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Mantienen en Xalatzala,Tlapa, el ritual del cambio de autoridades a pesar de la división

Carmen González Benicio

Xalatzala, Tlapa

En la comunidad nahua de Xalatzala los indígenas esperan a sus autoridades comunitarias con música de viento, listones, la bandera nacional y cadenas de papel en las calles que representan los obstáculos que enfrentarán y que tendrán que resolver en su encargo de un año.
Es un ritual que hacen por separado priistas y perredistas, porque aproximadamente desde 1999 los pobladores indígenas mantienen un divisionismo generado por cuestiones político partidistas que los llevó al enfrentamiento. “Ahora, las cosas están tranquilas, ya nos quedamos unos de un lado y de otro, pero no se puede avanzar”, dijo un poblador.
La división de sus autoridades municipales en priistas y perredistas impide hacer acciones conjuntas para su desarrollo, porque “es difícil gobernar un pueblo dividido y se hace lo posible”, coincidieron por separado los comisarios electos.
El pasado domingo el presidente municipal, Victoriano Wences Real, tomó protesta a los más de 70 comisarios y 40 delegados que serán las autoridades comunitarias, después de ser electos el pasado 13 de enero, la actividad oficial se realizó en el auditorio municipal a las 11 del día y una hora después salieron comisarios y delegados a sus pueblos y colonias.
En la comunidad nahua de Xalatzala, a 40 minutos de distancia de la cabecera municipal, la “costumbre” establece la espera de las autoridades entrantes por las salientes y la población en general para acompañarlos hasta la comisaría municipal.
La espera de las nuevas autoridades sean perredistas o priistas es frente a la escuela primaria, ahí se dan cita familiares, amigos, mayordomos y principales para recibir al comisario, al suplente, a los dos regidores y los dos comandantes que velarán por la seguridad del pueblo durante el año, sólo que el ritual se hace por separado, quien llegue primero. Esta vez fueron los del PRD y luego el PRI.
De esta manera, en el recorrido de las autoridades priistas, los primeros en acercarse a las autoridades comunitarias son los mayordomos  que les colocan listones de diversos colores en el cuello “como símbolo de confianza y fuerza para el desempeño de sus labores y con el acompañamiento del santo o la virgen que tienen en mayordomía “que la Virgen de la Asunción y Juquila te acompañen”, se escuchó decir a uno de ellos.
Le siguen los ex comisarios y después la autoridad entrante recibe de manos del saliente la bandera nacional que porta a la par del bastón de mando, símbolo de autoridad que le fue otorgado por el presidente municipal.
Y finalmente los pobladores, amigos, familiares o simpatizantes de la autoridad o partido que representa se acercaron a abrazarlo, ponerle confeti, colocarle listones o bien entregarle flores como una forma de reconocer su autoridad.
Después de los saludos, la comitiva inicia su recorrido a la comisaría municipal, ubicada en el centro del poblado, a su paso una mujer sale a colocarle en el cuello un listón más, en reconocimiento.
En un primer momento, les espera una cadena de papel que dos mujeres sostienen de un extremo a otro de la calle y que el comisario corta con unas tijeras para pasar y seguir avanzando, metros adelante extienden otra cadena a lo largo de la calle para que la nueva autoridad la corte.
Para los pobladores la colocación de cadenas de papel simboliza los obstáculos que las autoridades enfrentarán en su gestión y que deberán resolver con decisión y fuerza “porque así nos enseñaron los abuelos, es una costumbre de hace años”, explica doña Eutimia.
Antes de entrar a la comisaría, una visita obligada es la iglesia, para agradecer y pedir apoyo en el encargo; también ahí, en la entrada, se colocó otra cadena que cortó el comisario para poder entrar, en tanto, se oyen sonar las campanas de recibimiento.
Esta vez, mientras llegaban los priistas, la comitiva perredista salía de la iglesia y se esperó a que entrara el contingente para partir a su comisaría, ubicada a un costado de la iglesia.
En la iglesia el rezandero recibió las flores y la veladora que portaban y las ofreció al Señor de la Expiración, santo patrón del pueblo, y a las vírgenes para que le den las palabras y las decisiones correctas a sus autoridades nuevas y a los salientes agradecimientos por servir al pueblo, según contaron.
Después de eso se dirigieron a la comisaría, frente a la cancha municipal, donde una nueva cadena los esperaba, la cortó el comisario y le entregaron las llaves para abrir la puerta y entrar con su comitiva y acompañantes.
En el interior colocó la bandera nacional cerca de su escritorio, al igual que el bastón de mando, y dio sus primeras palabras el comisario priista Rodrigo Licurgo Parra, quien dijo que era difícil gobernar un pueblo dividido, pero se esforzaría, ya que para hacer las cosas es mejor ser muchos y que debían de olvidarse de las campañas y que si en ellas eran enemigos eso quedaba atrás, “porque es difícil sacar los trabajos en un pueblo dividido”, remarcó.
Por su parte el comisario perredista, Manuel Fortunato Cano Ortega, dijo que estaban divididos y que eso ya no se podía componer, pero que trabajarían para mejorar su comunidad.
De esta manera, pese a la división de los indígenas nahuas por problemas políticos partidistas, mantienen su tradición del recorrido de sus autoridades comunitarias por el respeto y la confianza que depositan los pobladores en sus autoridades.
La elección de comisarios y delegados del municipio de Tlapa representa una lucha partidista por mantener las posiciones políticas ganadas y la toma de protesta un espacio para reafirmarlas, pues acuden líderes, ex candidatos y regidores de un partido u otro para hacerse visibles ante los colonos; también la visita de aspirantes a cargos de elección popular en el 2015, que llevan “regalitos o apoyitos” como dinero, agua, refrescos que son aceptados, en medio de la convivencia en que se matan reses, chivos, se ofrece mole, refrescos, alcohol y baile.

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