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Evoca Obama a Lincoln y Martin Luther King en su discurso de toma de posesión

EFE, DPA

Washington

El presidente de EU, Barack Obama, comenzó su segundo mandato con un discurso optimista sobre el futuro del país y una fiesta multitudinaria protagonizada por el recuerdo a los legados de Martin Luther King y Abraham Lincoln y una ceremonia con acento español en un día frío y soleado en Washington.
“Mis compatriotas, estamos hechos para este momento y lo aprovecharemos, siempre que lo aprovechemos juntos”, subrayó Obama tras jurar públicamente el cargo para un segundo mandato, hasta enero de 2017, en una ceremonia frente al Capitolio en Washington.
Según dijo Allan Lichtman, experto en historia presidencial de la American University, fue un discurso “poderoso” tanto en lo retórico como en lo sustancial y en él Obama reconoció que el país ha cambiado en términos demográficos y de valores.
Después de jurar su cargo sobre las biblias de Abraham Lincoln y Martin Luther King, el presidente quiso mantener viva la memoria de ambos en su intervención, que tuvo como grandes temas la unidad nacional que logró el primero y los derechos civiles por los que luchó el segundo.
King no solo estuvo presente en las palabras de Obama, sino en las de muchos otros afroamericanos que asistieron a una celebración que coincidió con la festividad en la que cada año se recuerda el legado del activista.
“Este día es muy importante. Tiene mucho significado para nosotros. Si King estuviera vivo estaría feliz de estar aquí. King tenía un sueño y ese sueño es Barack. Ese sueño es hoy”, explicó  Wilma Steel, llegada a Washington desde Tennessee.
Hasta un millón de ciudadanos, según las estimaciones de los medios y de la Casa Blanca, se congregaron en la capital para esta segunda investidura del demócrata Obama, a cuya primera toma de posesión, en enero de 2009, asistieron casi dos millones de personas.
En la ceremonia de juramento frente al Capitolio se hizo un hueco el español, la lengua de la minoría más numerosa de EU.
“Señor presidente, vicepresidente, que Dios os bendiga todos sus días”, dijo el reverendo Luis León, de origen cubano, al bendecir en español a Obama y a Joe Biden en las escalinatas del Capitolio.
Por su parte, Richard Blanco fue el primer latino en recitar un poema en honor de un presidente durante su investidura y la magistrada Sonia Sotomayor, del Tribunal Supremo, fue la primera jueza hispana en tomar juramento a un vicepresidente.
Entre los invitados a lo que el senador demócrata Charles Schumer calificó como una “celebración de la democracia” estuvieron los miembros del Congreso.
Artistas como la diva Beyoncé, encargada de cantar el himno nacional final, o Kelly Clarkson y James Taylor le añadieron un primer toque de glamour a una jornada seguida por cientos de miles de personas que desde primera hora ocuparon el centro de Washington para vivir en directo todos los fastos, que incluyeron un largo desfile encabezado por los Obama desde el Capitolio a la Casa Blanca tras la ceremonia de investidura y un almuerzo en la sede parlamentaria.
Aunque fuentes de la Casa Blanca habían dicho que Obama no trazaría detalles de su agenda en el discurso inaugural, el mandatario demócrata incluso hizo una mención específica a sus esfuerzos por impulsar un mayor control de armas en el país.
Y con las apremiantes negociaciones sobre el techo de la deuda y el recorte del gasto público en mente, Obama admitió que el país deberá tomar algunas “decisiones difíciles” para reducir su deuda, pero a la par dejó claro que no piensa permitir que esto se haga a costa de la clase media del país.
“Rechazamos la creencia que Estados Unidos debe elegir entre cuidar de la generación que construyó este país e invertir en la generación que construirá su futuro”, dijo.
En materia exterior, el presidente recalcó que Estados Unidos cree que “la seguridad y la paz duraderas no requieren estar en guerra perpetua”, y prometió el apoyo de su país a la democracia “de Asia a África, de las Américas a Cercano Oriente, porque nuestros intereses y nuestra conciencia nos llevan a actuar en nombre de aquellos que anhelan la paz”.
Tras el capítulo político de la jornada, que además del discurso incluyó la firma de sus primeras declaraciones como presidente, entre ellas la nominación oficial de cuatro miembros para su próximo gabinete, Obama se dejó arrastrar por el ambiente festivo.
Al igual que cuatro años atrás, hizo un alto en el desfile del Capitolio hasta la Casa Blanca para caminar unas cuadras saludando junto a su esposa, y luego siguió con muy buen humor el desfile desde la tribuna instalada frente a la Casa Blanca.
La noche concluyó con un nuevo toque de glamour, con el paso de la pareja por los tradicionales bailes con los que se cierra la jornada de investidura estaounidense, y en los que actuaron estrellas como Jennifer Hudson, Alicia Keys, Jaimie Foxx o los mexicanos Maná.
En los dos bailes abiertos por los Obama, las miradas se trasladaron del presidente a su primera dama, cuyo vestido para esta ocasión constituye siempre un secreto casi de Estado y despierta tanta expectación como el discurso de su marido.
Michelle Obama apostó esta vez sin embargo por lo seguro y repitió el mismo diseñador que la vistió para los bailes cuatro años atrás, Jason Wu, que le creó un diseño en un llamativo rojo que la primera dama lució junto a su esposo, quien le hizo una nueva declaración pública de amor, llamándola su “mejor mitad” y la persona que le hace ser “un hombre mejor, y un mejor presidente”.
El Ballet Folklórico de la Raza, la banda de la asociación de Gais y Lesbianas de Saint Louis (Misuri), la Hispanic Dance Alliance de Utah y una maqueta del vehículo Orion de la NASA, así como del Curiosity, el robot explorador de Marte, formaron parte del espectáculo.
Grupos que se oponen al aborto, al gasto militar y a la homosexualidad, entre otros, hicieron protestas minúsculas pero firmes en paralelo a las celebraciones.

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