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“Cualquier ayuda nos hace falta”

Itxaro Arteta / Agencia Reforma

Las Margaritas, Chiapas

En la unidad deportiva vecinos de pueblos aledaños a este municipio ocuparon las 15 mil sillas acomodadas para escuchar el anuncio de la Cruzada contra el Hambre, pero mientras unos iban esperanzados a que el gobierno ahora sí los iba a atender, otros no sabían ni por qué estaban ahí.
Así llegó Manuel desde Benemérito de las Américas, ubicado a tres horas de distancia, porque el alcalde los invitó a “algo” con el gobernador, pero hasta que estuvo en el lugar se enteró que estaría Enrique Peña Nieto.
Lulú, trabajadora de una estancia infantil, tampoco sabía en qué consistiría la cruzada contra el hambre que se iba a anunciar.
“Pero cualquier ayuda nos hace falta. Porque yo que trabajo en las estancias, para los papás no es suficiente lo que pagan. Necesitan más”, dijo.
Desde las 8:00 horas –aunque el acto estaba programado a las 13:30–, una treintena de hombres logró un lugar privilegiado, casi hasta adelante, y destacaban sus sombreros con listones de colores, los únicos que respondían a los insistentes llamados del presentador para recibir al mandatario levantando esta prenda.
Una carpa gigante cubría a todos los asistentes por si llovía y el templete se alargaba con más de 50 sillas en tres filas. Del lado izquierdo los secretarios de Estado y del derecho los gobernadores; justo en el centro coincidieron y conversaron los ex colaboradores en el gobierno capitalino, Miguel Mancera, ahora jefe de Gobierno, y Manuel Mondragón y Kalb, encargado de la seguridad federal.
De Jalisco acudió el mandatario electo, y el único gobernador que no asistió fue Ángel Aguirre de Gue-rrero, uno de los cuatro estados con mayor porcentaje de pobres.
Los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Hacienda, Luis Videgaray; y de Desarrollo Social, Rosario Robles, fueron los últimos en subir, mientras Peña Nieto dedicaba, como es costumbre, 20 minutos a saludar detrás de vallas metálicas a quienes esperaban el acto. Aunque ya arriba, el aplauso más estruendoso se lo llevó el gobernador Manuel Velasco.
Un grupo de hombres de Oxchuc, con vestimenta blanca de bordados rojos y rosas, bastón en mano, trataba de acercarse a la parte frontal.
“Ahora que vino aquí un Presidente, pedirle más apoyo”, era la solicitud generalizada.
“Sí nos han dado carreteras, pero en unas comunidades no. En unas sí hay agua, luz, pero en unas no”, señaló uno de los hombres que contó que sí tienen el programa Oportunidades pero hay servicios, como la salud, que si el médico no está en la cabecera municipal tienen que viajar hasta tres horas para buscar atención.
Aquí fue uno de los puntos donde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tuvo sus bases y donde se movilizaron hace exactamente un mes, y aunque un día antes del anuncio de la Cruzada el subcomandante Marcos lanzó un nuevo comunicado criticando a “los de arriba”, no hubo  ninguna mención al conflicto indígena en los discursos.

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