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Carlos Pérez Aguirre

 Por qué Aguirre debe pedir licencia

Si a alguien le quedaba duda de que la responsabilidad en la represión estudiantil contó con el beneplácito del mas alto nivel de gobierno del estado de Guerrero y no solo correspondió –como se ha tratado de justificar– a una insubordinación de la policía, después de lo que se vivió en Chilpancingo el jueves ya no quedan dudas.
Desde el mas alto nivel se impulsó, un vergonzante y masivo acarreo en que se convirtió la marcha convocada por organizaciones hasta antier desconocidas pero que, ha trascendido, se crearon al vapor de los parientes del gobernante y sus pequeños círculos de amistad. De haber marchado solo los parientes de las dos familias Aguirre-Salgado beneficiadas e incorporadas al gobierno, aportarían aproximadamente la mitad de ese contingente, de la otra mitad, nos enteramos, se aplicaron diversos procedimientos, fueron obligados incluso mediante escritos oficiales y reparto de prebendas que incluían faltar el día de la “manifestación” y feriarles el día viernes.
Las consignas, discursos y propaganda correspondieron a un mismo molde, como si hubiese fuerzas oscuras detrás, por que si alguien aun no se ha dado cuenta, esos invocados tres reyes magos del mal, del pillaje y del asesinato se han convertido en cuatro.
Por que si por sólo un momento olvidáramos las declaraciones del subsecretario de Seguridad Pública del estado de que salió de Casa Guerrero la tajante orden de limpiar a como diera lugar la carretera, los acontecimientos posteriores evidencian y hacen más grande las vertientes de intolerancia y, por llamarla sin sutilezas, brutalidad en el tratamiento de la problemática social que inicia desde la tortura para sembrar pruebas y se continúa como una constante con declaraciones, actitudes y acciones que, quisieran, provocaran el linchamiento de los estudiantes, porque sin pruebas de por medio de que estos habían provocado el incendio de la gasolinera se les ha culpado del hecho, incluso del fallecimiento del trabajador –pero en aras de la objetividad, según trascendió en los medios, hoy existen elementos que indican que este lamentable y reprobable acontecimiento no corresponde a los estudiantes del cual por confusión y mala fe, también se ha pretendido culpar– de tal tamaño ha sido la insidia que durante la manipulación –manifestacion–, la intolerancia fue patente.
Se continúa con una campaña de descalificación directa llamándoles “terroristas” y se fomentan rumores y descalificaciones de lo mas ruin que conoce la historia de la entidad, desembocando a una concentración de intolerancia, rencor y odio que se refleja sobre todo en las pancartas repartidas ex profeso en la concentración de la ignominia; al parecer pocos fueron los personajes de la izquierda que asistieron a ese acto oficial.
La ruta seguida tiene el sello de la ruta llamada Aguas Blancas, los mismos actos, los mismos miasmas, los mismos temores generados por las mismas ineptitudes, los similares actores, las mismas estrategias y según se ve los mismos desenlaces de justicia. Habrá que hacer un llamado a la cordura de quienes hoy detentan el poder en la entidad y por ningún motivo lo quieren perder, pero no es por esa ruta por la que el verdadero pueblo de Guerrero quiere caminar, ya las voces de los acarreados inconformes con estas formas, los evidenci´­ y denunció. ¿Acaso quieren derramar mas sangre?
La polarización que están generando presagia escenarios no adecuados para los guerrerenses. El gobierno de Ángel Aguirre cada día se hunde mas en sus torpezas, la mejor opción para la entidad y para la concordia ciudadana es que pida licencia, creo que por lo evidente de su participación no podía esperarse otra cosa y no se puede constituir en juez imparcial, pues es todo lo contrario, ¿Cómo entonces con esas actitudes puede seguir dirigiendo Guerrero? Eso es ya imposible, a menos de que se acepte una confrontación permanente que los guerrerenses evidentemente no deseamos.
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