Regresar al Ejército a sus cuarteles y legalizar la mariguana, plantea el foxista Rubén Aguilar

Aurora Harrison

El ex coordinador general de comunicación social de la Presidencia durante el sexenio de Vicente Fox, Rubén Aguilar Valenzuela, opinó que debe dársele un tiempo al Ejército para que regrese a sus cuarteles.

Asimismo, planteó que el gobierno debe tomar una decisión que no sea la “guerra” contra el narcotráfico, y consideró que también debe discutirse la legalización de la mariguana.

Durante la presentación del libro Los saldos del narco, el fracaso de una guerra, ante docentes y estudiantes de la Universidad Loyola, Aguilar Valenzuela dijo que la proliferación de los secuestros y extorsiones es el subproducto de la guerra contra el narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón.

Dijo que se formaron “grupos paralelos” para defender a los jefes de los cárteles de la delincuencia organizada.

En entrevista criticó el rediseño de la Secretaría de Gobernación en el gobierno de Enrique Peña Nieto, que ahora se encargará de la Policía Federal, y sostuvo que es un “error” y un mal mensaje, porque la misma instancia que se encarga de hacer la política y de negociar es la misma que “pega”, e indicó que debe existir un ministro, como en otros países, en quien se concentre el poder coercitivo.

“Creo que no le podemos pedir al gobierno de entrada que ofrezca los resultados mágicos o milagrosos, pero sí le tenemos que proponer un tiempo, porque sabemos cuáles eran los índices de violencia en el gobierno anterior y este gobierno se ha comprometido a reducirlos, entonces debemos darle un tiempo de seis meses”, declaró.

Abundó que este nuevo gobierno federal planteó que cuando estuviera armada la estrategia de seguridad “retiraría al Ejército… y es evidente que el Ejército se debe de regresar a los cuarteles, no es labor del Ejército ser policía, demos un tiempo y critiquemos”.

Agregó que si en seis meses o un año los soldados no regresan a sus cuárteles, “habrá que pensar qué pasó”.

El también asesor de dependencias federales, dijo que no conoce la situación de inseguridad de Acapulco, pero que la guerra fallida del ex presidente panista Felipe Calderón “provocó el crecimiento de los cárteles y obligo a generar fuerza nueva de tarea y armarse de otra manera para enfrentar la guerra”.

Sostuvo que la misma acción del gobierno contra los cárteles hizo más difícil el control y ahora hay “muchas cabezas, más violentas”, porque llegaron al final y reclutaron a jóvenes, a quienes les ofrecen una vida falsa, y fue un error del gobierno la pulverización.

Añadió que parte del desastre y proliferación de estas acciones de secuestros y extorsiones es un subproducto de la guerra, y si el gobierno logra con una nueva estrategia minimizar los niveles de violencia y que los cárteles entiendan que no son perseguidos, no hay lógica punitiva de guerra y ya no necesitan esos “cuerpos paralelos” que crearon.

Explicó que una clave para disminuir los delitos como secuestros y extorsiones, es que no exista impunidad, que el aparato de justicia funcione, porque el 99 por ciento de los casos en México son impunes y los delincuentes se sienten con el derecho de delinquir.

“Es un error la nueva construcción de la nueva Secretaría de Gobernación y me parece que debe haber un ministerio del interior como existe en otros países, donde se concentre toda la fuerza del aparato coercitivo… vamos a ver si esta gigantesca Secretaría de Gobernación con 8 subsecretarios, puede controlar”, advirtió el ex funcionario federal.

Ayutla: no debe hacerse justicia por propia mano

Cuando se le preguntó su opinión sobre el caso del municipio de Ayutla, donde los ciudadanos se están armando para defenderse de la delincuencia, declaró que no conoce la situación de Guerrero, pero dijo que el caso no es nuevo, porque “es un estado violento desde hace mucho”.

Abundó que hay estados más violentos que otros, y que se tiene que analizar la creación de fuerzas de autodefensa ante la acción del crimen organizado, porque no se debe hacer “justicia por su propia mano, porque podría terminar en abusos”.

“Tal vez pueda entenderse por la coyuntura, ante la debilidad e incapacidad del gobierno de no garantizar la seguridad en una comunidad”, dijo, pero se debe analizar y tal vez no sea una buena solución”, declaró a la pregunta sobre la situación en Ayutla.

Cambiar la estrategia de seguridad

“Al gobierno decirle que si sigue la estrategia anterior ya sabe qué es lo que pasa, 60 mil muertos, desánimo, inseguridad, miedo, hay que cambiar la estrategia y todavía no sabemos cuál es la estrategia”, puntualizó, y consideró que se debe discutir la legalización de la mariguana, que representa el 70 por ciento del trasiego de droga.

Rubén Aguilar criticó que Felipe Calderón al inicio de su gobierno haya declarado la guerra al narcotráfico, porque es “un fracaso de la política”, pues “no debió haberse muerto nadie, aunque fueran criminales”.

Sobre todo porque no había los índices de violencia como el ex presidente hizo creer, y tampoco había consumo en las escuelas.

Durante la presentación del libro, Rubèn Aguilar estuvo acompañado del rector de la Universidad Loyola, Enrique Pasta Muñuzuri, y del profesor Marco Villa.

Rubén Aguilar dijo que durante el gobierno de Vicente Fox no había tanta violencia, porque empezó la urbanización de las personas y el nivel de educación en las comunidades.

Explicó que el ex presidente Calderón se equivocó con la estrategia de seguridad que implementó, ya que la política de “prohibición y la guerra no resuelve el problema, es un fracaso que se aplique esta política”.

Recordó que hay varios ex presidentes que consideran una estupidez esa estrategia y plantean que se debe ir por la vía de la legalización, y entre los partidarios de esa propuesta mencionó a Ernesto Zedillo.

Dijo que han discutido que se debe legalizar porque “matar” no resuelve el problema, e incluso dijo que dos estados de Estados Unidos ya legalizaron la mariguana.

“Nosotros necesitamos pensar en otro camino y otra decisión”, dijo Rubén Aguilar, quien además indicó que hay 16 estados que tienen el mismo reducido nivel de violencia que en Suiza.