Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

De los políticos guerrerenses

La actividad política para definir a los candidatos de las distintas formaciones partidistas está en estos momentos en pleno apogeo, y los ciudadanos entenderíamos que los partidos trabajan para ofertar a sus mejores cuadros y sus mejores opciones para que al momento de la elección esta ciudadanía pueda definir su voto en base a los mejores. Los más experimentados, los más honestos, los mejor preparados en la aplicación de las políticas públicas.
Pero no, en definitiva esto no sucede así y es poco menos que penoso observar el deterioro acelerado que una parte sustancial de la “clase política guerréense” se vuelca en apoyo de personajes muy alejados de las necesidades de la población, este problema por cierto es afín a todos los partidos políticos.
Así, observamos la tragicomedia de la política estatal, que en kafkiana andanza, nos muestra lo miserable de ella, que día a día nos da motivos de asombro e incredulidad, que va desde aquel que hasta ahora se ostenta como funcionario municipal y que fue responsable –indirecto– de la intoxicación de más de 700 personas, pero ahora se le oferta como premio a su retiro de una candidatura federal, una diputación local. Y termina en los inauditos desfiguros de los antaño respetables dirigentes partidistas de izquierda, ahora convertidos en matraquearos y nanas del príncipe heredero del primer “perredista” del estado. Sólo falta que alguien se vista de bufón.
En el entretelón, un ahora impresentable y deleznable personaje que por sus acuerdos y negocios oscuros con caciques y traición a todas sus promesas, se convirtió en uno de los ex gobernantes mas repudiados, pero un partido político en su afán de remontar su fantasmal presencia en la entidad lo adopta como candidato plurinominal al Senado, garantizándole de paso impunidad, ¿Cuál habrá sido el oscuro precio o acuerdo ahora? Y sumando en excepcional dupla al senado de este grupo sin identidad –el zeferinismo– pero con mucha ambición, al máximo cirquero de la política que parece ponerse al frente de la formula de “izquierda” al senado. Así, ese grupo se fortalece en una estrategia de consolidación que camina indistintamente con el PRD o con el PAN, similar a la fórmula que el gobernante diseña vía el PRD o el PRI o el grupo que se preste, ¡viva la política de las franquicias¡ Similitud de estrategia, similitud de apetitos de poder.
Mientras tanto otro ex gobernante de negros antecedentes y candidato también al senado, se declara en amoroso idilio, debe ser con el cargo que persigue.
No existe por lo menos en esta etapa, la política de principios de ideas y de ideología, la política de beneficio a la población, la política de verdad, no la de mercachifles. Parecería que la política seria está en crisis, está secuestrada en manos de aventureros y codiciosos a quien no les importa la ciudadanía ni el beneficio de la entidad, sólo les interesa el bienestar de ellos y de su familia, pero… ¿los aceptaremos? Evidente y rotundamente ¡no!
En otro ámbito de cosas, nos enteramos que la primera familia del estado –representada en ese acto por un Salgado y un Aguirre– celebró senda reunión con la Comisión de Interlocución del caso Ayotzinapa, en la cual participaron personajes y representantes de serias e importantes organizaciones defensoras de los derechos humanos, que con innegable buena fe y en el objetivo de encontrar solución a los enconos generados, aceptaron reunirse con algunos de los señalados como autores intelectuales de los asesinatos. El objetivo era continuar en una posición de diálogo, para solventar la problemática que enfrenta esa escuela, pues al continuar con la posibilidad de diálogo luego de que la cerrazón de la autoridad cobró víctimas, podría –como sucedió–, generar nuevos problemas.
Pero poco tiempo duraron las buenas intenciones, por que bajo diversos pretextos, que extrañamente no combaten las autoridades educativas de la entidad, los docentes de la escuela de Ayotzinapa se niegan a dar cátedra. Por eso cuestiono: de qué sirve el esfuerzo de una comisión de alto nivel intelectual y moral, que trató de llegar a acuerdos con los verdugos, promotores de los hechos violentos –el gobierno estatal- si este evidentemente no está dispuesto a cumplir y mucho menos detener a los responsables; por que según las declaraciones hechas a los medios por diversos actores, tuvieron demasiada injerencia y autoría en ellos.

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