Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Rubén Edmundo Bonifaz Nuño

Era un poeta querido por sus amigos, por sus lectores y por las mujeres. Rubén Edmundo Bonifaz Nuño –que tal era su nombre completo– era el bien amado, maestro de muchos, colega admirado y respetado. Ahí queda su extraordinaria labor como traductor de los clásicos griegos y latinos, su enorme influencia en la Universidad Nacional para llevar a sus amigos a ocupar altos cargos académicos y administrativos. Ahí queda su obra poética… El viernes, en la funeraria donde lo velaban, se escucharon voces que reclamaban llevar el féretro al Palacio de Bellas Artes para que ahí se le rindieran honores. La familia recordó que él había insistido en que no quería mayor ceremonia. Llegó Rafael Tovar y de Teresa y con él siguió la discusión sobre el asunto, para que finalmente se informara –¿Quién?– que el cadáver no fue a Bellas Artes por respeto a las víctimas de la explosión en la sede de Pemex. Por supuesto, ya habrá tiempo y ocasión para que reciba en Bellas Artes, en la UNAM y donde se crea necesario, el homenaje de la comunidad intelectual. Lo cierto es que el maestro amaba el amor, las letras, la vida, y poca gracia debía hacerle cualquier elogio post mortem. En todo caso, no hay mejor homenaje para un poeta que ser leído y que sus versos anden de boca en boca y que el amor se cante de muchas maneras, que se diga de otro modo lo mismo.
Marginan a don Víctor Sandoval

Se celebró en Aguascalientes un homenaje a José Guadalupe Posada. Al parecer lo organizó el gobierno de la entidad aquicalitense y asistió Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Muy bien por la ceremonia luctuosa para recordar al inmenso grabador en el centenario de su muerte, pero… La conmemoración fue en el museo dedicado a Posada en la capital hidrocálida, pero a los organizadores se les olvidó invitar al creador de ese museo, Víctor Sandoval, que sólo por la apertura de ese recinto merecería mejor trato. Don Víctor es también el hombre que dio al país la red nacional de casas de la cultura, fundador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, el más importante del género, ex director del Instituto Nacional de Bellas Artes y forjador de muchos y muy buenos funcionarios culturales. Es, en fin, una presencia que por ningún motivo debió ser soslayada al recordarse a Posada, por cuya memoria tanto ha hecho el poeta Sandoval.

De funcionarios, miedos y parentescos

No lo hemos visto publicado y por lo mismo esperamos que se trate sólo de un rumor. En el velatorio de Bonifaz Nuño se comentaba con incredulidad que María Cristina García Cepeda ratificó en Literatura del INBA a Stasia de la Garza, quien en el pasado sexenio fue impuesta en un cargo para el que no sólo carece de antecedentes y mérito, sino para el que era y es por completo ajena. Se dijo entonces que el nombramiento era para complacer a una figura del grupo que rodeaba a Octavio Paz, versión que nunca desmintieron las autoridades de Conaculta ni mucho menos las de Bellas Artes, a cuya dirección llegó otra señora que ignoraba todo sobre la vida intelectual mexicana, sus creadores y su obra. Mala cosa es que se den cargos en el ámbito cultural para complacer a figuras intelectuales, pero aun peor es que se ratifique a los probadamente ineptos. Resulta difícil entender esta ofensa a la comunidad intelectual, pues la dirección de Literatura del INBA la ocuparon en mejores tiempos personajes de la talla de Andrés Henestrosa y Salvador Novo, o protagonistas de nuestra vida cultural como Jaime Labastida, Gustavo Sainz o Silvia Molina. Si quieren ayudar a los parientes de intelectuales famosos, es mejor darles becas o aviadurías, pero no ponerlos donde hacen tanto daño. A la sociedad mexicana le saldría más barato

Dos tropiezos de Héctor Anaya

Dice el escritor Héctor Anaya que como los funcionarios capitalinos nunca andan a pie, ignoran el pésimo estado de las banquetas, que están convertidas en pistas de obstáculos, los que cobran mayor peligrosidad por la oscuridad en que Marcelo Ebrard dejó sumida la ciudad. Héctor, un hombre que suele jugar tenis dos veces por semana y se mantiene en excelente forma física, tropezó dos veces la semana pasada. En la primera ocasión simplemente se cayó, pues alcanzó a meter las manos, pero en la segunda la cosa fue grave, pues cayó de bruces y –cuenta él– “me rompí la boca y raspé mi nariz, perdí un diente, fui a un hospital privado, hubo complicaciones y gasté 10 mil pesos que no debí haber pagado si las calles estuvieran bien cuidadas, conforme nuestros impuestos lo merecen. Este dinero no sé si haya manera de cobrárselo, sin complicaciones burocráticas, al gobierno del DF o a la delegación Cuauhtémoc donde habito, que al fin y al cabo son las autoridades las causantes del problema. Y aún falta pagarle los honorarios al dentista que me repondrá la pieza perdida”. Sí, además del tiempo en que dejó de trabajar y percibir ingresos.

Breviario…

Rico, sugerente, bien documentado y escrito con buena pluma es el libro La canción del hada verde. El ajenjo en la literatura mexicana 1887-1902, de María Emilia Chávez Lara (Ed. UNAM, 2012), un estudio sobre la bebida que entusiasmó y embriagó a numerosos escritores mexicanos, especialmente a los que confluyeron en la Revista Azul y en la Revista Moderna. @@@ Todo indica que la Casa Hogar Asilo Mier y Pesado de Orizaba, uno de los más importantes monumentos arquitectónicos del estado de Veracruz, se convertirá en un changarro más de una cadena gringa de tiendas. El esfuerzo de numerosos orizabeños y del propio gobierno municipal por adquirir el inmueble y evitar su alteración y destrucción parece que serán infructuosos, pues enfrentan un formidable poder económico que, como es de suponerse, cuenta con grandes apoyos políticos. @@@ La estatua del dictador azebaiyano Heydar Aliyev está en una bodega de Azcapotzalco en espera de su ubicación definitiva, que esperamos no sea en un lugar público de la ciudad de México. Si tanto amor le tenía Marcelo Ebrard al tiranuelo, que se lleve la escultura a su casa. Otra opción es que la metan en la embajada azerbaiyana, donde nadie la vea. Si la embajada de Azerbaiyán le dio 65 millones al antecesor de Miguel Ángel Mancera, pues que los devuelva, y asunto concluido.

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