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Gana el guerrerense Paul Medrano premio nacional de novela negra convocado por Tamaulipas

Aurélie Daly

El escritor chilpancinguense radicado en Zihuatanejo, Paul Medrano, obtuvo el Premio Nacional de Novela Negra que otorga el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y la Artes (ITCA) con la novela Deudas de fuego.
En entrevista, el escritor tamaulipeco de nacimiento, reveló la trama de esta historia policiaca, primera de una serie.
“Es negra aunque traté de escribirla con el estilo policiaco más clásico. Me agrada mucho este estilo, en particular las series de los años 60 y 70 como la series de editorial Diana y la colección Sexton Blake de los 50. Estoy influenciado por esta literatura que tiene un estilo más puro y no tan negro”.
“La historia tiene lugar en una ciudad muy parecida a Chilpancingo pero como no me gusta el nombre se lo cambié a Plomosas. Trata sobre un detective, Pedro El Chicharrón, el nombre lo escogí en referencia al corrido sureño de Los Donis de Guerrero”.
Sus dos primeros libros, una novela titulada Dos caminos, publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México en Punto de Partida en 2009 y un libro de cuentos, Flor de Capomo, publicada en 2011 por la editorial Tierra Adentro, tenían por escenario el universo musical norteño. “Era hora de mencionar al sur”, declaró.
La novela empieza con la orden dada al detective Pedro El Chicharrón de matar a su mejor amigo y pareja en el trabajo. “Lo peor que hace Pedro es avisarle a su amigo”. En el desarrollo de la novela un hombre intenta matar a los dos por lo que juntos van a tratar descubrir por qué los quieren eliminar y van a aparecer cuestiones políticas. “En el giro final, se esclarecerá un asesinato que ocurrió hace muchos años en la juventud de Pedro. El desenlace es una sorpresa, este detallito lo retomé de la novela negra pura. La trama es un poco romántica y el estilo no es lineal, no es secuencial. Hay capítulos que hablan sobre el presente y la persecución que viven los dos, más algunos flash back sobre el protagonista Pedro, con fragmentos de una carta, ligada a la trama, que le escribió una ex mujer. La carta está como desmembrada, la voy soltando cada tres o cuatro capítulos. Es un recurso que me agrada mucho”.
Matarlo, así me ordenan. Trago bien gordo al recibir la llamada telefónica. Me achicopalo. Sí. Es que el Oso Alamilla y yo somos parnas, zancas, carnalazos, pues. Somos un par de güevos dentro de ese escroto llamado Policía Estatal. Alamilla es un gallo jugado y además, cuenta los mejores chistes que he escuchado en mi vida.
Estas son las primeras frases de la novela que contiene como sus dos anteriores publicaciones humor y habla coloquial.
“Me gusta mucho el humor, por ejemplo el humor muy inteligente de Jorge Ibargüengoitia. La literatura, para mí, es divertimento. El amigo de Pedro es un gran contador de chistes, aunque nunca los termina”.
De los Premios Nacionales del ITCA, fueron tres las categorías que concursaron, Novela Negra, Dramaturgia y Novela Corta de Humor.
“Más que el premio de los 75 del águila, respeto mucho al jurado que me dio el premio: Cristina Rivera Garza, Elmer Mendoza y Martín Solares. Me agrada mucho que hayan elegido mi novela”.
“Todavía no está editada, el ICTA me dirá los pasos a seguir. Los derechos de la novela pertenecen al Instituto. Por lo tanto, voy a terminar las otras novelas de la saga para poder moverlas con las editoriales”, explicó.
Como influencias literarias del género de novela negra, mencionó a varios escritores como el escritor y guionista mexicano Juan Hernández Luna, el escritor español Eduardo Mendoza, el mexicano Rafael Bernal, el español Manuel Vásquez Montalbán, el novelista y guionista español Andreu Martín, el italiano Carlo Lucarelli y el dúo francés Boileau-Narcejac, entre otros, así como las series de televisión y las películas policiacas.

Los poetas guerrerenses “crecen en los árboles”

Frente a la pléyade de poetas guerrerenses declaró como chiste: “crecen en los árboles”. Citó a varios escritores del estado como Jeremías Marquines, Jesús Bartolo Bello, Carlos Fernando Ortiz Zúñiga. “Me han influenciado mucho, para sugerirme textos, aconsejarme lecturas, corregirme también. Y me gusta mucho lo que escribe Iris”, declaró, al referirse a la escritora de novela negra Iris García Cuevas.
Nacido en Ciudad Victoria, Paul Medrano está radicado en Guerrero desde hace 20 años. Además de las dos publicaciones mencionadas, está incluido en los libros Palabras malditas (Efímera 2009), Antología del Premio Nacional de Cuento Policiaco del IPAX (Mondadori 2009) y Negras Intenciones, antología del género negro en México (Jus, 2009). También ha sido publicado en 2011, un plaquette de poemas titulada Noches de Yerba, realizada por la editorial chilpancinguense Tarántula Dormida. “No me gusta mucho mencionarla porque definitivamente no soy poeta”, declaró con humor.
Acerca del paisaje literario guerrerense, dijo que los escritores locales “se han comprometido con lo que escriben. Internet ayuda mucho a que se conozcan los textos, para leerlos y compartirlos. Lo más importante es el compromiso de esa gente, hay más libros publicados fuera del estado, son tomados en cuenta. aunque todavía no hay una colección editorial continua en Guerrero, sólo de manera esporádica. De pronto, hay que salir del estado para publicar”.
Y en cuanto a las diferencias entre norte y sur del país retomó un dicho popular.
“‘Cada quien habla de la feria según como le va en los caballitos’. Nos quejamos de la falta de lectores, de editoriales en el norte como en el sur” Mencionó a título de explicación, la falta de lectores en todo México y América Latina y citó una encuesta reciente según la cual el 80 por ciento de las casas mexicanas tendrían entre un0 y 30 libros y que el 10 por ciento de la gente declara que leer un libro no sirve para nada. En promedio, se leerían menos de tres libros al año por cada habitante. “Es un habito que se forma día a día”. Dijo.
“La diferencia entre el norte y el sur es la cantidad de recursos para la cultura. Por ejemplo en los concursos literarios de Tamaulipas, hay una categoría para los ancianos, una para los niños de primaria, una para los de segundaria. En Tamaulipas, hay un Festival Internacional Cultural y numerosos otros festivales. En Guerrero ha habido un avance considerable pero hay un centralismo en el estado, mucho en Acapulco y poco en Zihuatanejo, mucho en Chilpancingo y poco en Cuajinicuilapa”, concluyó.

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