos momentos, en algunas actividades que hemos realizado se nos ha dado apoyos para realizar las actividades”, ejemplificó el arzobispo de Acapulco, y aseguró que no han recibido ningún apoyo personal sino para actividades propias de la Iglesia.

 

Contribuyen las policías comunitarias a que la sociedad participe para recuperar la seguridad

 

La oficina de prensa de la Arquidiócesis de Acapulco entregó un comunicado en el que se informa que en el Encuentro Provincial se programaron acciones pastorales para que la Iglesia interactúe con actores sociales y políticos para atender las causas de la violencia y diseñar estrategias para vivir en paz.

“Los casos de pueblos enteros que han sido obligados por las amenazas a desplazarse, requieren un trato acertado para encontrar soluciones. Por otro lado, han surgido experiencias de organización ciudadana en torno al tema de la seguridad, cuando los pueblos asumen una responsabilidad colectiva para protegerse de las amenazas de grupos criminales. Las policías comunitarias y ciudadanas representan esfuerzos de pueblos por abandonar la pasividad para asumir su corresponsabilidad y contribuir con su participación a la seguridad y a la paz”, señala el comunicado y califica como preocupante la situación de violencia e inseguridad en el estado.

En otro tema Martínez Miranda consideró que los resultados de estos tres años han sido positivos al trabajar con mayor organización, utilizando los medios de comunicación, y destacó que la diócesis de Ciudad Altamirano ha visitado casi toda la Sierra y los seminaristas han aumentado.

“Hemos fortalecido el llamado a las vocaciones dentro de la diócesis, de 18 que teníamos hace cuatro años en el (seminario) mayor, ahora tenemos 37, de cinco que teníamos en el introductorio ahora tenemos 10 y de unos 18 que teníamos en el menor ahora tenemos 28, ahora son 77 seminaristas”, detalló y afirmó que el aumento es casi del 50 por ciento.

A pregunta expresa sobre si ha habido una disminución de vocaciones sacerdotales o religiosas y los feligreses, en el caso de Acapulco, Garfias Merlos dijo que la iglesia continúa fortaleciendo la evangelización en sus diferentes formas y explicó que el número de feligreses tiene un crecimiento natural porque muchos cambian de religión o regresan a la Iglesia mientras que en el caso de las vocaciones los datos son constantes, a diferencia de las regiones de Tlapa y Ciudad Altamirano donde han aumentado.

“No es que Dios no llame, Dios sigue llamando a la vida consagrada, la vida sacerdotal, lo que pasa es que ahorita se ha multiplicado la posibilidad donde los muchachos, las muchachas, puedan estudiar alguna profesión, algún oficio donde puedan realmente ganar dinero, tienen más posibilidades” opinó Alejo Zavala en el caso de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa.

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